jueves, 30 de noviembre de 2017

Atol 650

Como Vds. seguramente saben, en Finlandia hay unos 22.000.000.000 árboles y unos 188.000 lagos. Tiene sentido entonces hacer un avión de madera anfibio. Un Sr. finlandés llamado Markku Koivurova decidió inspirarse en el diseño yanqui Osprey: creó el primer Atol que voló en 1988, pero todo se fue a hacer puñetas con la recesión de los años 90.


En la feria AERO, equipado con flotadores bajo las alas. Con el Rotax 912 is de 100 HP vuela en crucero a 170 km/h. Friedrichshafen, Alemania, 2016.

La cosa se quedó en estado de hibernación hasta que el Sr. Anssi Rekkula se jubiló de Finnair y se hizo socio del Sr. Koivurova, rescatando el Atol del sueño profundo en 2015. El nuevo Atol 650 es un anfibio biplaza que francamente me encantaría: como dicen en su propaganda: cuatro estaciones, tres elementos, dos asientos, un avión.


De nuevo en AERO, sin flotadores. Puede que no sean necesarios. El tren retráctil gira y las ruedas quedan dentro de unos carenados en el borde de ataque. Friedrichshafen, Alemania, 2017.

Dos pequeños inconvenientes: un ATOL pelado cuesta 149.000 pepinos. Si le pones además alas plegables, radio, trasponder, paracaídas balístico, lucecitas y ancla, suma otros 16.400. Y sobre todo, que en este país NO te dejan operar con un anfibio. Y que me ahorquen si lo entiendo.

Ahora, soñar es gratis: me imagino saliendo de aquí con ruedas y tomando en ese embalse estupendo rodeado de montes. Véanlo en acción.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Curtiss Pusher

Glenn Curtiss fue el primer pionero de la aviación en el mundo que consiguió construir y vender aviones - varios - con su modelo D. Era conocido como Curtiss Pusher porque la hélice "empujaba". Estamos en 1909 y los aparatos se van construyendo por el método de "prueba y error", a medida que se van comprendiendo (más o menos) las complejidades aerodinámicas y se van desarrollando motores más potentes y fiables.

La réplica de un Pusher en el fabuloso aeródromo de Old Rhinebeck. Fíjense en el enjambre de superficies, montantes y cables. No hay fuselaje. El piloto va al aire en un asiento delante del radiador del motor. Se ve la estructura para mover los alerones a la altura de los hombros y el volante de mando. Estados Unidos, 2015.

El Pusher deriva de dos modelos previos: el Golden Flyer y el Reims Racer. Además de un motor más potente (como siempre), los alerones pasaron de estar delante y entre los planos (¡!) a estar también entre ellos, pero detrás, lo que hacía que funcionaran mejor. Resulta curioso que la razón de utilizar alerones era para no pagar por la patente de los hermanos Wright sobre el control lateral del Flyer, que utilizaba la deformación alar. Esto por cierto fue motivo de un duradero pleito entre los Wright y Curtiss.

El Pusher (amarillo) entre un Hanriot (a la izquierda) y un Curtiss-Wright Junior. Fíjense en las extravagantes superficies de mando.

El Pusher utilizaba tanto un elevador convencional en la cola como un plano canard delante para controlar la profundidad. Bien, pues un piloto de exhibición (Lincoln Beachey) se cargó el plano canard al estrellarse contra una valla al aterrizar. Lejos de preocuparse salió a volar sin él y encontró que el avión volaba mucho mejor... a partir de 1912 Curtiss ofreció el Headless Pusher ("descabezado"), sin el canard.

Ayudantes vestidos de época sacan el Pusher a dar una vuelta, que consiste como mucho en dar un salto al aire. El avión lleva un auténtico motor Curtiss V-8 de entonces.

El avión tenía unos mandos curiosísimos. Los alerones se accionaban con los hombros, mediante un soporte de movimiento lateral. Al moverse el piloto a un lado, esto movía los alerones y el avión se inclinaba. En las manos llevaba un volante de coche que al girar movía el timón de dirección, y al desplazarlo alante y atrás, los dos elevadores. Y por fin había tres pedales en el suelo, dos de ellos eran para frenar en tierra (uno soltaba una especie de garra que se clavaba en la hierba, y otro accionaba una cruda zapata que rozaba contra la rueda de delante). El tercer pedal era el acelerador del motor.

