viernes, 28 de julio de 2023

Pobeda

La Unión Soviética dedicó algún esfuerzo a la construcción de dirigibles en los años 20, pero fue en la siguiente década cuando viendo el enorme desarrollo alemán decidieron darle más impulso. El famoso Graf Zeppelin alemán visitó Moscú en 1930 y generó un entusiasmo impresionante. Para obtener resultados rápidamente contrataron al ingeniero italiano Umberto Nobile, que había realizado espectaculares expediciones polares en los dirigibles semirígidos de su invención, Norge e Italia, en 1926 y 1928.

 

Este sello todavía de la USSR de 1991 (el año de su disolución), pensado para el coleccionista (el matasellos de Moscú no es real) muestra el dirigible Pobeda en una bonita puesta de sol sobre el mar.

Así que empezaron a construir y a volar dirigibles de ese tipo diseñados por Nobile a partir de 1932. Pero el caso es que a pesar de su capacidad industrial y que dedicaron un considerable esfuerzo a buscar helio (lo encontraron en varios sitios de Siberia) solo se construyeron los dirigibles semirígidos V1 a V6 (alemanes, británicos y yanquis desarrollaron sobre todo dirigibles rígidos). Cuando el V6 Osoaviakhim, a pesar de haber batido varios récords, se estrelló en 1938, todo el programa se paró. De hecho con la catástrofe del Hindenburg en 1937 y la introducción de modernos aviones cuatrimotores antes de la Segunda Guerra Mundial estaba claro el futuro.
 
Con estos antecedentes, no se entiende muy bien por qué en plena guerra los soviéticos decidieron construir un nuevo dirigible en 1944 que llamaron Pobeda (Победа: Victoria). No he encontrado gran cosa de él. Al parecer se utilizó para transportar hidrógeno que se usaba en globos de entrenamiento de paracaidistas. Francamente original. Y cuesta creer que no hubiera otra manera más sencilla de hacerlo. También se usó para propaganda, se pueden encontrar fotos del aparato volando con con grandes retratos de Lenin y Stalin en los laterales y banderas de la Unión Soviética colgando. Lamentablemente el Pobeda se estrelló en 1947, matando a toda la tripulación. Ese mismo año volaba el prototipo del MiG-15. Los ruskis entraban en otra dimensión.

jueves, 27 de julio de 2023

Trail

El Groppo Trail es un ultraligero biplaza orientado al despegue y aterrizaje cortos (STOL), y al vuelo en montaña y sitios agrestes. Aunque es en general parecido a otros de ese pelo, como por ejemplo el Kitfox o el Savage, tiene algunas características interesantes. Una de las que más me gusta es que las alas se pliegan (como en el Kitfox). Es completamente metálico (los otros están entelados) y eso le da un plus de robustez al exterior. Además, me parece bonito, aunque sea subjetivo.

 


Un Trail con gancho de remoque despega de Friedrichshafen. Vean el un poco aparatoso espejo que han puesto encima de la cabina para ver el velero remolcado. Alemania, 2018.

Dentro de ser STOL no es extremo (toma y despegue en ciento y pocos metros), y para la potencia que tiene es razonablemente rápido (crucero de 150 - 170 km/h, dependiendo de lo exageradas que sean las ruedas que le pongas). El conjunto está bien, pero de nuevo es más o menos como otros muchos y lleva el mismo y casi universal Rotax 912. Además parece que es un poco más barato que sus alternativas, pero depende como siempre de qué le pongas.

 


Arriba, un Trail con ruedas gordas para tomar en sitios malos.. Abajo, otro Trail con ruedas todavía más gordas y generadores de vértices encima del borde de ataque. Feria AERO, Friedrichshafen, Alemania, 2016 y 2017.

En ese sentido la fábrica hace muchos esfuerzos para que te lleves un avión lo más personalizado posible, ofreciendo un montón de opciones. Por ejemplo, puede llevar un compartimento de equipaje adosado a la parte inferior del fuselaje, lo que puede venir bien si te vas de camping por ahí.

