domingo, 18 de junio de 2023

Trident

Tras la Segunda Guerra Mundial, los franceses se lanzaron a un programa de rearme sin precedentes, especialmente su fuerza áerea. Esto tiene consecuencias hasta nuestros días. En los años 40 y 50, en un momento en que la aviación avanzaba a un ritmo frenético, aparecieron unos chismes realmente originales, y el Trident (nada que ver con el avión de pasajeros posterior) es uno de los que más. 

En el Museo del Aire y del Espacio de Le Bourget se conserva el primer prototipo Trident I. Llevaba dos turboreactores Turbomeca Marboré II (el del Magister) más bien escasos en las alas, de 390 kilos de empuje, y un motor cohete SEPR 481 de 3.700 (¡!) en el fuselaje. El motor cohete de tres cámaras duraba poquísimo y no se podía regular, aunque se podían encender por separado. París, Francia, 1993.

Los alemanes habían usado durante la guerra el Messerschmitt Me 163 Komet con un solo motor cohete, que era un peligro. Los franceses comprendieron que necesitaban añadir algo de fiabilidad y duración al concepto de interceptor puro, que por otra parte les parecía imprescindible. Y más teniendo en cuenta los bombarderos y las armas nucleares que estaban desarrollando los rusos. Así que el Ejército del Aire (Armée de l'Air) encargó a SNCASO, o comunmente Sud Ouest, un avión que llevara motor cohete y también propulsión auxiliar con turboreactores. La idea era detectar a los bombarderos malos, subir a toda leche y lanzarles misiles para destruirlos.

 

Vean el Trident al fondo de otro extraño desarrollo de la época, el Nord Griffon. Los sucesivos prototipos Trident llevaron reactores y motores cohete más potentes. Una de las características más curiosas es que los Trident II no llevaban alerones, el alabeo se conseguía moviendo diferencialmente los elevadores. Éstos además eran todo móviles, como la deriva. 


El resultado fue el Trident de 1953. Un fuselaje en forma de bala, unas ¿alas? con forma de puerta de establo, con los reactores en el extremo, y un motor cohete SEPR (Société d'Etudes pour la Propulsion par Réaction) en la cola. Las últimas versiones Trident II del espectacular y futurista chisme consiguieron a finales de los 50 velocidades de casi mach 2, alturas de 26.000 metros y sobre todo una capacidad de subir hasta 15.000 metros en 2 minutos y 15 segundos. Piénsenlo un momento.

 

El motor cohete SEPR 533 fue uno de los que propulsó el Trident II. Para el más bien escaso tamaño daba casi 3.000 kilos de empuje y no se podía regular, aunque se podía encender cada cámara por separado. Devoraba combustible a un ritmo enloquecido y seguía siendo un chisme muy peligroso. Vean la pequeña maqueta del Trident abajo. Museo Clement Ader, Lyon-Crobas, Francia, 2018.

Pero el futuro no iba por ahí. Los franceses apostaron por el mucho más prometedor Mirage, que en varias versiones también llegó a utilizar para la función de intercepción versiones más avanzadas del motor cohete SEPR.

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