El avión está hecho de madera de abeto y fresno, y los planos de morro y cola están sujetos con cañas de bambú. Fíjense en el perfil alar fino y curvado.

El avión volaba bien, era maniobrable y con él se hicieron numerosas hazañas. Entre ellas, el piloto de Curtiss Eugene Ely fue el primero que aterrizó y despegó de un barco.

Una réplica de un Headless Pusher sin el canard delantero, en el Museo del Aire y del Espacio de Washington. Fue construida por el propio Curtiss en 1919 utilizando algunas partes originales de Pusher previos, y regalado a la Smithsonian Institution en 1925. Estados Unidos, 2015. 

sábado, 25 de noviembre de 2017

Una visita a Meier Motors

Meier Motors se especializa en restaurar aviones de la Segunda Guerra Mundial (también de otras épocas), y los dejan listos para volar. No es un museo, pero lo que tienen dentro da para uno, y de los buenos. Pedí ir de visita, aceptaron, y fui a verlo. Fueron amabilísimos... pero no me dejaron hacer fotos. Al parecer, a los dueños de los valiosísimos aparatos no les gusta que un mindundi cualquiera saque sus joyas a la luz. Una pena.

El enorme hangar de la empresa. Bremgarten, Alemania, 2017.    

Juzguen Vds. mismos. Allí dentro tenían construyendo o en restauración:
  • Un FIAT G 59 del que ya les he hablado (que recientemente ha volado con la matrícula D-FIAT).
  • Una réplica de un Messerschmitt 109 E, construida desde cero. Con restos de uno histórico para plantillas. Y de dónde habrán sacado un motor Daimler-Benz DB 601.
  • Una Bücker Jungmeister con su motor radial Siemens. Que bonito avión.
Sólo me dejaron hacer un par de fotos. A la izquierda, un Yaovlev Yak-3. En el centro, Una Bücker Jungmeister. A la derecha se ve un poco de un Spitfire.
  • Una réplica de un Focke-Wulf 190 A8 construida por Flugwerk que terminó en el fondo del mar (matarile etc.). Fue en 2010, durante una exhibición en que falló la hélice. Alguien con mucha pasta ha decidido restaurarlo. Lleva un enorme motor soviético Shvetsov Ash 82, porque el BMW original será imposible de conseguir. Sólo les ha llevado 7 años, pero parece que falta poco.
  • Un Hawker Sea Fury T Mk 20 biplaza. Enorme. Colorao. Impresiona. A punto de volver a volar.
  • Un Spitfire Mk VIII. Fino, delicado, un juguetito en comparación.
  • Un YakovlevYak 3, con motor ruso original. El Spitfire soviético. Bonito, proporcionado. Al parecer, no cuesta mucho obtener motores y piezas de aviones soviéticos, hay material abandonado por todas partes.
Detrás de la Piper Arrow, una Boeing Stearman. Y detrás, un enorme Hawker Sea Fury con las alas plegadas y la hélice de 5 palas.
  • Una Boeing Stearman azul recién entelada.
  • Una Piper Turbo Arrow III, que en comparación con todo lo anterior, casi quedaba mal allí dentro.
  • Y fuera tenían el Pilatus P2 que se utilizó para la 3ª entrega de las películas de Indiana Jones. Esperando un cliente que le apetezca restaurarlo.

El hangar de históricos de Bremgarten, en sí mismo un museo. Varios restaurados por Meier Motors. Se ven Boeing Stearman, North American P-51 MustangYak 52de Havilland Tiger Moth y North American T-6 Texan/Harvard. Tenían allí dentro más de una docena de joyas históricas en vuelo.

Como ven, casi nada. Herr Meier empezó restaurando una Fieseler Storch y se ha convertido en una referencia en Europa para este tipo de trabajos. Trabajan unas 25 personas, inclyendo a 15 mecánicos. Sólo la labor de documentación histórica y de ingeniería me parece impresionante.

El fuselaje del Pilatus P-2 de Indiana Jones y la última cruzada.

