miércoles, 26 de mayo de 2021

Scout

Si Vd. menciona a una persona cualquiera "Boeing" creo que pensará en un reactor de pasajeros, probablemente uno grande. Si es aficionado a la aviación le pasarán por la cabeza también otros chismes bélicos, pero también de buena talla. Bien, pues también ha habido Boeing pequeños: el Boeing L-15 Scout es de hecho el último, de 1947. Que nada tiene que ver con la Scout posterior. Ni con otros, como éste, éste o éste (hay muchos Scout en la historia de la aviación).


Sólo se hicieron 12 Scout y sólo queda uno en vuelo. El Sr. Brunquist padre lo compró en 1954 y lo estuvo volando hasta 1966. En Oshkosh, USA, 2019.

En la Segunda Guerra Mundial los yanquis volaron modestos aviones de observación y enlace, y les resultaron muy útiles. La mayor parte eran avionetas biplaza civiles reconvertidas, aunque hubo alguna diseñada específicamente. Hacia el final de la guerra apareció el helicóptero, pero las avionetas de este tipo todavía podían ser útiles.


El Sr. Brunquist hijo empezó la restauración en 2003 (al parecer lo más difícil fue ajustar los cables de mando de los mandos, según él "van tensados como cuerdas de guitarra") y consiguió el premio al mejor "warbird" en la edición de 2017.


El ejército yanqui pidió tras la guerra un avión más especializado y Boeing presentó su L-15. Los militares eligieron la Cessna L-19 Bird Dog. Pero el Boeing era un avión notable en varios aspectos y de hecho me parece que se esforzaron más que los de Cessna.


Vean el perfil grueso, los flaperones tipo Junkers, el curioso tren de aterrizaje y el depósito lanzable de combustible.


El Scout estaba pensado para salir y entrar de prácticamente cualquier parte, y para que el observador tuviera un campo de visión prácticamente total. Para lo primero, llevaba flaperones ranurados en todo el ala, y spoilers. Es muy maniobrable y puede entrar en sitios muy pequeños. El Lycoming O-290 de 125 HP tampoco da para correr mucho (180 km/h), pero no es lo que se pretendía.


Aparcado con los warbirds. Vean la fila de Mustang detrás.


Para lo segundo, la cabina es prácticamente una "balconada acristalada" para el observador que va detrás del piloto. El asiento es giratorio completamente, de tal manera que puede mirar en cualquier dirección. Las puertas de atrás se pueden abrir en vuelo para tirar carga (o tirarse en paracaídas). Y la curiosa cola hacia arriba con dos derivas está pensada para "no estorbar" la vista.


Todo el lío de la cola elevada y las dos derivas (imagínense las vueltas que dan los cables de mando) es para que el observador vea mejor.


Además es desmontable con relativa facilidad, para llevar dentro de un camión. O de un avión de transporte. Incluso se puede remolcar sobre sus propias ruedas (¡!). Luego entonces, ¿por qué perdió? pues... no lo sé. Puede que prefirieran un avión más convencional. O que pensaran que Boeing estaba para hacer bombarderos nucleares, no avionetillas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario