martes, 29 de enero de 2019

Marianne

El último intento de los franceses para mantener su antaño potente industria de veleros fue Centrair. Fundada por Marc Ranjon, un antiguo piloto de la Aéronavale, empezó como distribuidor de Schleicher, pero posteriormente empezó a fabricar veleros con licencia (ASW 20 y Scheibe SF 34), para terminar haciendo veleros propios

La Association Belfortaine de Vol a Voile ya no tiene Marianne entre sus planeadores de escuela, pero en 1994 sí.
Fueron dos: el monoplaza C101 Pégase, del que se fabricaron un montón, y el muy patriótico biplaza C201 Marianne (es el nombre alegórico de la República Francesa). La Federación Francesa de Vuelo a Vela anunció en 1983 un concurso para reemplazar los viejos biplazas de escuela, la mayor parte Wassmer Bijave, por un velero moderno de plástico.

Volando sobre los Vosgos, cerca de Belfort. Esto en aquel entonces se llamaba "autoretrato" (no "selfi").
La propuesta ganadora fue la de Centrair, y no se escatimaron medios: con parte de financiación pública se utilizaron los túneles de viento de la Oficina Nacional de estudios de Investigación Aerospacial (ONERA) y los ultramodernos ordenadores y programas de diseño de Dassault, nada menos.

Es un velero grande. Fíjense en que la cabina del alumno se abre hacia delante y la del instructor hacia el lado derecho.
El prototipo voló en 1985 y el caso es que salió un avión bastante bueno, aunque no perfecto. En el lado positivo, el avión está bien hecho y es robusto, el manejo es bueno y accesible a los alumnos, y para rematarlo, vuela mucho: tiene un respetable planeo de 40, que no está nada mal para su época.

La Association Aéronautique La Llagonne también se ha quitado sus Marianne. Preparado para salir detrás de una remolcadora Piper Pawnee. Fíjense en el fabuloso día para el vuelo que había en el Pirineo. Francia, 1999.
Y en su contra, la cabina de atrás tiene fama de incómoda, debe ser un dolor de montar y desmontar, y finalmente cuesta mucho encontrar a alguien que le guste la posición y el carenado de la rueda principal (que por otra parte no da problemas, pero la fama de feo es casi universal).

Llegando al Puigmal. El Marianne se manejaba con facilidad y el sitio es espectacular.
En su momento la Federación Francesa de Vuelo a Vela fue naturalmente acusada de chovinismo y de tener sólo razones políticas para "preferir el avión galo". El caso es que no tuvo éxito comercial y Centrair dejó de fabricar veleros en 1988, tras haber construido sólo 80 de estos biplazas. Hoy en día siguen en el negocio aerospacial, haciendo piezas en materiales compuestos  para otros.

Aprendiendo a salir a torno en St Girons. Los dos últimos veleros de la fila son Marianne. El Aeroclub de l'Ariege los sigue manteniendo muchos años después. Francia, 2003.
Volando el Marianne

He volado en Marianne en varias ocasiones y me gusta. Lo más evidente es que el velero vuela mucho: está muy por encima de un Blaník, vuela claramente más que un ASK 21 y apreciablemente más que un Twin Astir. Para encontrar un velero de escuela que vuele más hay que irse a otra liga (como un Janus) o a aviones mucho más modernos (como un Duo Discus o un DG-1000).

Vean el característico carenado de la rueda principal por debajo del ala.
A pesar de los muy largos 18 metros y medio de envergadura, el avión se maneja bien en todos los ejes, y no ofrece dificultad para pilotos primerizos. Siempre he salido con instructor, pero prácticamente no me tocaban los mandos y resultaba muy agradable de volar. También he hecho varios despegues a torno en uno, sin problemas.

El Aeroclub Pierre Herbaud también conserva un Marianne. Issoire, Francia, 2018.
Todavía quedan muchos en Francia, y es de esperar que sigan volando muchos años.

La Association Velivole de Tarbes se vino a volar al coté sur en agosto de 2019. Santa Cilia (Huesca).

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