 


Arriba, me gusta el maletero bajo el fuselaje. Permite llevar trastos que no caben en la cabina (sólo hay un poco de sitio tras el asiento trasero, no mucho). Abajo, plegar el ala al parecer es cuestión de cinco minutos y una sola persona. No hace falta desconectar los tubos de combustible (los depósitos están en los encastres de ambos planos, en total 105 litros). Feria AERO, 2016.

El Trail se puede comprar listo para volar o en kit. A su vez, el kit puede ser el tradicional 51% o el "casi listo para volar", que deja el trabajo en 400 horas, dicen. El avión está fundamentalmente pensado para la nueva legislación de 600 kilos máximo al despegue, a la que por fin se ha apuntado España. 

 

De nuevo en AERO. Con hélice mona y ruedotas. Se ve detrás la versión con tren triciclo, que ya no ofrecen. El tren clásico es una simple lámina de acero, si aterrizas con mucha energía rebotas. Alemania, 2018.


Como siempre lo ponen bien. Buenos mandos, buenas características y buen de todo. Sin embargo, un dueño de uno de estos chismes me dijo que el avión tenía sus cosillas. No debe ser fácil de aterrizar en poco espacio, aunque imagino que con práctica la cosa mejorará. Llevando pasajero, especialmente si es pesado, el avión se vuelve bastante más crítico (el piloto va delante y el pasajero detrás, con lo que el centro de gravedad se retrasa y se hace más nervioso).

 



Un Trail en Coscojuela de Sobrarbe. Vean el panel sencillo con la gran pantalla multifunción. De los instrumentos clásicos sólo lleva un anemómetro y la bola. Los asientos en tándem hacen necesaria un poco de gimnasia para meterse dentro. Huesca, 2019.

Soñar es gratis. Con un chisme de estos y sobre el papel te puedes llevar la tienda, las cervezas y otras cosillas para irte de excursión por ahí tomando por las buenas en un campo (no de aviación). En España teóricamente no. O al menos no si te están mirando. Las ruedotas y sobre todo las manitas del piloto sí que permiten meterte en un campo pequeño y malejo. Mola.

miércoles, 26 de julio de 2023

La Vuelta Ibérica (5)

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Viernes 7/7/23: La Morgal - Vitoria - Santa Cilia

 

Vds. dirán: falta un día. Cierto. El jueves 6 de julio el tiempo estaba muy feo por todas partes. En Asturias y en la zona del Cantábrico en general había nubes bajas que impedían el vuelo visual. Y en el interior había aviso de tormentas, que de hecho fueron muy violentas en algunos sitios por la tarde. La vuelta en general debía haber ido a Lumbier (cerca de Pamplona,  la idea era haber ido el día de San Fermín), y nosotros nos íbamos de vuelta a Santa Cilia, que sólo está 50 km más hacia el este. Pero todo el mundo se quedó en tierra, salvo tres aviones que volvían a casa, que decidieron cruzar directamente hacia el sur sobrevolando los Picos de Europa.

 

Oviedo está lleno de estatuas por las calles. Me encantan. Asturias, 2023. 


Así que día libre por Oviedo. Nos dedicamos a pasearnos por la ciudad, un sitio estupendo, comer bien y descansar en general. Por la tarde dedicamos tiempo a planificar el viaje de vuelta. Que no resulta fácil. El vuelo directo de La Morgal a Santa Cilia son más de 400 kilómetros, que aparte de cansado empieza a estar cerca del límite de la autonomía del avión si hay problemas como el viento en cara o hay que desviarse por mal tiempo, precisamente lo previsto. Luego especialmente el día de la vuelta era importante parar para repostar.

