martes, 30 de mayo de 2017

Douglas DC-4

Es bastante conocido que el primer avión presidencial americano fue un Douglas DC-4 llamado "Sacred Cow" (vaca sagrada) preparado especialmente para llevar a Franklin D. Roosevelt. Aparentemente sólo lo usó para ir a la Conferencia de Yalta. También se construyó otro DC-4 para Winston Churchill.

El DC-4 "Vaca Sagrada" está en el Museo del Aire de Cuatro Vientos. Los motores eran Pratt & Whitney R 2000 Twin Wasp, de 14 cilindros en doble estrella y 1.350 caballos. Hubo versiones hechas en canadá con motores Merlin V12. Madrid, 2005.

Pero no es tan conocido, y es mucho más divertido, que de los 17 DC-4 que volaron en el Ejército del Aire español, había uno para llevar a Franco que también llamaron "Vaca Sagrada" y otro para los ministros llamado "Ternera Sagrada". Si es que siempre ha habido clases.

El DC-4 delante de unos misiles Matra 530. Para su época, era un avión muy grande: 36 m de envergadura y 33 toneladas de peso máximo al despegue.

Douglas Aircraft empezó a pensar el DC 4 en 1935 a petición de United Airlines. La idea era doblar la capacidad del Douglas DC-3 (que todavía no había hecho su primer vuelo) hasta 42 asientos. El primer DC-4 era un peazo de cuatrimotor elegantísimo y enorme que voló en 1938. Pronto vieron que era demasiado grande y complejo. Repensaron la cosa y crearon un avión mucho mejor, el primer cuatrimotor moderno, que pasó a llamarse también Douglas DC-4 (el avión inicial pasó a ser el DC-4E, de Experimental).


Mientras tanto los yanquis habían entrado en la Segunda Guerra Mundial. Esto no paró el desarrollo, los militares pensaron que un transporte de larga distancia de este tipo les venía de perlas. Todo el programa pasó a ser militar: el primer Douglas C-54 Skymaster voló en 1942. Se hicieron más de 1.200 de varias versiones. Al terminar la guerra varios cientos se reconvirtieron a transportes civiles, que se llamaron de nuevo DC-4. Se fabricaron algunos nuevos, pero ya estaban en desarrollo aviones mejores. Para muchas líneas áereas fueron sus primeros cuatrimotores, entre ellas Iberia. Todavía quedan algunos en vuelo.

lunes, 29 de mayo de 2017

Pirat

El 18 de mayo de 1996 fue un día señalado. Hice el examen para obtener el título de piloto de vuelo sin motor, en el Blanik Papa-Eco. Luego con el mismo avión hice una toma de precisión en un espacio marcado de 50 metros. Me pasé un poco, pero me la dieron por buena. Y finalmente, me soltaron en el Pirat Sierra-November.



Un día para recordar: por primera vez vuelo un monoplaza. De arriba a abajo: probando la radio, en remolque y aterrizando. Monflorite, 1996.

Por aquel entonces el Pirat (Pirata) tenía 30 años de diseño (primer vuelo en 1966). Y el avión en que volé más de 20 años desde que salió de fábrica. En comparación con los veleros modernos de plástico era un velero viejo de madera y tela, con menos planeo y prestaciones. Pero amigo: era entrar en otro mundo. ¡Volar por primera vez un monoplaza!, e iniciar una época de aprendizaje muy interesante.

El Yanqui - Yanqui aterrizando con todos los frenos fuera. Santa Cilia (Huesca), 2006.

De 1996 a 1999 volé mucho en SZD 30 Pirat, y tengo muy buenos recuerdos. De los del Club, mi favorito era el Sierra-November (EC-CSN), pero de vez en cuando me tocaba el India-November (EC-CIN). El uno, con juego en los mandos. El otro, con más juego todavía. El primero con las superficies de mando azules, y el segundo rojas. Como todos los aviones de madera, "crujía" en vuelo. A veces entrabas en una térmica potente, te ponías a girar, y crac, algo sonaba como si una rotura fatal fuera a deshacer el avión.

J aterriza en Santa Cilia en el Sierra - November tras completar una prueba del XXX Campeonato de España de Vuelo sin motor, 1998.

