Louis Becherau
fue un ingeniero francés que hizo un buen fajo de aviones notables, como el Deperdussin Monocoque. Durante la Primera Guerra Mundial, el famoso as
francés Georges Guynemer le pidió
que diseñara un nuevo caza mejor que el SPAD S VII que Becherau había diseñado en 1915, con el estupendo motor Hispano-Suiza V8 de 150 CV.
La colección Memorial Flight tiene un SPAD S XIII auténtico de
1918 y en vuelo, que se puede ver en la Ferté Alais en la exhibición anual. El
extra vestido de aviador de la guerra le da más autenticidad. Aunque según las fotos, el auténtico Guynemer era un poco más estilizado.
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El caso es que el SPAD S VII se
había quedado atrás - literalmente en este caso - porque los nuevos cazas
boches eran más rápidos. Becherau diseñó el SPAD S
XIII, que voló por primera vez en 1917.
El Imperial War Museum tenía una réplica de SPAD S XIII
pintado como el avión del as yanqui Eddie Rickenbacker. En
el fabuloso aeródromo de Duxford, Inglaterra, 1993.
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A primera vista el S XIII parece
igual que el S VII. Pero no, es un poco más grande, más pesado, y sobre todo
tiene un motor Hispano Suiza V8 mejorado
de 220 CV. Esto le permitía llevar 2 ametralladoras en vez de una, con lo que
se podía agujerear aviones y globos alemanes más fácilmente.
SPAD es por Sociedad Para la Aviación y sus Derivados, comprada por el
pionero Louis Blériot de la anterior Sociedad Para los Aviones Deperdussin,
que fue a la quiebra. Mismas siglas, menos que recordar. Este SPAD S XIII
llamado Smith
IV es original y muestra como es un motor Hispano Suiza V8. Museo del Aire
y del Espacio, Washington, 2015.
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El nuevo avión pasó a equipar todos
los escuadrones de caza franceses al final de la guerra, y también muchos yankis (y de otros países). Tuvo mucho éxito, pero el avión debía ser un dolor: los motores, sobre todo al
principio, fallaban constantemente,
era poco maniobrable, y tenía una entrada en pérdida peligrosa. Con lo
que los aterrizajes debían ser interesantes.
Este vistoso SPAD S XIII es una réplica de otro de los aviones de
Rickenbacker, con su característico sombrero de copa. Owl's Head Transportation
Museum, USA, 2015.
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Pero también tenía sus ventajas: la pura fuerza bruta de
los 220 CV le permitían subir mucho,
y se podía lanzar en picado sin
problemas hasta 450 km/h, lo que debía ser aterrador.
Esto se convirtió en la táctica esencial: subir, lanzarse en picado, abrasar a
tiros al infeliz enemigo y volver a empezar.
Esta réplica construida en Alemania en 1978 inicialmente volaba. Puede que sea la misma que les mostraba antes, aunque figura como del Museo desde 1997. En todo caso, el avión está pintado como el del as Rickenbacker. American Museum, Duxford, Inglaterra, 2018. |
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