Según me contaron, la empresa no tiene fondos propios para restaurar aviones, con lo que es el cliente, imagino que con la pasta por delante, quien pone en marcha el proceso. Conclusión: tengo que hacerme cliente de esta gente.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Mil Mi-1

Mikhail Mil, tres veces condecorado con la Orden de Lenin, Héroe del Trabajo Socialista, Premio de la Unión Soviética, y con otros muchos honores, fue un ingeniero aerospacial pionero en la construcción de helicópteros. Y merece ser recordado como uno de los decisivos, a la altura de Igor Sikorsky.

Ya sé que no se ve gran cosa, pero les aseguro que es un WSK SM-1M, la versión construida con licencia en Polonia del Mi-1. Museo del transporte, Budapest, 1997.

Mil trabajó en los años 30 en el Instituto Central de Aerodinámica de Moscú, donde se especializó en el desarrollo de autogiros y fue asistente del otro futuro gran constructor de helicópteros soviético, Nikolay Kamov. Luchó en la Gran Guerra Patriótica (La Segunda Guerra Mundial) y al terminar comenzó el diseño del primer helicóptero soviético fabricado en serie, el Mil Mi-1 "Hare".


El Mi-1 es un helicóptero convencional que voló por primera vez en 1948. Lleva un motor radial de 7 cilindros y 575 HP y originalmente podía volar con el piloto y dos pasajeros. Tuvo un éxito enorme: se construyeron más de 2.500 entre la USSR y Polonia, en la tira de versiones.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Spirit

Trixy Aviation es una empresa austriaca reciente (2010). Su fundador, Rainer Farrag, quiere construir un vehículo múltiple. La idea es que una moto eléctrica biplaza sirva como módulo de mando o cabina al que se pueden acoplar detrás el resto de un autogiro, un avión o un helicóptero (es decir, todo menos la cabina). Semejante lío no tengo claro que tenga muchas ventajas. Pero mientras tanto fabrican autogiros completos.

Además del aspecto deportivo llama la atención lo alto que está situado el rótor y el motor, que lo llevas directamente encima de la cabeza. En la feria AERO, Friedrichshafen, alemania, 2017.

El Spirit es el "deportivo": un original biplaza lado a lado (hay muy pocos así) que parece un roadster. Lleva un motor Trixy 1200 GS, sospechosamente similar al motor de una BMW 1200 GS. Y lo que llevan todos los autogiros ultraligeros, más alguna cosa original. Por ejemplo, un depósito de espuma anti-explosión (!) y varios compartimentos de equipaje.

Más que nada para hacer efecto, se le pueden poner unos faros led. La tapa del morro es uno de los  cinco (!) compartimentos de equipaje.

Parece que el cacharro está bien construido y "a la moderna": fibra de carbono, piezas cortadas con láser, o soldadura en atmósfera inerte. Lo ponen bien. Pero vamos, otro más de las docenas de autogiros ULM que hay en la actualidad.

Al año siguiente, de nuevo en AERO. Vean que la hélice es cuatripala.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

Balerit

Este curiosísimo cacharro es un Mignet HM-1000 Balerit. Se trata de un ultraligero francés de 1986 con alas en tándem, un descendiente muy muy lejano del piojo volante original de Henri Mignet. Y en más de un sentido, porque es una creación del hijo y del nieto de Mignet.

Este Balerit de vigilancia de incendios estaba de paso en St Auban (Francia) en 2004. Según el piloto, es un avión sencillo, seguro y facilísimo de volar: "el único avión que se conduce, no se pilota".

Lo de las alas en tándem es muy original. Para empezar, no tiene estabilizador, las dos superficies sustentan. El mando de profundidad cambia la incidencia del ala delantera (la de atrás es fija), que pivota sobre los montantes. No hay elevador. Además, no hay pérdida ni barrena como en un avión normal: cuando el ala delantera entra en pérdida, el morro baja un poco. Esto hace recuperar la sustentación inmediatamente. Lo único que consigues con la palanca atrás es prolongar esa situación indefinidamente hasta que llegas al suelo.