 


Arriba. Los participantes de la Vuelta Ibérica 2023 delante del enorme hangar de La Morgal. Al parecer es de diseño alemán y se construyó durante la Segunda Guerra Mundial. Abajo, vean el curioso diseño casi completamente despejado, con un sólo pilar de celosía de acero en el centro y cerca de las puertas. Todas las puertas eran originalmente correderas y dejaban un vano enorme, sólo estaba el pilar central. Con los años se deterioraron y condenaron las centrales. Asturias, 2023.

 

Ir por la costa es bonito pero complicado. Están los aeropuertos de Santander, Bilbao y Fuenterrabía, todos ellos con sus CTR y especialmente Bilbao con bastante tráfico. Ir por el interior tampoco es sencillo, hay mucho espacio aéreo restringido y pocos aeródromos. Están los aeropuertos de Vitoria, Logroño y Pamplona, pero suponen una complicación. Tras muchas llamadas, conversaciones y reflexiones, lo previsto era ir a San Torcuato en La Rioja, una pista de ultraligeros con sólo 420 metros de tierra. Había combustible y fueron muy amables. Estarían disponibles para el día siguiente.


El hangar de La Morgal por fuera, con unos cuantos participantes en la Vuelta, incluido el Falke. Vean la bonita rosa de los vientos pintada en el suelo. Las puertas de la parte central están inmóviles embutidas en hormigón. Asturias, 2023. 


 

11. De La Morgal (Asturias) a Vitoria


La ruta: salir de La Morgal, rodear el CTR de Asturias y a la costa. Los Picos de Europa en rojo quedan por dentro. Cuando se acaban, entrar por el embalse del Ebro al norte de Burgos. El área circular roja es de nuevo una central nuclear: Santa María de Garoña, la primera de España, parada desde 2013. Finalmente, entrar en Álava y aterrizar en Vitoria.
 

Así que el último día, viernes 7 de julio, nos fuimos al aeródromo de La Morgal para encontranos una bonita capa de niebla. El tiempo pasaba y aquello no levantaba. Y encima la previsión era de nuevo de vientos en contra y tormentas por el área del Pirineo a partir del mediodía. Por si fuera poco, hablamos con San Torcuato y nos dijeron que el aeródromo estaba fuera de límites. Al parecer la pista está situada entre árboles, es estrecha y el viento soplaba fuerte y muy cruzado, generando turbulencia. No aconsejaban aterrizar.


La pucha. Niebla. No se puede salir. A esperar. La Morgal fue aeropuerto civil de Asturias de 1953 a 1963, cuando se cerró al tráfico comercial precisamente porque se formaban nieblas con frecuencia. Hubo que esperar a 1968 para que empezaran los vuelos desde el Aeropuerto de Asturias, situado en la costa. La Morgal, Asturias, 2023.

 

Descartado San Torcuato, las opciones viables eran los aeropuertos de tierra adentro, y el que parecía mejor era Vitoria. Es grande, tiene poco tráfico y estaba abierto todo el día. Así que hicimos un plan de vuelo a Vitoria y planificamos el viaje con una primera parte por la costa del Cantábrico y luego torcer tierra adentro por San Vicente de la Barquera hasta Vitoria. Esto dejaba además la parte central de los Picos de Europa hacia el sur, evitando tener que superar cimas muy altas.



Arriba. De nuevo por la impresionante costa de Asturias. La Ría de Villaviciosa. Por si alguna vez se lo han preguntado, la gente de Villaviciosa son... maliayas y maliayos. Abajo. La salida del Río Sella, el del descenso, en la magnífica playa de Ribadesella. Al fondo, los picos de Europa. Asturias, 2023.

 

Por fin la niebla despejó y la gente fue saliendo. Nosotros despegamos de La Morgal a las 10:17. Tras rodear el CTR del aeropuerto de Asturias por el sur y el este, llegamos a la costa en Gijón y de nuevo seguimos la línea del mar. Qué sitios tan bonitos. Pasamos sucesivamente por la Ría de VillaviciosaRibadesella y llegamos a la frontera entre Asturias y Cantabria en la Ría Tina Mayor. Luego solo unos kilómetros hasta San Vicente de la Barquera, a la vista de las estupendas playas de San Vicente y Oyambre, donde iba de pequeño. Pero el mar se había acabado por este viaje.





