domingo, 11 de noviembre de 2018

Lulu Belle

El segundo reactor yanqui es mucho más importante que el primero y un avión único en muchos sentidos. El prototipo Lockheed XP-80 literalmente lo es, porque sólo se hizo este que les muestro. Sus muy numerosos derivados P-80, aunque obviamente con el mismo diseño, fueron más grandes y pesados.

Lulu Belle en el Museo del Aire y del Espacio de Washington. El prototipo llevaba 6 ametralladoras, lo que era francamente inusual. Estados Unidos, 2015.

El avión se hizo en un tiempo récord de 143 días en un taller montado deprisa y corriendo bajo la carpa de un circo (¡!). Esto fue necesario para preservar el muy secreto programa de las miradas indiscretas del resto de la factoría Lockheed en Burbank, California. Tanto el nombre del improvisado taller ("Skunk Works" = "el taller de la mofeta" = "destilería clandestina", que dio lugar con el tiempo al nombre no oficial del gabinete de proyectos secretos de Lockheed) como el del prototipo salieron de unas tiras ilustradas famosas del momento.

El avión era limpio, bonito y volaba bien. Pero todavía llevaba las alas rectas. En pruebas hechas tras la guerra resultó que el Messerschmitt 262 alemán de alas en flecha era más rápido, subía más y estaba mejor armado.

El XP-80 se debe al miedo que tenían los yanquis en 1943 de quedarse atrás en aviación: los alemanes estaban desarrollando su poderoso Messerschmitt 262, que potencialmente podía parar su ofensiva de bombardeo. El avión lo diseñó el ingeniero americano Kelly Johnson, pero resultó también imprescindible el británico Frank Halford, creador del turboreactor que lo propulsaba. Que a su vez estaba basado en las ideas y prototipos de Whittle, el creador de los primeros turboreactores. 

Un turboreactor de Havilland Goblin, heredero del Halford H1 que llevó el XP-80. Muestra las carcasas de los quemadores situadas por fuera del compresor centrífugo. No está montada la larga tobera de escape. Museo de Brooklands, Inglaterra, 2016.

De hecho se montó uno de los dos prototipos del motor que había, traído de Inglaterra. En las pruebas en tierra chafó las novedosas tomas de aire (dañando irreversiblemente el valiosísimo motor). Hubo que rediseñar las tomas, y mientras tanto fueron corriendo a traer el otro motor, que tuvieron que desmontar del prototipo de Havilland Vampire.

Finalmente el prototipo XP-80 voló a principios de 1944 y dio lugar a toda una saga de cazas y entrenadores de Lockheed. Fue el primer reactor americano en superar los 800 km/h (cosa que por cierto ya había hecho un Republic P-47 Thunderbolt especial de hélice). Y aunque llegó tarde para la guerra, sentó las bases del tremendo desarrollo aeronáutico yanqui en la guerra fría.

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