jueves, 5 de diciembre de 2019

Jetstream

Handley Page, la primera de las empresas aeronáuticas británicas, se fundó en 1909. Es conocida sobre todo por sus imponentes bombarderos de la Primera Guerra Mundial (Type O), de la Segunda (Halifax) y finalmente de la Guerra Fría (Victor). Pero en los años 60 las cosas se le estaban poniendo feas: el gobierno quería unificar la industria en dos grandes grupos: Hawker Siddeley y British Aircraft Corporation. Los de Handley Page se resistían y preferían mantener su independencia.

En la plataforma del Aeropuerto de Zaragoza se pasaron una temporada del año 2003 varios Jetstream 31 y Hawker Siddeley 748 de sendas compañías que habían quebrado. No sé que fue de estos aviones.

Como no tenían dinero para desarrollar un avión de pasajeros grande ni nuevos proyectos militares, se fijaron un objetivo más modestito: un turbohélice pequeño pensado para las aerolíneas regionales. Sin embargo, el diseño era ambicioso: el avión estaba presurizado y tenía un cuidadoso diseño aerodinámico.

Varios de los Jetstream T.1 que utilizó la Royal Air Force como entrenadores se conservan en museos. El XX499 en el Museo de Brooklands, Inglaterra, 2016.

El primer Handley Page HP 137 Jetstream (corriente en chorro) tenía 12 plazas (6 asientos a cada lado) y voló en 1967 con turbohélices franceses Turbomeca Astazou de 840 HP. Desde el principio se mostraron insuficientes y además dieron problemas. Entre probar el avión y solucionar los problemas, fabricar 35 unidades de la serie 1 e intentar mejorar el avión pasando a la serie 2 con motores más potentes (sólo 3 fabricados), Handley Page fue finalmente a la bancarrota en 1970.

El XX492 es otro T.1 de la RAF. Vean las finas barquillas y uno de los turbohélices Astazou. Newark Air Museum, Inglaterra, 2018.

Pero el avión era bueno y tenía potencial. Se creo Jetstream Aircraft, que en su breve existencia construyó 5 aviones más de la serie 1, después pasó a Scottish Aviation, que fabricó 26 aviones de la serie 2 para la Royal Air Force (según algunos, una mala idea) y finalmente, la profecía se cumplió: Scottish Aviation fue absorbida por el nuevo conglomerado industrial British Aerospace, que nacionalizó toda la industria aeronáutica en 1977.

El XX496, también un T.1, en el Museo de la Royal Air Force en Cosford. Parece listo para volar. Inglaterra, 2018.

Es a partir de entonces cuando se hicieron derivados más grandes y potentes, que son los que tuvieron éxito. La serie 3 llevaba motores yanquis Garrett y una cabina más espaciosa para 18 pasajeros. De estos se hiceron nada menos que 386 entre 1980 y 1993. Y finalmente, la serie 4 alargada para 29 pasajeros se hizo para competir con aviones como el Dornier 328. De estos se fabricaron 100 hasta 1997. De las dos últimas series quedan todavía muchos en vuelo y se pueden encontrar de segunda mano.

La Royal Navy recibió 14 de los T.1 que inicialmente fueron para la Royal Air Force y los modificó como entrenadores de observadores T.2. Además los pintaron de azul marino, al parecer más apropiado que el rojo de la RAF. Estuvieron en servicio hasta mucho más tarde (2011, mientras que la Royal Air force retiró los T.1 que le quedaban en 2003). En la foto, el XX476 del Museo Flugaustellung Peter Junior. Alemania, 2019.

Si les gusta la saga de películas de James Bond, en Moonraker (1979) 007 lucha con los malos en un Jetstream 1 de Apollo Airways en vuelo. Consigue tirar a uno por la puerta, pero a su vez le tiran a él... sin paracaídas (¡!). No les destripo lo que pasa, pero se lo pueden imaginar. Una escena clásica del cine de acción.

La serie 3 conserva el aspecto general, pero el fuselaje es claramente más grande para acomodar a 18 pasajeros. La Universidad de Cranfield utiliza su Jetstream 31 como laboratorio y aula volante. Farnborough, Inglaterra, 2018.

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