Arriba, las sucesivas sierras hasta los Picos de Europa al fondo. Centro, qué sitios tan bonitos en la costa. Abajo. La ría Tina Mayor, frontera entre Asturias y Cantabria. Vean el avión blanco de la Vuelta que está cruzando la desembocadura bajito. El pueblo de dentro es Unquera. Asturias, 2023.

 

Fuimos subiendo poco a poco con el terreno. El viento afortunadamente todavía no había subido a lo previsto. El problema no sólo es que te frena, es que en los montes vas sufriendo los sotaventos con sus turbulencias y descendencias. Dejamos el embalse del Ebro a la derecha y nos metimos por el norte de Burgos hasta llegar al punto Whiskey de Vitoria (habrán notado que hemos pasado por muchos güisquis). No hubo problemas en localizar la pista, es sencillamente enorme. Tres kilómetros y medio de largo por 45 metros de ancho, podríamos aterrizar y despegar siete veces seguidas sin dificultad.



Arriba. Entramos al mar por San Vicente de la Barquera. Se ve su famoso puente atravesando la ría. Abajo. El norte de Burgos tiene sierras no tan altas y escarpadas como los Picos de Europa, pero muy bonitas. Había zonas de turbulencia y sotaventos, afortunadamente menos de lo esperado.

 

Aterrizamos en Vitoria a las 12:46. La larga etapa de 2h29' fueron 282 kilómetros a 114 km/h. Sorprendentemente rápido, porque no habíamos tenido el viento de frente previsto. Estábamos prácticamente solos en el inmenso aeropuerto. En la plataforma norte, que es la de aviación general y la pequeña en tamaño, podíamos haber aterrizado sin dificultad. Incluso con el jet de negocios y la Cirrus SR22 que estaban allí aparcados. Ni un alma y todos los hangares cerrados. En el aeropuerto fueron muy amables, pero el camión de la gasolina tardó bastante y entre hacer la montaña de papeles y echar gasolina el tiempo iba pasando.



Arriba. El Falke en la plataforma "pequeña" de Vitoria. Podíamos haber despegado y aterrizado allí sin problemas. Al fondo, un Gulfstream G-200 Galaxy. Abajo, ¿alguien me puede decir qué avión es este de la cabecera 04 de Vitoria? Ni idea. Álava, 2023. 


 

12. De Vitoria a Santa Cilia de Jaca (Huesca)

 

Y por fin, la última etapa. Salir de Vitoria, pasar por debajo de Pamplona y enfilar Yesa hasta Santa Cilia.

 

Cuanto más tiempo pasaba, más riesgo de tormentas por el Pirineo, justo donde íbamos. Y además era la última etapa, inevitablemente ya había ganas de acabar. Como la pista de Vitoria es tan grande, sólo carretear a la cabecera 04 llevó un buen rato. Allí tienen un avión supongo que para ejercicios de los bomberos que no fui capaz de identificar. ¿Alguna ayuda?. Alineamos y despegamos a las 13:54, habíamos estado más de una hora en Vitoria. Nos fuimos al aire como habitualmente, en unos 250 metros. Así que los más de tres kilómetros de pista restante se fueron quedando poco a poco abajo y atrás... piensen que a la velocidad del Falke despegando recorrer esa pista son casi dos minutos y medio (¡!).


Despegando de Vitoria. Álava, 2023.

 

Al principio no subíamos y hubo que girar varias térmicas. Poco a poco avanzábamos hacia el este y nos fuimos acercando a Pamplona, cuyo CTR bordeamos por abajo. El cielo se estaba llenando de nubes con aspecto no muy tranquilizador, pero cuando pasamos por Lumbier ya cerca del embalse de Yesa nos sentimos prácticamente en casa. En territorio ya muy familiar pasamos por el Arangoiti, descendimos a Santa Cilia y tomamos con un ventarrón de costado bastante fuerte, haciendo necesaria la técnica para esos casos. 


