jueves, 24 de marzo de 2016

S.E.5

A finales de la Primera Guerra Mundial la Royal Aircraft Factory introdujo el S.E.5 (Scout Experimental 5, o caza experimental 5), un nuevo biplano de caza con un motor Hispano Suiza V8. El diseñador del avión era Henry Folland (y otros), que después haría cazas para la Gloster (Grebe, Gamecock, Gauntlet y Gladiator). Y el motor era del ingeniero suizo Marcus Birkigt, que había fundado Hispano Suiza con el español Damián Mateu. Aunque al principio tuvo un montón de problemas, pronto se convirtió en un buen caza, con el que varios ases se dedicaron a agujerear boches.


Esta réplica de SE5 se construyó en 1983 para una película, partiendo de una célula de Stampe muy modificada, y con un motor Lycoming O-360. Pero da el pego. La Ferté Alais, Francia, 2014.

A Birkigt le debemos muchas ideas avanzadas: bloque de aleación de aluminio, árboles de levas en cabeza, y reductora con eje final de la hélice hueco (que permitía el paso de un cañón sin sincronizar). Además los motores (con el tiempo) se hicieron muy fiables. Al final fue el motor dominante en los cazas aliados.


Tot Biplà era una empresa de Barcelona que construía réplicas de Bücker 131 y de SE5a, que al parecer ha dejado de hacerlos. La réplica del SE5a era biplaza y llevaba un Rotax 912. Aeropuerto de Lérida, 2014.

El nuevo motor era un gran adelanto sobre los rotativos: aparte de no terminar bañado en aceite de ricino (que tiene un poderoso efecto laxante) y tener un mando de gases como lo entendemos hoy (en los rotativos el control era más crudo), la ventaja obvia era la potencia. Por vez primera los británicos podían confiar en subir y correr más que los alemanes.

Este SE5A es original y en aquel momento pintado con matrícula F 937 de los Royal Flying Corps. Museo de la Ciencia, Londres, 1980.

Unos cuantos años después el mismo SE5A fue pintado con el aspecto que tenía en los años 20 con la Savage Skywriting Co Ltd, que se dedicaba a hacer escritura aérea. Museo de la Ciencia, Londres, 1993.

Por tercera vez, el SE5A en el Museo de la Ciencia de Londres. Y sólo han pasado 36 años desde la primera. Difícil de narices hacer fotos en ese lugar, pero esta vez iba mejor equipado. Londres, 2016.

Con todo, ser piloto de estos chismes seguía siendo un asunto duro. Puede que mejor que estar gaseado, bombardeado  o ametrallado en las trincheras, pero duro de todas maneras. Se mataron miles, y contra lo que pueda parecer, no necesariamente en combate. Sin llegar a luchar con el enemigo se producían todo tipo de problemas: aviones lamentables o mal construidos, motores que se estropeaban constantemente, combustible malo, órdenes estúpidas (terriblemente frecuentes), entrenamiento absurdo o inexistente... Y también estaba el enemigo, claro.

Réplica de un SE5A en el Aeródromo Old Rhinebeck. Estados Unidos, 2015.


Este SE5A es original y también se dedicó en su momento a la escritura aérea. Impecablemente restaurado, ahora se puede ver en el Museo de la Royal Air Force. Londres, 2016.

Una convincente réplica a escala 3/4 y monoplaza, en un entorno también convincente. Corre, corre que te pillo con una réplica de Fokker triplano. Grenoble (Francia), 2018.

El último SE5A que he visto por ahora está en la fabulosa colección Shuttleworth. Lástima que ese día no lo volaron, porque es el único avión original que queda en vuelo. Inglaterra, 2018.

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