El avión tiene un Rotax 582 con el que vuela a unos 120 km/h y aterriza a unos 50 km/h. En Francia ha tenido cierto éxito, se han hecho más de 100 y hasta los ha comprado el ejército.

Tampoco tiene alerones. Con lo que no hay mando de alabeo: sólo hay mando a dos ejes. Al accionar el enorme timón el diedro hace que el avión se incline al girar. Tanto el motor como los pasajeros están en posición central. Y por último, las alas son plegables como un tríptico: los tres trozos de cada ala quedan apilados en el centro del avión, con lo que se puede remolcar tras un coche, y cabe en una plaza de garaje (¡!).

domingo, 12 de noviembre de 2017

Flamingo

Aunque son claramente los reyes de los veleros, los alemanes no han tenido mucha suerte con las avionetas. Y eso que han hecho diseños muy interesantes. Este que les muestro es un MBB/SIAT/CASA 223 Flamingo, un avión que voló por primera vez en 1967, que nada tiene que ver con su predecesor del mismo nombre.

Este Flamingo está en el Deutsches Museum Flugwerft Shleissheim. El esquema de pintura me parece feote, pero el avión tiene muy buena pinta. Alemania, 2016.

El diseño original es de SIAT (la empresa renacida Siebel de posguerra, que descendía su vez de la Klemm de antes de la guerra). SIAT fue absorbida en 1968 por el conglomerado MBB, heredera de Messerschmitt. Tras hacer sólo 30, transfirieron en 1972 la producción a Construcciones Aeronáuticas (CASA) en Sevilla, España. Hicieron una serie de 50, que sumados a los 17 construidos en Suiza con licencia por Farner dan en total los 97 construidos.

A la izquierda está el motor Porsche: un boxer de 6 cilindros con reductora. Fíjense en la elegante toma de aire encima del capó y la amplia cabina de 4 plazas.

El Flamingo nada tiene que ver con su antecesor. Es normalito: un avión de entrenamiento de ala baja metálico con un motor Lycoming IO-360 de 200 HP. Similar a la típica lata de sardinas yanqui. La pequeña diferencia es que se han hecho más de 32.000 Piper PA-28. Puede que no sea justo: pienso que el Flamingo es mejor. Tiene cabina de burbuja, se hicieron versiones acrobáticas y me parece más robusto.

Delante del plano izquierdo se pueden comparar los dos motores: el antediluviano Lycoming (más voluminoso y oscuro, al fondo) pierde mucho al compararlo con el Porsche, mucho más moderno.

Y hubiera sido todavía mejor la versión con motor Porsche PFM. El motor derivado del que llevaban los deportivos 911 tenía 3,2 litros (el dinosaurio yanqui 5,9), daba más caballos (210 HP ó 240 HP la versión turbo), iba más fino, hacía menos ruido, gastaba menos, sólo tenía un mando (mezcla y calefacción eran automáticas), era acrobático y en resumen era claramente de lo más avanzado en la época. Pero todo este desarrollo se fue a hacer puñetas a finales de los 80, cuando la absurda legislación yanqui hizo que los seguros de responsabilidad civil hundieran la producción de la aviación general.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

Twin Voyager

Dos aviones en uno: un planeador de altísimas prestaciones y una avioneta de turismo de gran alcance, rápida, cómoda y con relativamente poca potencia. El Stemme S-12 Twin Voyager ("doble viajero") consigue algo muy difícil de conseguir, porque lo habitual es tener que hacer compromisos. Y en este avión hay fundamentalmente sólo uno: que cuesta una fortuna (de 350.000 pavos en adelante).

Un Twin Voyager en el stand de Stemme mostrando algunas de sus características innovadoras: las enormes alas y la hélice plegables. Feria AERO - Friedrichshafen, Alemania, 2017.

En su vertiente velero, tiene 25 metros de envergadura y un planeo de 53. Eso es sólo un poco menos que los grandes veleros clase open. Como avioneta, con un Rotax 914 de 115 HP viaja a velocidades de crucero de hasta 225 km/h con alcances de hasta 1.700 km. Se va al parecer cómodo, la cabina es grande y tiene compartimento separado de equipaje. No he volado en uno, pero las descripciones impresionan.