El embalse de Alloz, una referencia fácil al suroeste de Pamplona. Navarra, 2023.

 

Por fin. Aterrizaje a las 15:511:57' de viaje, 182 km94 km/h. La etapa más lenta del viaje, por subir en las térmicas, y el viento en contra. Y en el día, 464 kilómetros, el segundo con más distancia. ¿Podríamos haber ido en una sola etapa, todo seguido? Teóricamente sí, el Falke se supone que tiene para 5 horas de vuelo más una pequeña reserva de media hora. Pero un vuelo de cuatro horas y media deja muy poco margen. También hubiéramos llegado antes. Menos de una hora después de llegar se empezaron a producir tormentas por las que no hubiéramos podido pasar.


El embalse de Yesa. Vean las sombras de las nubes sobre el agua. Ya casi estamos. Navarra, 2023.

 

Cansados, llevamos el avión al hangar, recogimos las cosas, lo enfundamos y lo dejamos listo para otro día. Nos despedimos de la gente de la Vuelta por teléfono y de la del aeródromo en persona. De vuelta a casa me calló un tormentón con granizo tan brutal que pensé que iba a romper el parabrisas.


El Falke de vuelta en Santa Cilia. Huesca, 2023.

 

 

Y para terminar

 

Si han llegado hasta aquí, creo que les habrá gustado el viaje. Uno de los más bonitos y diferentes que he hecho. La experiencia de vuelo ha sido intensa, a veces difícil, siempre llena de belleza. Estoy realmente muy contento de haberla vivido.

 

En los días siguientes, de vuelta a la rutina habitual, sentía un poco de extrañeza por no estar en "modo avión": preparando vuelos y luego volando. Es curioso como te acostumbras a otras cosas, incluso tan fuera de lo común como ésta.

 

Como Vds. saben, el futuro es incierto. ¿Volveré a hacer un viaje asÍ? No lo sé. Espero que tanto al Falke como a nosotros nos queden todavía muchos años de vuelos muy bonitos. 

 

Creo que me gustaría hacer un Viaje de Falkes. Tiene que ser chulo volar con varios motoveleros clásicos de viaje por ahí, todos a un ritmo parecido. Habrá que organizarlo.

 

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martes, 25 de julio de 2023

La Vuelta Ibérica (4)

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Martes 4/7/23: Coimbra - La Cerval - Fervenza

Miércoles 5/7/23: Fervenza - Ribadeo - La Morgal

 


Nos pusimos la rutina de dos etapas cortas en lugar de una larga y el resto de la vuelta fue así. El problema fundamental era la meteo: por mucho que estés en mitad del verano, el norte siempre tiene mas riesgo de nubes bajas y condiciones no visuales, además de las tormentas veraniegas. De ambas cosas no nos libramos. También vimos algunos sitios realmente bonitos.

 

 

7. De Coimbra a La Cerval (Portugal)

 

Ir por la costa atlántica hubiera sido la leche, pero había que ir por el interior. No se muestra el relieve en colores, pero se ve en la altimetría de abajo: aunque los montes son bajos, es muy montañoso, verde y bonito. Portugal, 2023.

 

El día anterior había cierta esperanza por parte de la organización de que nos dejaran ir por la costa: volar por la orilla del mar del Atlántico pasando por la desembocadura del Duero en Oporto. Aunque desde luego hubiera sido la leche, había que pasar por nada menos que tres áreas restringidas, y sólo en la primera de Aveiro había teóricamente paso hasta 1.000 pies sobre el mar. En las otras dos, un área militar al sur de Oporto, y la propia área de Oporto con su aeropuerto intenacional estaban restringidas desde la superficie. Aparte de que ni a militares ni a aeropuertos comerciales con mucho tráfico les gusta mucho que haya un enjambre de anárquicos aviones ligeros revoloteando por sus dominios.