Lo recuerdo como un avión encantador: maniobrable, ágil, preciso, con aerofrenos muy potentes. Los primeros vuelos los dedique a ir esquivando térmicas. Pero empecé a mejorar. En un momento dado, una de las situaciones que me encantaba era subir más que otros aviones, pasándolos por dentro de la térmica: el avión podía virar muy inclinado y relativamente despacio en el corazón más potente de la térmica, subiendo apreciablemente más.

Despedida del Sierra - November con una estampa clásica: aupa en brazos en la ladera de Monflorite. Con el Pirat se podía volar hacia atrás los días de viento potente. Huesca, 1999.

Con la práctica, fui puliendo mi técnica de vuelo a vela. Hice varios intentos de conseguir la permanencia (un vuelo de al menos 5 horas sin motor), pero nunca lo conseguí en Pirat (tengo un vuelo de 4:40 y otro de 4:30... dita sea). Sobre todo, empecé tímidamente a hacer distancia. Ir a la Sierra de Guara, que en línea recta está a unos 25 km, pero que para mi eran como 25.000.

El India-November en vuelo (superficies de mando rojas). Santa Cilia, Huesca, 2000.

Un día viví algo que no he repetido (afortunadamente). Se acercaba un frente de tormenta y decidí aguantar en el aire. Error. Inmediatamente antes del frente, me metí en una zona en la que comencé a subir fenomenal. Y luego mucho más. Ante mis horrorizados ojos vi como el vario marcaba +30 m/s, mientras subía como un cohete. Absolutamente acongojado, saqué los frenos y piqué para salir de aquello a toda velocidad y aterrizar.

Consigo llegar a la sierra (y volver volando): el Salto de Roldán desde el Sierra-November. Huesca, 1998.

En 1998 llegó el primer monoplaza de plástico al Club: un Grob Astir Jeans. Y en el 2000 un segundo, un Astir CS. El Club tuvo que devolver el Sierra - November en 1999. Y además volaba en avioneta y en todos los biplazas. Los Pirat dejaron de ser tan interesantes. Ocasionalmente, alguna vez salía a volar con uno. Mi último vuelo en Pirat es de 2004: en total, 40 vuelos y más de 50 horas de vuelo, en uno de los aviones que más me han enseñado.

Practicando para el C de plata. Una foto del punto de viraje en el centro de Huesca Capital. A la antigua, con cámara de fotos de película. 1997.

El Pirat tiene sus cosas originales. Prácticamente en todos los veleros se desmontan los planos izquierdo y derecho. En el Pirat hay tres partes: una sección central plana (que pesa una tonelada) y las dos puntas con los alerones. Es de segunda generación: aunque tiene perfil laminar, está hecho en madera y tela. Pero muy bien hecho: las alas se conformaban en moldes de cemento y la superficie es buena. Consigue un planeo de 31 - 33 (según fuentes), que está muy bien para un velero clase estándar de su época. Y hasta tiene urinario.

Para la posteridad queda un Pirat sin matrícula entre la T1 y la T2 de Barajas. A la gente no parece llamarles mucho la atención. Pero a mi me gusta. Madrid, 2012.

Se hicieron hasta 1980 más de 800 Pirat, lo que se explica porque era relativamente barato y porque durante bastante tiempo los plásticos se consideraban menos adecuados para pilotos novatos. En mi previsto (pero improbable) museo de aviones históricos en vuelo, me encantaría tener uno. Desgraciadamente, problemas con el encolado de los largueros alares han hecho que saliera un boletín que obliga a la inspección periódica y limita mucho las velocidades. Así que cada vez será más difícil verlos en vuelo. Pero que me quiten lo bailao.


El Yanqui - Yanqui, último Pirat del Club, en su remolque. No vuela desde 2008. Un grupo de socios ha pensado en ponerlo en vuelo, pero no sé si será posible. Monflorite, 2014.

En un despegue normal iba yo tan tranquilo despegando por la 31 cuando de repente la cabina del Pirat SN se abrió violentamente, quedando colgada a la derecha. De un movimiento reflejo cogí la bola del mando, cerré la cabina y aseguré el cierre. Uf.

domingo, 28 de mayo de 2017

Diamant LP

En Alemania tienen la clase 120 kg de aeronaves muy ligeras, que está "desregulada". Esto es muy interesante, significa que:
- No se requiere certificado médico de ningún tipo para el piloto.
- No requiere licencia.
- No hay que renovar la licencia, el permiso para volar es indefinido.
- No se requiere chequeo anual de la aeronave.
- No se requiere registro del tráfico de ningún tipo para volar.
En suma: en una de estas aeronaves, si pesa menos de 120 kilos y está aprobada, el piloto es completamente responsable de la aeronave, del vuelo y de sí mismo.


