jueves, 31 de mayo de 2018

AERO - Friedrichshafen

(3) Simulación


A mi me gusta la cosa real. Si es volar, volar en una aeronave. Y para otras actividades, lo mismo. Nunca me han hecho mucha gracia los simuladores. Y sin embargo, a juzgar por la cantidad de expositores y el enorme interés que despertaban, la simulación de vuelo es una de las estrellas de la feria AERO.

No, no es un Pilatus PC-12. Es de pega, para simulación.

Para el uso profesional, ya sea civil o militar, está muy claro que tiene grandes ventajas. Es mucho más seguro y barato probar en un simulador, pongo por caso, que te han fallado los dos motores en tu Airbus 320 nada mas despegar, y que tienes que tomar en un bonito río con 150 pasajeros...

La Luftwaffe utiliza simuladores para sus Tornado que tienen el mismo aspecto que el avión de verdad. Supongo que los cañones son de pega.

De hecho, la simulación se ha convertido también en una parte fundamental del desarrollo de nuevos aviones. Todo tipo de cosas se prueban en simuladores, desde los sistemas de vuelo a las propias circunstancias de la operación.

Por no mucha pasta te puedes comprar un programa realmente completo de simulación para un ordenador domestico. Ahora, si además quieres el sillón móvil, las gafas de visión especiales, y el juego de mandos de vuelo (en este caso de un helicóptero Robinson R 22) empieza a salir por un pico.

Pero lo sorprendente es que hay un montón de gente no profesional que está simplemente pirada por la simulación. De hecho, muchos de ellos no quieren ni oir hablar de volar "de verdad". Y le echan todo el entusiasmo y el tiempo del mundo. Esto incluye desde utilizar un programita modesto en tu ordenador de casa hasta simuladores mucho más sofisticados (y caros).

Un simulador de un ultraligero Ikarus C42, con cabina, instrumentos, mandos, y pantallas panorámicas.

Porque actualmente se le ha echado a la simulación un montón de tecnología. Esto incluye todas las áreas posibles. Por ejemplo, es posible simular bastante convincentemente las aceleraciones que experimentas en un avión. Y lo mismo para lo que ves fuera de la cabina o lo que muestran los instrumentos.

Las cosas de la especialización: una empresa que se dedica a fabricar los gatos hidráulicos que mueven los simuladores.

La cosa ha llegado al extremo de que está estructurada en niveles de complejidad. Los de vuelo de mayor nivel requieren plataformas móviles con 6 grados de libertad, visualización realista de gran ángulo, sonido y todo un arsenal de otros efectos (que incluyen vibraciones y hasta olores).

Pero me sigue gustando más volar de verdad.

miércoles, 30 de mayo de 2018

AERO - Friedrichshafen

(2) Motores


Sin propulsión, no hay aviación. Y esto también incluye aunque parezca paradójico, al vuelo sin motor. Desde los inicios siempre se ha buscado lo mismo: motores más potentes, más ligeros, que consuman menos y que sean más fiables.

Geiger Motor es un fabricante alemán que ha desarrollado motores Wankel de 1 y 2 rotores. Sobre el papel son la leche. Éste es el A1: 50 HP, y sólo unos 40 kilos con todos los accesorios.

A primera vista, la aviación ligera parece estancada desde hace décadas en este aspecto: por un lado, los motores americanos boxer de toda la vida (Lycoming y Continental) están en la práctica totalidad de las avionetas. Y por otro, desde que apareció en 1984 el Rotax 912 y sus derivados prácticamente se han convertido en un monopolio para los aviones muy ligeros/ultraligeros.

El CMD22 es un motor de gasolina italiano de 4 cilindros boxer y 2200 cc con reductora, que da 106 CV.

En AERO se podía ver una muestra de lo último que ofrece el ingenio y la creatividad en motores de aviación ligera. Está por ver si desbancan la poderosa inercia de lo establecido. Lo que no se puede negar es que hay propuestas muy interesantes. Vean algunas de ellas.

Nostalgia: las reproducciones de los biplanos clásicos como la Bücker Jungmann han revivido un diseño de los años 30. El Walter Mikron III de gasolina y 4 cilindros en línea se sigue fabricando con algunas mejoras.

Aunque lleva la etiqueta Continental se trata de un motor de 2 litros de coche Mercedes turbodiesel, utilizado en los turismos de la antigua clase A y B. Muy modificado y avionizado, da 155 HP. La complejidad del motor (reductora, turbo, inyección directa, control automático de mezcla...) hacen que sea algo más pesado que el clásico Lycoming de gasolina, pero consume casi la mitad. Continental ofrece un kit para remotorizar las avionetas Piper PA-28. Y van calando.

Los muy conservadores yanquis también se mueven: el EPS Graflight V-8 diesel es un intento muy serio de modernizar los motores de la aviación ligera. La idea es reemplazar los clásicos Lycoming O-540 y Continental O-550 de gasolina. El motor diésel de 350 HP pesa un poco más, pero gasta considerablemente menos y tienen como objtivo una TBO de 3.000 horas. Idiosincrasia yanqui: no sé por qué no es directamente boxer 8 (ya que no es en uve...).