 

En la punta del plano, la ciudad vieja de Coimbra con los edificios de la universidad, y el río Mondego. Portugal, 2023.
 

Al final prevaleció la sensatez y fuimos por el interior. Eso supone rodear el TMA de Oporto. Pero había otro factor: la meteo. El martes 4 de julio por la mañana los contactos de la vuelta en Fervenza nos dijeron que no nos diéramos prisa, estaba todo cubierto por nubes bajas y no se podía pasar hasta más avanzado el día. Así que nos dedicamos a hacer una tranquila revisión del avión y dejarlo preparado. Y a hacer fotos de los participantes y otros aviones que había por allí.


El río Duero en la presa de Carrapatelo, con su extraordinario ascensor de barcos para permitir la navegación fluvial. Portugal, 2023.
 

Cuando los cielos del norte empezaban a despejarse, todo el mundo salió corriendo. Nosotros despegamos de Coimbra a las 12:04. pero en el ascenso inicial el motor hizo un extraño (cambió de ruido un segundo o dos como máximo, sin pararse). Decidimos virar directamente a viento en cola para aterrizar. Cinco minutos en el aire y un rato en tierra para revisar de nuevo el motor y llegar a la conclusión de que todo estaba OK. Pudo ser algo de agua de condensación en la gasolina. El motor no volvió a tener hipo.

 

Portugal está lleno de aeródromos y en general está mucho más orientado a la aviación que España. El Aeródromo Oliveira de Frades, uno de los alternativos de la ruta. Portugal, 2023.

 

Así que de nuevo al aire a las 12:31, nos habíamos retrasado bastante y encima teníamos dos etapas. Un amable piloto de La Cerval al principio accedió a llevarnos gasolina, pero a medida que nos íbamos retrasando nos dijo que tenía otros compromisos. Gracias de todos modos e igualmente decidimos que íbamos a parar. 


Podíamos haber ido en la última parte del viaje a la costa y pasar por Viana de Castelo. Se ve en la foto,  situada al fondo en la desembocadura del río Limia. Luego sería subir por el mar y entrar por el río Miño a La Cerval. Ahora siento un poco no haberlo hecho. Portugal 2023.
 

El viaje fue muy bonito. Al principio íbamos paralelos a la costa, pero a unos 40 km por el interior. Es una zona de montes que te conduce hasta el valle del Duero y del Támega, hasta pasar Amarante. Ahí viramos hacia La Cerval, dejando Braga a nuestra izquierda y finalmente llegando al río Miño. Como otras veces, no había manera de encontrar el aeródromo, pero al final apareció. Aterrizamos en la estrecha pista rodeada de altos matojos, nada buenos para los ruedines de las alas del Falke, a las 14:47'. Fueron 2h16' de viaje, 222 km y una media 98 km/h porque teníamos viento de frente. Había un señor portugués con el que charlamos un poco, estiramos las piernas y a apañar todo el lío de los planes de vuelo con unos y otros.

 

El Falke en La Cerval. Portugal 2023.
 

 

8. De La Cerval (Portugal) a Fervenza (La Coruña)

 

Uno de esos vuelos soñados: pasar por las cuatro rías bajas de Galicia al ladito de las islas atlánticas fue una maravilla. Vean que en todo momento estás dentro del TMA de Galicia y dejas los CTR de Vigo y luego Santiago por la derecha.

 

Despegamos de La Cerval a las 15:22 y enseguida cruzamos el Miño muy cerca de Valença y Tuy, diciendo adiós al control de Porto y contactando a continuación con el TMA de Galicia. Una señora muy amable nos ayudó con el plan de vuelo, con el que tenían un poco de lío, y nos dio el OK para ir a Fervenza. Había que superar unos montes para llegar a la primera de las Rías Bajas, y para eso hubo que dar unas cuantas vueltas en una térmica que afortunadamente había pasado el Miño.