Resulta bastante sorprendente que esto suceda en Alemania, que tradicionalmente ha sido partidaria de regular todo. La filosofía es volver al placer del vuelo por el vuelo. Y están saliendo unos chismes muy atractivos.


El ala Bautek tiene un acabado muy bueno y winglets. Y se puede plegar con facilidad, con lo que todo el aparato cabe en muy poco sitio.
Un ejemplo es el Solid Air Diamant LP. Es un pendular alemán moderno con buena pinta. Lleva un ala Bautek Pico L y un motor Hirth F-23 bicilíndrico de 50 caballos que sólo pesa 22 kilitos. Puede volar a 130 km/h y sube a más de 4 metros por segundo. Seguro que es divertido volar en un trasto de estos. Y por unos 20.000 papiros.

Pero me temo que por aquí estamos regulados. Muy regulados.


El carro está hecho en fibra de vidrio, tiene asiento regulable y frenos de disco.



sábado, 27 de mayo de 2017

SPAD S XIII

Louis Becherau fue un ingeniero francés que hizo un buen fajo de aviones notables, como el Deperdussin Monocoque. Durante la Primera Guerra Mundial, el famoso as francés Georges Guynemer le pidió que diseñara un nuevo caza mejor que el SPAD S VII que Becherau había diseñado en 1915, con el estupendo motor Hispano-Suiza V8 de 150 CV.

La colección Memorial Flight tiene un SPAD S XIII auténtico de 1918 y en vuelo, que se puede ver en la Ferté Alais en la exhibición anual. El extra vestido de aviador de la guerra le da más autenticidad. Aunque según las fotos, el auténtico Guynemer era un poco más estilizado.

El caso es que el SPAD S VII se había quedado atrás - literalmente en este caso - porque los nuevos cazas boches eran más rápidos. Becherau diseñó el SPAD S XIII, que voló por primera vez en 1917.

El Imperial War Museum tenía una réplica de SPAD S XIII pintado como el avión del as yanqui Eddie Rickenbacker. En el fabuloso aeródromo de Duxford, Inglaterra, 1993.

A primera vista el S XIII parece igual que el S VII. Pero no, es un poco más grande, más pesado, y sobre todo tiene un motor Hispano Suiza V8 mejorado de 220 CV. Esto le permitía llevar 2 ametralladoras en vez de una, con lo que se podía agujerear aviones y globos alemanes más fácilmente.

SPAD es por Sociedad Para la Aviación y sus Derivados, comprada por el pionero Louis Blériot de la anterior Sociedad Para los Aviones Deperdussin, que fue a la quiebra. Mismas siglas, menos que recordar. Este SPAD S XIII llamado Smith IV es original y muestra como es un motor Hispano Suiza V8. Museo del Aire y del Espacio, Washington, 2015.

El nuevo avión pasó a equipar todos los escuadrones de caza franceses al final de la guerra, y también muchos yankis (y de otros países). Tuvo mucho éxito, pero el avión debía ser un dolor: los motores, sobre todo al principio, fallaban constantemente, era poco maniobrable, y tenía una entrada en pérdida peligrosa. Con lo que los aterrizajes debían ser interesantes.

Este vistoso SPAD S XIII es una réplica de otro de los aviones de Rickenbacker, con su característico sombrero de copa. Owl's Head Transportation Museum, USA, 2015.

Pero también tenía sus ventajas: la pura fuerza bruta de los 220 CV le permitían subir mucho, y se podía lanzar en picado sin problemas hasta 450 km/h, lo que debía ser aterrador. Esto se convirtió en la táctica esencial: subir, lanzarse en picado, abrasar a tiros al infeliz enemigo y volver a empezar.

Esta réplica construida en Alemania en 1978 inicialmente volaba. Puede que sea la misma que les mostraba antes, aunque figura como del Museo desde 1997. En todo caso, el avión está pintado como el del as Rickenbacker. American Museum, Duxford, Inglaterra, 2018.