Un Stemme S-12 en carrera de despegue con la cola ya en el aire. AERO - Friedrichshafen, Alemania, 2017.

Todo ello se hace a base de tecnología. El S-12 voló por primera vez en 2015 y es un desarrollo del Stemme S-10. Tiene las mismas características de diseño. Una de las claves es el motor central detrás de los pilotos y la hélice plegable por entero en el morro. Las alas tienen aerodinámica ultramoderna y se pueden plegar, dejando la envergadura en sólo 11,4 metros. Hay mejoras en muchas áreas: por ejemplo, el tren retráctil más ancho, la aviónica más completa, las superficies de mando más grandes, o el lastre en la cola para ajustar el centrado.

El mismo avión estaba unos meses más tarde sobrevolando Rovinj en Croacia. Fíjense en el alargamiento de las alas y en la hélice plegable.

También hay peros, claro. Y no sólo la pasta. Hay otros dos que tienen su importancia: primero, que es un avión complejo, que exige mucha preparación y experiencia, como velero, y como avión de motor. Y además que necesitará probablemente un mantenimiento complicado y previsiblemente caro. No es un Falke, para lo bueno y para lo malo.


Stemme volvió a mostrar su S-12 en la feria AERO en 2018. Vean la impresionante envergadura del plano. Friedrichshafen, Alemania, 2018.

Dudo mucho que me haga con un chisme de estos. Peeero sería probablemente mi primera opción entre todos los artilugios voladores.

Hay mucho sitio y se puede presumir de envergadura. Buscando ricos clientes yanquis. Oshkosh, USA, 2019.


domingo, 5 de noviembre de 2017

Monocoupe 110

Antes de que Donald Luscombe hiciera avionetas con su nombre, al terminar la Primera Guerra Mundial, aprendió a volar en un Curtiss Jenny. Lo de volar forrado con casco, gafas, mono y sin poder hablar no le gustaba. El quería algo más civilizado: un avión pequeño, rápido, con cabina cerrada, y dos asientos lado a lado, para poder vestir como un caballero y charlar, en su caso, con el pasajero.

Little Butch parece una caricatura de avión: diminuto, redondeado, carenado, con alas minúsculas y pintura "de carreras". En realidad es un pepino rapidísimo y acrobático.

Luscombe diseñó ese avión en 1926 y le llamó Monocoupe. Sin saberlo estaba haciendo una revolución en la aviación. Las avionetas de uso personal cambiaron desde entonces por completo y hasta nuestros días. Luscombe buscó financiación y un ingeniero para dar forma a sus ideas: Clayton Folkerts. El primer Monocoupe de la empresa voló en 1927.

¿Quieren uno? Puede que tengan suerte. Una renacida Monocoupe ha recuperado el diseño para ofrecerlo en kit. Impresiona todavía más que también han recuperado y piensan producir el motor Warner Super Scarab. No sólo para el Monocoupe, claro, le puede sentar muy bien a una Bücker Jungmeister. Les deseo más suerte que la última vez.

Los Monocoupe eran ligeros, compactos, rápidos, eficientes y relativamente asequibles. Rápidamente se hicieron un nombre en las carreras. Aunque Mr. Luscombe se fue en 1933 para fundar Luscombe Aircraft, los monocoupe se siguieron desarrollando a base de mejoras aerodinámicas y motores más potentes.

No estoy seguro de querer pilotar una de éstas, pero me encantaría que me dieran una vuelta.

El Monocoupe 110 era un desarrollo del 90 con un motor Warner Scarab radial de 7 cilindros y 110 HP. El piloto de carreras Johnny Livingstone pidió para las carreras de 1932 algo más radical: el Monocoupe 110 Special, con la envergadura rebajada de 9,1 a 7 metros y un motor Warner Super Scarab de 145 HP. La velocidad máxima pasó a más de 300 km/h. El último Monocoupe 110 Special - Little Butch - salió de la fábrica en 1941.

Y después de la guerra, en 1946, en esa línea tan yanqui de tunear las máquinas le cascaron un Warner Super Scarab de 185 HP con el que fue pasando por diversas manos en el circuito de las exhibiciones hasta terminar en el Museo del Aire y del Espacio de Washington.