 


Arriba, las Islas Cíes. Abajo, la Ría de Vigo. A la derecha la ciudad de Vigo, y al fondo se distingue el Puente de Rande.

 

El viaje a baja altura por las cuatro Rías Bajas (Vigo, Pontevedra, Arosa, y Muros y Noya) es de los vuelos más inolvidables que he vivido. Fuimos tranquilamente pasando por sitios extraordinariamente bonitos



Arriba, la alargada Isla de Ons. Abajo, la Ría de Pontevedra con la ciudad al fondo.

 

En la de más al sur, Vigo, a nuestra izquierda estaban las Islas Cíes y en la margen izquierda la ciudad de Vigo. Por la siguiente, Pontevedra, dejamos la isla de Ons a la izquierda y al fondo la capital. Cuestión de gustos, pero la más bonita me parece la de Arosa. Pasamos rascando Latoja y más adelante por encima de Cambados y de la Isla de Arosa, cruzando luego en diagonal para superar los montes hasta la siguiente ría, con unos techos en los que no sobraba mucho. Nos habían aconsejado que la mejor manera de ir a Fervenza era desde el fondo de la ría de Muros y Noya, y así lo hicimos. 

 




Arriba, entrando en la Ría de Arosa, El Grove y la Isla de Latoja. Centro arriba, la Ría de Arosa con sus cientos de mejilloneras. Centro abajo, no había mucho margen para pasar de la Ría de Arosa a la De Muros y Noya. Abajo, la meteo claramente mejoraba a partir de la Ría de Muros y Noya. Galicia, 2023.

 

Nos quedaban sólo cosa de 20 kilómetros, pero nuestros colegas de vuelta habían tenido dificultades para pasar. Afortunadamente despejaba tierra adentro y llegamos sin problemas al embalse de Fervenza. La pista de Mazaricos es para variar muy fácil de localizar, ya que está en el lado suroeste del embalse, al lado del agua. Aterrizamos a las 16:34. El impresionante vuelo sólo había durado 1:12' y 125 km, a 104 km/h. Todo el mundo había comido ya en el aeródromo, pero una señora muy amable rápidamente nos sacó tortilla, lacón, empanada y otras cositas bajas en calorías, que nos tomamos muy a gusto. Por la noche, a descansar en el pueblo de Mazaricos sin más fiestas.

 

Aterrizaje en Fervenza. Además de ir muy pegado a la ladera de un monte, superar un barranco que daba miedo y aterrizar al ladito del agua, la primera parte de la pista era cuesta abajo. Un sitio estupendo. Galicia, 2023.

 


9. De Fervenza ( La Coruña) a Ribadeo (Lugo)

 

Incluso con la meteo favorable no veo fácil volar por la costa por el TMA de La Coruña y luego el área restringida del Ferrol. Hubo que bordear el TMA de La Coruña y Santiago por el sur y darnos un garbeo rural hasta llegar a la costa.

 

El miércoles 5 de julio de nuevo existía cierta ilusión entre todos los participantes por salir de Fervenza a la Costa da Morte y seguir por allí todos recovecos de la costa de Galicia y la mitad de Asturias. Pero no pudo ser. Por una parte está el CTR de La Coruña, que no te dejan pasar más que por fuera y bajo en el mar, y a continuación el área militar de El Ferrol. Y por otro, los locales decían que las nubes de la costa probablemente estaban bajas y que era más seguro ir por dentro.

 

Galicia. Pueblitos, casas y campos diminutos. Ningún sitio donde aterrizar.

 

Así que por dentro. Lo que es una faena, porque los CTR de Santiago y La Coruña están unidos y uno a continuación de otro. Lo que te obliga a rodearlos por el sur. Al final el vuelo dura muy parecido al del plan molón costero... Sin embargo volar por el interior de Galicia es también muy verde y bonito. Hubiéramos preferido el mar, claro.