Aunque se hicieron más de 8.000 quedan poquísimos originales. Fíjense en lo cruda y primitiva que es la cabina, y si quieren animarse, es posible construir una réplica, para darse una vuelta con clase.

jueves, 25 de mayo de 2017

Bearcat

El Grumman F8F Bearcat es una bestia parda. El último caza naval de hélice yanqui y último de los cazas de hélice Grumman "cat" voló por primera vez en 1944, y era mejor que los primeros reactores. Para crearlo, instalaron el motor más potente disponible (una enormidad de 2.000 o más caballos), el mismo de su antecesor Hellcat, en el avión más pequeño posible, una fórmula tradicional de hacer cazas.

The Fighter Collection tiene este Bearcat de 1948 desde sus inicios en los 80. Se construyó para la marina yanqui, y desde 1957 ha ido pasando por diversas manos privadas. Mostrando su arrolladora potencia en Duxford, Inglaterra, 2018.

Estaba pensado para operar desde portaviones pequeños. Buscaban sobre todo velocidad ascensional. Y ya lo creo que la consiguieron: oficialmente, 23 m/s. Pero en 1946, un Bearcat de producción batió un récord al subir a 10.000 pies en 94 segundos, a casi 32 m/s. Que es 115 km/h en vertical. Con un avión que pesa vacío más de 3 toneladas. Y que llevaba un piloto, aunque fuera menudito, y algo de gasolina, suponemos.

N68RW es de 1947 y también empezó con la marina yanqui. Después de pasar una temporada en un museo fue restaurado y llegó a participar en las carreras de Reno, con poco éxito. Oshkosh (USA), 2019.

A pesar del aspecto chato y no muy afilado típico de los aviones con motor radial, el Bearcat es también rápido. Mucho. Un avión estándar consigue más de 700 km/h. El Rare Bear, un avión de carreras que sigue compitiendo, consiguió en 1989 el récord absoluto de velocidad de aviones con motor de pistón, a 850 km/h. Llevaba un motor todavía más enorme que el original, puede que de unos 4.000 caballos.

Stephen Gray, fundador y dueño de la Fighter Collection se despide a sus 76 años (¡!) de las exhibiciones públicas en su Bearcat, mientras recibe una ovación de la multitud. Espero que siga volando muchos años. La Ferté Alais, Francia, 2014.

Una de las características más curiosas del Bearcat es que inicialmente se diseñó con puntas alares "rompibles". Si el piloto se pasaba de "ges", cedían, salían despedidas y podía seguir volando con las alas "recortadas". A poco que piensen en ello, esto es una barbaridad. ¿Qué pasa si se rompe sólo una punta? Pues que el avión se pone a dar vueltas incontroladamente y te estampas. A pesar de todo, insistieron. Pusieron cargas explosivas para hacer estallar automáticamente la otra. Claro, esto podía fallar: al menos dos pilotos se mataron. Finalmente decidieron reforzar las puntas y olvidarse.

Conquest es un Bearcat de carreras que usó el piloto Daryl Greenamyer para batir el récord de velocidad a 777 km/h en 1969. Y de paso pulverizando el que tenía desde 1939 Fritz Wendel en un Messerschmitt 209, a 755 miserables km/h. Mantenía el motor original, pero modificado para dar 3.100 caballos. Compitió varias veces contra Rare Bear, que como les he contado superó el récord 10 años después. Museo del aire y del espacio, Centro Udvar Hazy, USA, 2015.

Quedan un puñao de Bearcat en vuelo, y son unos aviones francamente espectaculares. Además parece que vuelan muy bien, y no son especialmente difíciles de volar. Pero me temo que no voy a volar uno. Una pena.

N2209 se aleja rugiendo tras despegar de Oshkosh hacia el sur. USA, 2019.

