Louis
Thaden y Blanche Noyes llevaban
más de 14 horas volando cuando se aproximaron a la meta de la carrera
transcontinental Bendix, de Nueva York a Los
Ángeles, en un Beechcraft
C-17R Staggerwing. En la edición de 1936 se suponía que había aviones más rápidos, y ellas creían que llegaban las últimas. Louis,
una chica de 31 años, se dirigió a su copiloto y le dijo que mejor no aterrizar
en la meta para que se rieran de ellas. Blanche opinó que ni siquiera les
esperaban, y que mejor aterrizar para darles
un poco en el morro.
El Staggerwing del
Museo del Aire y del Espacio es también de 1936 y tuvo una larga carrera en
activo hasta 1980, con 19 dueños diferentes. Washington, 2015.
|
Pasaron la meta
en sentido erróneo. Se dieron
cuenta, y entonces hicieron una
chandelle para volver a pasar en el bueno. Sacaron el tren, aterrizaron, y
mientras paraban un montón de coches se les acercó a toda velocidad: ¡habían ganado! Y por delante del
favorito (un Howard Mr. Mulligan que
se había estrellado). Y también de varios aviones monoplanos y supuestamente
más rápidos: Lockheed Orion, Vultee V1A, Douglas DC-2, Lockheed Electra y
Lockheed Gamma.
El Staggerwing parece que
va hacer una pasada por encima del Hughes H-1.
|
El Staggerwing
era como un reactor ejecutivo de los años 30: lujo, refinamiento, velocidad y a mi me parece que mucho más estilo. Un avión bonito como pocos. Si les interesa, pueden plantearse restaurar uno, o si
andan bien de liquidez, comprarlo.
Seguro que allá donde vayan les mirarán. Además resulta que es veterano de la guerra
civil. Y no hay que preocuparse, aunque no tengan uno pueden ser miembros
de su club.
No hay comentarios:
Publicar un comentario