domingo, 13 de marzo de 2016

Alouette II

El gigante Airbus helicopters es el mayor fabricante de helicópteros del mundo.  Creo que en parte su existencia se debe al desarrollo del Alouette II, que fue el primer helicóptero de turbina de gas construido en serie. Voló por primera vez en 1955 y hay todavía unos cuantos en vuelo.

Este Sud Aviation SA-318C era uno de los 7 que compró en 1974 el Ministerio del Interior para la Dirección General de Tráfico (y de ahí el color amarillo brillante). Tiene un motor Astazou, más potente que el Artouste. Museo del Aire, Cuatro Vientos (Madrid), 2005.

Tiene la pinta que todo el mundo asocia con un helicóptero: una cabina transparente, un rotor, una cola de celosía y un rotor antipar en el extremo. Se fabricaron unos 1.500 y han hecho de todo: desde rescate en alta montaña hasta tirar pepinos militares. Siguen siendo apreciados (incluso aunque se terminaron de fabricar en 1975) porque tienen un motor fiable, el mantenimiento es sencillo, y son robustos y versátiles.

Uno de los primeros: el nº 5 de serie, todavía Sud-Est (SE) 3130. De un lote para la marina francesa, que los utilizó a partir de 1957 (con tren de ruedas). El helicóptero está en el impresionante Museo Aeroscopia, Toulouse, 2015. Pero su recuperación y restauración la llevó a cabo la Asociación Ailes Anciennes Toulouse.

La clave de este éxito estuvo en juntar una turbina de gas con un helicóptero previo experimental que volaba muy bien, el Alouette (alondra). Y sobre todo, que el estado francés le dio al constructor un ultimátum: o lograban poner en producción un helicóptero en dos años, o dejaban de financiar el programa de helicópteros.

Para ocupar menos espacio dentro de los barcos las palas del rótor se podían plegar.

Vamos con la parte del helicóptero: La Société Nationale des Constructions Aéronautiques du Sud-Est (SNCASE), para abreviar Sud-Est, fue el resultado de la fusión forzosa de 5 compañías privadas aeronáuticas.  Una operación más de las nacionalizaciones del Gobierno francés tras la huelga general de 1937. Una de las compañías originales era Lioré et Olivier, que fabricaba con licencia autogiros Cierva C.30 españoles. La compañía resultante siguió con el desarrollo de máquinas con rotores, incluyendo el Focke-Achgelis Drache alemán. Después de la guerra hicieron varios diseños de helicópteros experimentales, hasta llegar al Alouette original (con motor de pistón).

Este Sud Aviation SA-313B estaba en vuelo cuando lo vi en la Ferté Alais (Francia) en 2014.

A los de Sud-Est se les ocurrió quitar el radial de 9 cilindros (que pesaba unos 300 kilos para 200 caballos) y poner una turbina de gas Artouste (unos 100 kilos y 260 caballos, luego hasta 500), desarrollada por Turbomeca. Éste fue el desarrollo crucial: las turbinas de gas pesan menos, son más potentes, mucho más fiables, tienen menos mantenimiento, y en definitiva han permitido el desarrollo moderno de los helicópteros.

Este Sud-Est 3130 de la Gendarmerie también es de los más antiguos (1959). Los años a la intemperie han oxidado la carcasa de la turbina.

La foto no es mía: es una postal de los años 70. Un Alouette II francés en el Refugio de Goritz, en el Parque Nacional de Ordesa (Huesca), en 1967. Hay gente que se dedica a coleccionar postales de helicópteros.

Un SNCASE SE3130 Alouette II en el Deutsches Museum, Schleissheim. Alemania, 2016.

Un Sud Aviation SE 3130 portugués. En el fabuloso Museo do Ar, Sintra, Portugal, 2017.

Un helicóptero Alouette II de rescate suizo. Vean las dos camillas a los dos lados del fuselaje. Se pueden cerrar y calefactar, y se ve la cabeza del rescatado a través de la cúpula transparente. Flieger Flab Museum. Basé Aérea de Dübendorf. Suiza, 2018.

Un Aerospatiale SE 3130 Alouette II de la Armée de Terre. Museo Clmént Ader. Lyon, Francia, 2018.

Un Alouette II del ejército alemán sin palas. Flugausstellung Peter Junior. Alemania, 2019.




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