miércoles, 23 de marzo de 2016

Staggerwing

Louis Thaden y Blanche Noyes llevaban más de 14 horas volando cuando se aproximaron a la meta de la carrera transcontinental Bendix, de Nueva York a Los Ángeles, en un Beechcraft C-17R Staggerwing. En la edición de 1936 se suponía que había aviones más rápidos, y ellas creían que llegaban las últimas. Louis, una chica de 31 años, se dirigió a su copiloto y le dijo que mejor no aterrizar en la meta para que se rieran de ellas. Blanche opinó que ni siquiera les esperaban, y que mejor aterrizar para darles un poco en el morro.

El Staggerwing del Museo del Aire y del Espacio es también de 1936 y tuvo una larga carrera en activo hasta 1980, con 19 dueños diferentes. Washington, 2015.

Pasaron la meta en sentido erróneo. Se dieron cuenta,  y entonces hicieron una chandelle para volver a pasar en el bueno. Sacaron el tren, aterrizaron, y mientras paraban un montón de coches se les acercó a toda velocidad: ¡habían ganado! Y por delante del favorito (un Howard Mr. Mulligan que se había estrellado). Y también de varios aviones monoplanos y supuestamente más rápidos: Lockheed Orion, Vultee V1A, Douglas DC-2, Lockheed Electra y Lockheed Gamma.

El Staggerwing parece que va hacer una pasada por encima del Hughes H-1.

El Staggerwing era como un reactor ejecutivo de los años 30: lujo, refinamiento, velocidad y a mi me parece que mucho más estilo.  Un avión bonito como pocos. Si les interesa, pueden plantearse restaurar uno, o si andan bien de liquidez, comprarlo. Seguro que allá donde vayan les mirarán. Además resulta que es veterano de la guerra civil. Y no hay que preocuparse, aunque no tengan uno pueden ser miembros de su club.

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