miércoles, 7 de noviembre de 2018

Heinkel 111

Tras la toma del poder nazi en 1933, el nuevo gobierno alemán no perdió ni un minuto en comenzar el rearme. Una de las más favorecidas fue la renacida Luftwaffe, las fuerzas áeras, que sólo a efectos de propaganda seguían "no existiendo" según el tratado de Versalles.

Una jovencísima MV debajo de un Heinkel 111 E alemán, con motores V12 Junkers Jumo. Inmediatamente antes o después de esta foto, hizo un corto vuelo tumbada en el morro transparente (en el puesto del bombardero) que la dejaría impresionada muchos años. España, 1941.

Aunque pasaban supuestamente por muy pacíficos aviones de transporte, se comenzó inmediatamente el diseño y fabricación de bombarderos. Entre ellos, el Heinkel 111, que voló por primera vez en 1935. Era un desarrollo bimotor del Heinkel 70 Rayo, y conservaba las atractivas líneas de su predecesor, incluidas unas preciosas alas elípticas.

Sólo han sobrevivido 4 Heinkel 111 de los más de 6.500 fabricados. El más antiguo es un Heinkel 111 E1 que trajo la Legión Condor nazi en 1938 y que voló en las últimas fases de la Guerra Civil. Museo del Aire, Cuatro Vientos, Madrid, 2005.

El nuevo avión resultó ser muy bueno: rápido, capaz, y muy letal. Tanto en la Guerra Civil Española de 1936 a 1939 con la Legión Cóndor, como en las primeras fases de la Segunda Guerra Mundial a partir de 1939 en Polonia, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Países Bajos y finalmente Francia, el nuevo avión tiró sus bombas con poca oposición.

El avión se llamó "Pedro" en España y era de la variante "clásica", que tenía cabina para el piloto y morro acristalado para el navegante/bombardero.

Esto cambió con la Batalla de Inglaterra en 1940: los modernos Hurricane y Spitfire le dieron las del pulpo y pusieron de manifiesto su escasa velocidad (relativamente hablando, un 111 podía volar a más de 400 km/h), y sobre todo el pobre armamento defensivo. La abrumadora superioridad de las 8 ametralladoras de los cazas británicos frente a las armas  individuales de los 111 fue rápidamente evidente, derribando un montón. Y eso que eran sorprendentemente duros y capaces de seguir volando tras recibir muchos tiros.

En el Imperial War Museum de Duxford se muestra la parte vertical de la cola de un Heinkel 111 E y un motor Junkers Jumo 211 V12 recuperados del fondo de un lago noruego donde se estampó en la guerra. Inglaterra, 2018.

El 111 siguió volando el resto de la guerra, con versiones cada vez más mejoradas pero incapaces de cambiar la suerte de los alemanes. Curiosamente, a medida que se hacían obsoletos volvieron a su supuesta función inicial de transportes.

Los que se llevaron a España para la guerra civil y sobrevivieron se dejaron allí, y en la posguerra se fabricaron con licencia nuevos ejemplares de la versión H (CASA 2111), equipados con motores Merlin ingleses. Toda una ironía. Y estuvieron en vuelo hasta entrados los años 70... lo que hace que en total el avión estuviera volando más de 40 años. Algunos de ellos se utilizaron en el rodaje de La Batalla de Inglaterra, pero desgraciadamente no ha quedado ni uno en vuelo.

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