 

En relativamente pocos años el paisaje de España se ha transformado, por todas partes hay generadores eólicos. Contra los que es aconsejable no chocar si pasas por una cresta con el techo justo. Galicia, 2023.

 

Así que despegamos de nuevo relativamente tarde, a las 10:50, porque también había que esperar a que subieran las nubes en el interior. Y nos pegamos una buena ración de Galicia rural: verdes campitos pequeños con arbolitos y casas por todas partes. En los montes, aerogeneradores y techos bajos de nubes, y por fin llegar a la costa del Cantábrico cerca de Foz, en Lugo. Tras unos pocos kilómetros por el mar, aterrizamos haciendo un circuito por el mar en Ribadeo - Villaframil, muy fácil de localizar justo al lado del mar, a las 12:41. El viaje había durado 1:51', fueron 214 km a 115 km/h.

 

El Falke en Ribadeo, al ladito del mar. Hierba por todas partes. Galicia, 2023.
 

 

10. De Ribadeo (Lugo) a La Morgal (Asturias)

 

Otro vuelo memorable: la costa norte de Asturias desde Galicia hasta entrar por debajo del Aeropuerto de Asturias a La Morgal. Vean en el diagrama de alturas del navegador como prácticamente fuimos a ras de agua hasta meternos tierra dentro, donde hubo que superar unas pequeñas sierras antes de tomar en La Morgal.
 

Ribadeo estaba aparentemente desierto y sin nadie en la radio. Los hangares estaban  cerrados, relativamente lejos y por encima de la pista, del lado de tierra. Ni nos acercamos. De nuevo subidos en el avión, despegamos a las 13:02 para darnos otro atracón de costa por Asturias

 



Arriba, la desmbocadura de la Ría de Ribadeo con el faro da Illa Pancha. Siempre me ha hecho gracia el nombre. Centro, el pequeño puerto de Tapia de Casariego. Abajo, el todavía más pequeño puerto de Viavelez. Galicia y Asturias, 2023.

 

De nuevo volando bajos y pegados a los acantilados aquello era un espectáculo. En Asturias apenas hay rías y la costa es una sucesión de playas y acantilados con campos verdes por encima. Los pueblos de la costa, como Tapia de CasariegoViavelez o Luarca tienen puertos pequeños y protegidos por diques que parecen finos y frágiles desde el aire. 

 


Arriba, la costa de Asturias: praus, rocas y playas. Abajo, pasando bajitos a la altura del Faro de Luarca. Asturias, 2023.

 

A partir del faro del Cabo Busto entramos en el TMA de Asturias y a partir del punto Whiskey nos fuimos metiendo hacia el interior para evitar el TMA del aeropuerto de Asturias, que está un poco antes de Avilés. Tras superar unas cuantas montañas con techos más bien bajos por fin llegamos a la zona llana del Aeródromo de La Morgal, que está en el pueblo apropiadamente llamado Lugo de Llanera, algo al norte de Oviedo.  Y por una vez, fácil de ver, situado entre dos grandes polígonos industriales. 



Arriba, el Faro del Cabo Busto está pensado para los pilotos: lo dice claramente. Abajo, en algunos sitios los acantilados de roca son verticales y enormes. Asturias, 2023.

 

Aterrizamos a las 14:05. De nuevo el mar nos había sabido a poco, sólo una hora y tres minutos de viaje, 113 km a 107 km/h. En el Aeroclub estaba ya todo el mundo en la mesa al aire libre. Comimos una fabes con su compango y unos filetes con salsa de cabrales. Estaba todo buenísimo. Y por la noche, si alguien se había quedado con hambre, fuimos a una espicha: sidra y más cosas de comer.

 



Arriba, la desembocadura del Nalón y el pueblo de San juan de la Arena, justo al lado del aeropuerto de Asturias. Centro, las nubes bajas pueden ser un problema en el norte. Abajo, el aeródromo de la Morgal en el llano al norte de Oviedo rodeado de polígonos industriales.

 

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