En los años 50, los franceses tiraron la casa por la ventana inventando una de las series más asombrosas de aviones de experimentación de alta velocidad. Además de propuestas más convencionales, hubo aparatos realmente diferentes y muy originales, como el Leduc propulsado por un estatoreactor y el Trident por un motor cohete y turboreactores. Dentro de este grupo de chismes raros está también éste que les muestro, el Nord 1500 Griffon, una propuesta de lo más original que llevaba un turboreactor y un estatoreactor.
En esta foto tomada con una cámara de bolsillo y de película se ve a la derecha y de frente el Griffon II: vean la curiosa forma, con un fuselaje superior que tiene la cabina y el plano canard, y el fuselaje inferior con el ala delta y el masivo conducto para el turboreactor y el estatoreactor. A la izquierda se ve un Trident y el morro de un Mystere IV. Al fondo se ve también un Mirage III. Le Bourget, París, 1993.
El Griffon es realmente peculiar, parece una mezcla de un F-16 y un Mirage III (¡!), que además lleva canard delantero (¡!). Para propulsar aquello la idea era combinar un turboreactor (un Atar 101 con un modesto empuje de 3.400 kilos) simplemente para que pudiera despegar, más un enorme estatoreactor sin partes móviles, que al tomar velocidad y por la forma conseguía 6.800 kilos de empuje (¡!).
Llegar a esto no fue fácil. Empezaron por un planeador de investigación Arsenal 1301, para probar alas delta y en flecha, para después construir un avión de experimentación con ala delta llamado Nord (Arsenal) 1400 Gerfaut, y finalmente llegar al Nord 1500 Griffon I y II. El Griffon I voló en 1955. Mientras tanto, Arsenal había pasado a ser SFECMAS (Société Française d’Etude et de Constructions de Matériel Aéronautiques Spéciaux) y finalmente se fusionó con SNCAN (Société nationale des constructions aéronautiques du Nord) para ser en resumen Nord a partir de 1954. No me digan que los nombres de las empresas aeronáuticas francesas no tenían su miga.
Un motor ATAR 101G, sin el conducto de postcombustión, similar al 101E que llevaba el Griffon sólo para comenzar el vuelo. Museo Clment Ader, Lyon - Corbas, Francia, 2018.
Tras probar una primera versión sólo con el turboreactor Atar 101 (derivado de los turboreactores BMW alemanes de la guerra), el Griffon II llevaba los dos motores. Con modificaciones, André Turcat consiguió volar el enloquecido chisme a mach 2,19 (2.320 km/h) en octubre de 1959 (¡!). El récord del mundo de velocidad duró literalmente 26 días: una versión especial del MiG-21 le superó poco después. Para que pasara al poco a los yanquis en un F-106 Delta Dart en diciembre (¡!), de nuevo por los yanquis en un Phantom en 1961, brevemente por los ruskis en un prototipo MiG en 1962 y finalmente a la serie de aviones Blackbird yanquis, donde permanece holgadamente desde 1976 en unos tremendos y no parece que fácilmente superables 3.529 km/h.
El Griffon era un avión de investigación y no estaba previsto convertirlo en un avión de combate. De hecho, el avión tuvo muchos problemas: el estatoreactor no era regulable (o funcionaba a toda candela o no) y el enorme chorro de gases de escape dañaba con frecuencia la tobera. Además a esas velocidades el duraluminio del recubrimiento del avión se calentaba mucho y tambén se dañaba (¡!). Aunque al parecer volaba muy bien, los franceses optaron por desarrollar el Dassault Mirage.
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