sábado, 19 de octubre de 2019

Oshkosh (4)

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De camping

Entre los cientos de miles de personas que acuden a Oshkosh, la tribu de los elegidos son los que van en avión. Son unos 10.000 aviones, en su mayor parte pequeños, luego puede que sean sólo unas 25.000 personas. El resto son visitantes a los que la tribu puede ver con más o menos simpatía (más si vienes de lejos, como en mi caso).


No todos, pero muchos de los aviones visitantes van de camping.

Pero en la tribu hay clases, claro. Dentro de ellos, los escogidos son los que van directamente a Wittmann Regional Airport (KOSH), el aeropuerto de Oshkosh. Son unos 3.000 aviones, digamos 7.000 personas. El resto simplemente no cabe, por lo que tienen que ir a campos vecinos (Appleton, Fond du Lac...).

El Quest Kodiak parece una buena elección para ir de aerocamping. Puedes llevar un montón de trastos y aterrizar en sitios remotos.

Y entre ellos, los más genuinos, los que realmente se ajustan al espíritu original del "Fly in", son los que acampan durante la semana al lado de su avión. Y aseguran que es la manera real de disfrutar de Oshkosh. Si además el avión te lo has hecho tú con tus manitas, o lo has restaurado primorosamente, estás cerca de las puertas del cielo... Evidentemente, ir en tu jet privado al hotel de lujo de al lado del aeropuerto es una ordinariez.

Un visitante canadiense en su impecablemente restaurado Fairchild 24 con motor radial.

Esta elite de aerocampistas es una parte de lo más colorida y curiosa del espectáculo. Y como en los campistas en general, hay de todo. Desde los que se conforman con llevar una tienda mínima y un saco para dormir bajo el ala, hasta los que montan tenderetes muy elaborados, con tiendas, sombrajos, tumbonas, neveras, cocinas, barbacoas, y un sinfín de adminículos.

Hace falta una Cessna 185 para llevar todo lo que estos elegidos han desplegado. Pónganse cómodos.

Lo cual da lugar a curiosas contradicciones. Como volar en un peazo de parato como una Beechcraft Bonanza, que cuesta un millón de pavos, y terminar durmiendo en el suelo abrasado por los mosquitos. 

Lo que más se ve en Oshkosh sigue siendo la avioneta tradicional americana "spam can", y entre ellas las Piper PA-28. Esta Cherokee es una 235 con motor de 6 cilindros.

Me encanta la Cessna 170. Sigue siendo un avión favorito para "tunear", como éste que le han colocado un kit "super-STOL" (vean los turbuladores encima del borde de ataque) y enormes ruedas tundra para aterrizar en sitios complicados.

Un clásico (para ellos, "vintage"): una Piper PA-24 Comanche 250 canadiense. A sus más de 50 años sigue siendo un avionazo.

Atención al detalle: la tienda está a juego perfecto con el avión. Había muchas así. Esta Piper PA-20 Pacer es original (es decir, no es una Tri-Pacer con el tren recolocado).

En Oshkosh había un montón de Luscombes. Cada vez me gusta más este sencillo avión. 

Un Lazair bimotor original. Se cumplían los 40 años de la presentación del modelo en Oshkosh.

Un Europa de construcción amateur yanqui.

Creo que si fuera de camping en un Douglas DC-3 dormiría dentro del avión. Éstos prefirieron llevar varias tiendas, incluida una para sala de reuniones.

La repera en aerocamping tiene que ser ir en un anfibio. Este Republic Seabee estaba en venta. Sólo pedían 190.000 pavos.

Una Piper PA-32 Cherokee Six.

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