miércoles, 16 de octubre de 2019

Oshkosh (1)

Ir a Oshkosh 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8
A lo grande


Es difícil explicar la dimensión de la semana de aviación de Oshkosh (Wisconsin, USA) que se hace anualmente en verano y a la que por primera vez he ido este año. Uno puede recurrir a las cifras (10.000 aviones, cientos de miles de visitantes…), pero no creo que sirvan para hacerse una idea. Air Venture, el nombre oficial (“la aventura del aire” o “la empresa del aire”), es la concentración de aviones no militares y no comerciales más grande del mundo, tal cual. Se compone de varias cosas que pasan en general a la vez y que voy a intentar resumirles.

Algo para recordar: estoy en el morro transparente del Boeing B-17G Aluminium Overcast, iniciando una pasada encima de la pista principal de Oshkosh. Los puntitos claros a la izquierda y arriba son miles de aviones aparcados. Estados Unidos, 2019.

La que para mi tiene más atractivo es la reunión de aviones o Fly-in (“ven volando)”. Es el origen del tinglado. La Experimental Aircraft Association (EAA), dueña de la reunión, hizo por primera vez eso en 1953: una quedada de colegas que se construían sus propios aparatos y que iban volando a la reunión en ellos. Con el tiempo la cosa ha adquirido otra entidad. Ahora hay 4 grandes áreas de exhibiciónWarbirds (“pájaros de guerra”, o sea antiguos aviones militares), Homebuilts (de construcción amateur), Vintage (clásicos) y finalmente Ultralights (ultraligeros). En estas áreas hay cientos de aviones que parecen mejor que nuevos.

Una fila de North American T-6 Texan en la zona de Warbirds.

Y otra fila de canards de Rutan en la zona de Homebuilts.

Muy cerca del aeropuerto hay una base de hidroaviones que también se puede visitar. Preparando una muy Vintage Piper PA-12 Super Cruiser para una darse una vuelta.

Hay una zona dedicada a los aviones ultra-STOL, que hacían competiciones de despegue y aterrizaje corto en la pista de ultraligeros. Vean un Rans S-6 Coyote canadiense muy modificado con slats y enormes ruedas tundra.

Pero resulta igual de interesante (o más) pasearse por las numerosas áreas de aparcamiento donde están los aviones “normales” que ha traído la gente. Sólo en Oshkosh son unos 3.000 (hay otros 7.000 que no caben y acuden a los aeropuertos vecinos). En muchos casos están agrupados por modelo (por ejemplo, hay legiones de Vans RV, Beechcraft Bonanzas, o Rutan Vari Ezes aparcados en filas). Resultan un espectáculo curiosísimo, y la mayor parte vienen con sus trastos de camping que montan al lado del avión. Otra parte de este espectáculo es que constantemente están despegando y aterrizando aviones (que de hecho hacen a Oshkosh el aeropuerto con más movimientos del mundo esa semana).

Una de las zonas de aparcamiento y camping. En primer plano una Beechcraft Bonanza, detrás, unas cuantas Mooney M20 y al fondo una Cessna 185.

Impresiona. Sólo en esta foto aérea hay cientos de aviones aparcados.

En segundo lugar, y también impresiona mucho, Oshkosh es un carrusel de demostraciones aéreas. Todos los días está la principal de 1 a 6 de la tarde, y además hay otros 4 días con otra de atardecer y noche. Cada una de ellas es un peazo de show que rivaliza con cualquiera que haya visto Vd. en otro sitio. O mejor dicho, son varios a la vez: por ejemplo, puede pasar que mientras una o varias patrullas vuelan en formación al este y oeste del campo, hay un número de acrobacia en la pista principal (18-36) y a la vez están aterrizando y despegando incesantemente aviones por la 09-27, situada en el extremo norte del aeropuerto. Y eso sin contar los helicópteros que se pasean por el recinto, desde el Pioneer Airport, y los aviones que operan en la pista de ultraligeros.

Un Grumman AGCat de exhibición haciendo acrobacia.

Un Texan y un Extra 300 haciendo acrobacia en formación muy pegados.

