viernes, 6 de diciembre de 2019

Pucará

A mediados de los 60, la Fuerza Aérea Argentina pidió un avión de desarrollo nacional "contrainsurgencia", que es una manera muy eufemística de decir "para ametrallar y bombardear argentinos que piensan diferente que el gobierno". Es decir, las guerrillas que surgieron contra las dictaduras militares de la época. 

El prototipo 01 (vean el número en la puerta del tren delantero) se llamó inicialmente Delfín y voló con motores yanquis Garrett en 1969, aunque luego le pusieron los franceses de los de serie. La foto es de 1997, cuando estaba al aire libre en el Aeroparque, en el mismito centro de Buenos Aires. En la actualidad está en el Museo Nacional de Aeronáutica.

El resultado fue el FMA IA 58 Pucará, que voló en 1969. La industria nacional volvía a llamarse con el nombre original, Fábrica Militar de Aviones, pero mantenía la denominación IA. Y el nombre era fortaleza en quechua. En realidad el avión venía a ser como un bimotor de ataque de la Segunda Guerra Mundial, actualizado con turbohélices franceses Turbomeca Astazou. Algo como un Junkers 88 o un Bristol Beaufighter, pero 30 años después. Y es similar al también COIN (counter-insurgence) yanqui North American Rockwell OV-10 Bronco, de la misma época.

A-549 es uno de los Pucarás capturados que evaluaron los británicos tras la guerra de las Malvinas. Actualmente está en el Imperial War Museum de Duxford, esperando restauración. Inglaterra, 2018.

Para el cometido original valían, y de hecho se utilizaron nada más entrar en servicio en 1975 contra el Ejército Revolucionario del Pueblo. Pero la cosa fue muy diferente en la absurda Guerra de las Malvinas de 1982: los argentinos intentaron aprovechar la ventaja que tenían los Pucará de operar desde pistas sin preparar, para hacer misiones de reconocimiento y de ataque. Pero los británicos, tanto en operaciones aéreas como terrestres les dieron palpelo. Se perdieron los 24 que llevaron allí, o derribados por los Sea Harrier, o destruidos en tierra, o capturados (11 de ellos, de los que se llevaron 6 al Reino Unido, 5 que volaban). A cambio, consiguieron la única victoria argentina aire-aire de la guerra: un helicóptero Scout que evacuaba heridos. 

Toto Juan es el Pucará A-528 del jefe de escuadrón Miguel Manuel Navarro, alias Toto, quien lo voló en las Malvinas con su mecánico Juan. Se llevó a Inglaterra tras la guerra muy deteriorado y en la actualidad está restaurado (con ayuda de un piloto argentino) en el Norfolk & Suffolk Aviation Museum. 

También se utilizaron unos poquitos Pucarás en Uruguay, en Colombia contra el narcotráfico y en Ceilán contra los Tamiles, pero los numerosos intentos de venderlos a otras fuerzas áereas (Mauritania, República Centroafricana, Bolivia - dos veces, Irak, Irán, Zaire, Brasil y Paraguay) fracasaron por razones varias. Al final la Fuerza Aérea Argentina ha sido casi su único usuario durante 50 años, ya que se han retirado oficialmente en octubre de 2019.

Resulta curioso que haya más Pucarás para ver en Inglaterra que en Argentina. Flixton, Inglaterra, 2018.

Aunque en realidad parece que no es así exactamente. De entre los 110 y 160 fabricados hasta 1993 (las fuentes no coinciden) unos 20 serán modernizados - suponiendo que consigan dinero para hacerlo - con motores Pratt Whitney Canadá PT-6 y sensores modernos, y serán destinados a misiones de vigilancia y reconocimiento. Al parecer, desarmados. El "nuevo" avión pasará a llamarse, apropiadamente, IA-58 Fénix y si hay suerte seguirá volando otros 20 años.

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