El Grumman F8F
Bearcat es una bestia parda.
El último caza naval de hélice yanqui y último de los cazas de hélice Grumman
"cat" voló por primera vez en 1944,
y era mejor que los primeros reactores.
Para crearlo, instalaron el motor más
potente disponible (una enormidad de 2.000 o más
caballos), el mismo de su antecesor Hellcat,
en el avión más pequeño posible, una
fórmula tradicional de hacer cazas.
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The Fighter Collection tiene este Bearcat de 1948 desde sus inicios en los 80. Se construyó para la marina yanqui, y desde 1957 ha ido pasando por diversas manos privadas. Mostrando su arrolladora potencia en Duxford, Inglaterra, 2018. |
Estaba pensado para operar desde portaviones pequeños. Buscaban sobre
todo velocidad ascensional. Y ya lo
creo que la consiguieron: oficialmente, 23 m/s. Pero en 1946, un Bearcat de
producción batió un récord al subir a 10.000 pies en 94 segundos, a casi 32
m/s. Que es 115 km/h en vertical. Con un avión que pesa
vacío más de 3 toneladas. Y que llevaba un piloto, aunque fuera menudito, y
algo de gasolina, suponemos.
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N68RW es de 1947 y también empezó con la marina yanqui. Después de pasar una temporada en un museo fue restaurado y llegó a participar en las carreras de Reno, con poco éxito. Oshkosh (USA), 2019. |
A pesar del aspecto chato y no
muy afilado típico de los aviones con motor radial, el Bearcat es también rápido. Mucho. Un avión estándar
consigue más de 700 km/h. El Rare Bear, un
avión de carreras que sigue
compitiendo, consiguió en 1989 el récord absoluto de velocidad de aviones con
motor de pistón, a 850 km/h. Llevaba
un motor todavía más enorme que el original, puede que de unos 4.000 caballos.
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Stephen Gray, fundador y dueño de la Fighter Collection se despide a sus 76 años (¡!) de las exhibiciones públicas en su Bearcat, mientras recibe una ovación de la multitud. Espero que siga volando muchos años. La Ferté Alais, Francia, 2014.
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Una de las características más
curiosas del Bearcat es que inicialmente
se diseñó con puntas alares "rompibles". Si el piloto se pasaba
de "ges", cedían, salían despedidas y podía seguir volando con las
alas "recortadas". A poco que piensen en ello, esto es una barbaridad. ¿Qué pasa si se
rompe sólo una punta? Pues que el avión se pone a dar vueltas incontroladamente
y te estampas. A pesar de todo, insistieron. Pusieron cargas explosivas para
hacer estallar automáticamente la otra. Claro, esto podía fallar: al menos dos
pilotos se mataron. Finalmente decidieron reforzar las puntas y olvidarse.
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Conquest es un Bearcat de carreras que usó el piloto Daryl Greenamyer para batir el récord de velocidad a 777 km/h en 1969. Y de paso pulverizando el que tenía desde 1939 Fritz Wendel en un Messerschmitt 209, a 755 miserables km/h. Mantenía el motor original, pero modificado para dar 3.100 caballos. Compitió varias veces contra Rare Bear, que como les he contado superó el récord 10 años después. Museo del aire y del espacio, Centro Udvar Hazy, USA, 2015. |
Quedan un puñao de Bearcat en
vuelo, y son unos aviones francamente espectaculares.
Además parece que vuelan muy bien,
y no son especialmente difíciles de volar. Pero me temo que no voy a volar uno.
Una pena.
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Un motor radial Pratt&Whitney R-2800. Las dos filas de 9 cilindros forman un bloque compacto y ligero ("sólo" 1.000 kg). El primer motor de este tipo yanki, se empezó a usar en 1939. Su enorme potencia y tamaño relativamente reducido hizo que se usara en un montón de aviones. Durante la guerra en cazas y bombarderos (entre ellos los F4U, F6F, F8F, P47, B26, A26 y P61). Después de la guerra se siguió utilizando en aviones de transporte como el DC6. Y en la actualidad lo siguen llevando muchos Canadair CL-215 apagafuegos.
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