jueves, 12 de diciembre de 2019

René Fournier RF-6

Después de inventar el motovelero de viaje monoplaza (y también el biplaza), Fournier quiso convertirse en un "fabricante de verdad" con el RF-6: una avioneta biplaza de entrenamiento moderna, acrobática, con eficientes alas de motovelero, que voló en 1974

F-GADN es uno de los modestos Fournier RF-6B originales de madera y tela, hechos en Francia con un motor Continental O-200 de 100 HP.  Aeródromo de St Girons, Francia, 2003.

El problema es que eligió un mal momento. En plena crisis del petróleo lo de vender aviones en un mundo saturado por Piper y Cessna era difícil. Fournier aguantó como pudo, construyendo 45 hasta 1977, en que se vio obligado a cerrar. Los RF-6 eran aviones sencillos de madera y tela con un modesto motor de 100 HP.

G-BUUJ es uno de los primeros Slingsby T-67M Firefly, la versión hecha en fibra de vidrio y resina de poliéster del RF-6B. Slingsby fabricó a partir de 1982 32 aviones con el motor Lycoming O-320 de 160 HP. Siguen siendo apreciados como aviones acrobáticos. Duxford, Inglaterra, 2018.

Al fabricante inglés de veleros Slingsby no le iba muy bien y estaba pensando por esa época dar el paso a la aviación general. Adquirió los derechos del avión y comenzó un programa de desarrollo intensivo. Inicialmente construyó unos pocos Slingsby T67 Firefly (nada que ver con el poderoso caza naval), similares al original francés y construidos en madera y tela.

G-BLRF es un T-67C Firefly, la última de las versiones civiles. También lleva el motor de 160 HP, pero sin inyección y sistema de vuelo invertido. Aeródromo de Wellesbourne, Inglaterra, 2018.

Slingsby a continuación decidió rehacer el avión en materiales plásticos y meterse en el mercado de entrenadores militares. Aunque se hicieron versiones civiles, la chicha vino de las versiones para varias fuerzas aéreas, a destacar las británicas y sobre todo las yanquis. Éstos eran aviones muy evolucionados y diferentes, con un motoraco Lycoming O-540 de 6 cilindros y 260 caballos. A unos les fue mejor y a otros no tanto: las de los yanquis (T-34A) sufrieron unos cuantos accidentes, en realidad no atribuíbles al avión, pero que llevaron a parar la flota y finalmente destruirlos todos (¡!).

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