Tradicionalmente, las turbinas de gas las construían los grandes fabricantes. Actualmente varias firmas pequeñas las desarrollan, como esta alemana para su helicóptero ligero.

EPA Power es un fabricante italiano que hace Rotax 914 "tuneados". El SA-R917Ti tiene inyección electrónica y pistones de mayor diámetro, y pasa de 115 a 135 HP sin prácticamente aumentar el peso.

La propia Rotax sigue desarrollando su gama de motores. El 915 is da 141 HP con sólo 85 kg de peso. Es decir, se están metiendo en "territorio  avioneta", como alternativa a motores clásicos como el Lycoming O-235.

Lo cual no quita para que los fabricantes yanquis de toda la vida sigan teniendo muy buena salud y vendiendo sus motores. Un Lycoming O-360.

Continental se ha apuntado al carro diésel y tiene ahora más motores certificados que cualquier otro fabricante. Pero ya no son yanquis. Se diseñan, desarrollan y fabrican en Alemania. El origen es la familia Thielert (Mercedes-Benz de coche avionizados), pero el último producto es un totalmente nuevo y  tremendo motor V-6 de 300 HP.

HB Motoren fabrica este boxer de gasolina bicilíndrico de 1700 cc en versiones de 40 a 70 HP, y pesan sólo 40 kilos. No le iría mal al Falke.

UL Power es un fabricante belga que empezó con el modelo 260 (2600 cc como el que les muestro, de alrededor de 100 CV). Posteriormente ha añadido a su gama los modelos 350, 390 y 520. El diseño es clásico: boxer de 4 ó 6 cilindros de gasolina, pero con tecnología moderna: inyección y encendido electrónico, para conseguir más potencia, menos peso y consumo. Y se están haciendo hueco. 

miércoles, 16 de mayo de 2018

AERO - Friedrichshafen

(1) El espectáculo también está fuera

Por tercer año consecutivo he ido al sur de Alemania a Friedrichshafen, a ver la feria AERO. Es la mayor feria de Europa decicada a la aviación no militar y no comercial. Y de nuevo había muchísimo que ver, aparte de que hacía un tiempo estupendo, el campo estaba lleno de florecitas, y el lago Constanza es un sitio precioso, con los Alpes nevados al fondo.

Descendiendo hacia Memmingen se veía el aeropuerto de Friedrichshafen. Fíjense en el conjunto de pabellones de la feria en la parte norte. Se ve también el enorme hangar de zeppelines con uno fuera.

La feria es impresionante. Pabellón tras pabellón de absolutamente todo, desde un tornillo aeronáutico hasta reactores ejecutivos que cuestan millones. Pero hay otro espectáculo fuera de la feria: cientos de aeronaves que despegan y aterrizan constantemente, de gente que acude volando a ver  la feria.


Dar una vuelta en un Zeppelin NT te permite mirar los cientos de aviones repartidos por el aeropuerto.

¡Quién sabe! Puede que durante los 4 días que dura la feria el aeropuerto de Friedrichshafen tenga más movimientos que cualquier otro en Europa. Raro es el minuto que no entra o sale algo. La variedad es prodigiosa: además de un millón de avionetas de todo tipo y color, la tira de ultraligeros, costosos jets de gente rica, helicópteros y algún que otro warbird, a todo ello se añade el tráfico del habitualmente tranquilo aeropuerto de provincias: unos poquitos reactores comerciales y un par de zepelines.


Sí, zeppelines: Friedrichshafen era donde se construían los originales, y desde hace 20 años hacen unos modernos dirigibles que ponen una nota de originalidad en el cielo de la zona.


Todo este lío de cosas que vuelan atrae cada vez más gente. Los sitios más ventajosos para fotografiar están llenos de spotters, que van a la caza de todo chisme aéreo que aparece por allí.

Un spotter tomando nota en una larga fila de aviones aparcados.

Entre ellos merece la pena destacar la terraza del Museo Dornier, que además de ser en sí un edificio notable y tener una colección muy interesante de aviones, tiene una zona de césped con mesitas que da a la pista. Unas estupendas y amabilísimas chicas te sirven una cervecita y allí puedes pasar el rato viendo aviones.

Sobrevolando los pabellones de la feria, que recuerdan a enormes hangares. Vean la sombra del Zeppelin.

Qué más se puede pedir.

La zona de exposición al aire libre. Arriba, varios aviones en venta. Los dos siguientes aviones blancos con alas en flecha son Embraer Legacy 450 y Phenom 300. A continuación, el nuevo reactor ejecutivo Pilatus PC-24 (azul y blanco) y el veterano PilatusPC-12 (plata y negro). Por último, el stand de Diamond con un bimotor DA-62 y una DA-50.