Oskosh es también un enorme “congreso” aeronáutico. A lo largo de la semana se suceden unas mil presentaciones, conferencias, talleres y un largo etcétera, que se realizan en docenas de recintos, desde pequeñas casetas-aula hasta un enorme teatro al aire libre para más de mil personas. Absolutamente cualquier cosa relacionada con la aeronáutica: desde Como entelar un avión a Mi vida como piloto de alta montaña. Esto de por sí podría ocupar todo el tiempo disponible.

Aprendiendo a hacer costillas (no a la brasa).

Y un mercado, claro. Enorme. Lo esperable en el imperio capitalista. Si quieres aligerar tu cartera, puedes salir de allí con un avión. Están todos los yanquis y otra muchos más: PiperCessnaDiamond... También hay gente que aprovecha para vender su avión y se cierran tratos allí mismo. Y luego hay centenares de puestos que te venden cualquier cosa relacionada con la aviación (instrumentos, tornillos, ruedas, camisetas, fundas, material usado, libros…). O incluso no relacionado (baterías de cocina, joyas, jabón, sectas religiosas… y les aseguro que no me lo invento). Esto para mi tenía menos atractivo, pero miles de personas se paseaban por allí.

Cacharrería aeronaútica de ocasión.

Sólo en USA. Creen en Dios y en la oración. Y rezan por ti. Una Cessna 182D.

De todo lo anterior sale un abigarrado y enorme conjunto de gente de lo más variado. Te puedes encontrar con personas curiosísimas. Esto sólo ya merece la pena. Desde el tipo que te explica cómo localizó su avión hecho polvo desmontado en un hangar y que le llevó cuatro años restaurarlo (está impecable, y es poco decir), al que te dice como si fuera lo más normal del mundo que ha venido en su propio Grumman F8F Bearcat para participar en un par de exhibiciones, o el que hace la “peregrinación” anual desde hace 30 años para ver el espectáculo.

Este señor me estuvo contando cómo restauró su Piper J-3 Cub y me enseño el álbum de fotos con el largo proceso. El año anterior había ganado uno de los premios a mejor resturación de un clásico (Vintage). El avión estaba exquisitamente restaurado con una atención al detalle difícil de mejorar.

Por último, está la cuestión de volar, claro. Lo que nos gustaría a muchos sería hacer migas con alguno de los dueños que van en su avión y salir a volar en un peazo de avión, generalmente espectacular. Y a mi me daría lo mismo una modesta Piper Cub que un MustangLamentablemente, esto es imposible. Sólo organizar el tráfico de los miles que simplemente llegan o se van y las exhibiciones satura por completo el aeropuerto. 

Una posibilidad de volar en Oshkosh: darte una vuelta en un clásico Bell 47 Bombilla desde el Pioneer Airport. Pagando, claro.

¡Pero hay una alternativa! La ocasión única de volar en uno de los aviones históricos que están disponibles especialmente para la ocasión. He volado en chismes tan exóticos como un Ford Tri-Motor (de 1929), un Boeing B-17 Fortress, un Consolidated B-24 Liberator, un Boeing B-29 Superfortress, un North American T-6 Texan y un Boeing-Stearman Kaydett. Que les contaré en su momento. Y no he podido volar, dita sea, porque estaba en revisión, en un Douglas DC-3. Pero especialmente los vuelos en el B-17 y el Stearman, han sido memorables.

Otra posibilidad es darte un corto vuelo en un Ford Trimotor de 1929. Despegas, te dan una vuelta por el vecino lago Winnebago y vuelves en 15 minutos. Pero está muy bien: saboreas cómo era volar en un avión de pasajeros de los años 20: chapa de aluminio ondulada, motores radiales al aire, olor a gasolina, y una cabina decorada en maderas nobles.

Y en resumen, ¿qué? ¿merece la pena? ¿has disfrutado? (me preguntan los amigos). Pues… depende. Seguro que es una experiencia única, y más para uno que le gustan los aviones. Pero incluso para mi le sobran días. Llega un momento en que aquello cansa. Me alegro de haberlo vivido, ha sido realmente muy interesante, pero también es poco probable que vuelva. Y no ya por caro y complicado de organizar (que también), sino porque ya está: lo he hecho, fin.


Ir a Oshkosh 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8

No hay comentarios:

Publicar un comentario