Un motor radial Pratt&Whitney R-2800. Las dos filas de 9 cilindros forman un bloque compacto y ligero ("sólo" 1.000 kg).  El primer motor de este tipo yanki, se empezó a usar en 1939. Su enorme potencia y tamaño relativamente reducido hizo que se usara en un montón de aviones. Durante la guerra en cazas y bombarderos (entre ellos los F4U, F6F, F8F, P47, B26, A26 y P61). Después de la guerra se siguió utilizando en aviones de transporte como el DC6. Y en la actualidad lo siguen llevando muchos Canadair CL-215 apagafuegos.


miércoles, 24 de mayo de 2017

Falcon 50

El Dassault Falcon 50, un derivado del Falcon 20, es un reactor corporativo muy característico por sus 3 motores turbofan en la cola (es el único que utiliza esa disposicion, junto con sus derivados). Fue el primer avión de este tipo capaz de cruzar el Atlántico. Con lo cual evitaba a sus ocho muy ricos pasajeros el tener que ir con una aerolínea, que es una ordinariez.

Este Falcon 50EX mejorado con matrícula de Malta estaba en el aeropuerto de Ciampino (Roma) en 2016. Visto desde atrás se aprecia lo lisas y finas que son las superficies de vuelo.

Tiene un aspecto realmente moderno para un avión que voló por primera vez en 1976. Entre otras cosas utilizó las primeras alas supercríticas en un avión no militar, y el fuselaje está diseñado de acuerdo a la regla del área. Se hicieron 352 en una larga serie de producción de más de 30 años.

Sorprendentemente hubo quien lo utilizó en guerra (la de pegar tiros, no la comercial que es la habitual). Los Iraquíes encargaron a la empresa francesa Thales modificar un Falcon 50 para que pudiera llevar y disparar dos misiles Exocet durante su guerra con Irán, diciendo que era para "entrenamiento". O se lo creyeron, o decidieron cobrar y mirar para otro lado. El avión disparó por error a una fragata yanqui en 1987 causando muchos daños, 37 muertos y 21 heridos. Creyeron al principio que había sido un Mirage F1.

En su momento, uno nuevo eran más de 20 millones de dolores. Pero no se preocupe, se puede hacer con uno de segunda mano por mucho menos. Y además se pueden tunear.

martes, 23 de mayo de 2017

AERO - Friedrichshafen

(4) Veleros


La feria AERO dedica cada dos años una parte importante de la exhibición a los veleros y motoveleros. Este año tocaba, y estaban presentes en varias zonas: por una parte había un pabellón dedicado a los fabricantes, en que mostraban sus últimas novedades. En otros pabellones había veleros y motoveleros de investigación (varios traidos por akafliegs, pero también de firmas comerciales), veleros históricos, centros de vuelo que ofertaban sus instalaciones y por último algun avión en venta.


La escuela de vuelo de la histórica Wasserkuppe de Alemania te ponía los dientes largos con su Discus 2C FES. El FES (Front Electric Sustainer) me parece una idea brillante: el motor eléctrico en el morro con su hélice plegable aumenta la versatilidad del avión sin muchos inconvenientes de los de pistón.

Esto no es raro, Alemania tiene mucho que ver con el origen, evolución y situación actual del deporte. Varios de los principales fabricantes de veleros actuales siguen siendo alemanes, y allí estaban ofreciendo sus extremadamente sofisticados y carísimos modelos. Alexander Schleicher, la fábrica más antigua de veleros, la también muy antigua Schempp-Hirth, y las más recientes DG-Flugzeugbau (que además de sus propios aviones continua la línea de la extinta Rolladen-Schneider), Stemme y Lange Aviation.

Restaurando el ala de un planeador histórico Schulgleiter SG38.

Otros fabricantes de veleros proceden de antiguos países del este. Destaca Polonia, con una línea histórica (Los veleros SZD fabricados en la actualidad por Allstar PZL Glider), los veleros diseñados en la Politechnika Warszawska (PW, pero construidos por SZD Jezow) y finalmente los muy nuevos e interesantes GP Gliders. Además estaban la lituana LAK, los checos de HPH, los eslovenos Pipistrel, y por último la italiana Alisport.

Admiren las bellas y complejas curvas de los veleros GP Gliders.

Todo este despliegue es muy impresionante de ver, pero hay una realidad: el último cojo-velero con un planeo de 50:1, motor autónomo o sustainer (en los más monos eléctrico) y alas ultramodernas vale como un piso. Y la edad media de los que lo vuelan se está acercando vertiginosamente a los 70 años.

Un Alisport Silent 2 Electro, capaz de despegar autónomamente con su motor eléctrico.

Pero pasearse por allí, verlos, incluso sentarse en una cabina de alguno de ellos (sabiendo que es poco probable que pueda volarlos) estuvo bien.