domingo, 27 de agosto de 2017

Ruschmeyer

Horst Ruschmeyer, un empresario alemán, se propuso hacer en los años 80 una familia de avionetas modernas de 4 plazas. Iban a ser la pera: diseño ultramoderno, materiales compuestos, certificadas y propulsadas por motores Porsche PFM. 

Un R-90 se dirige a la pista principal. Friedrichshafen, Alemania, 2018.

El prototipo de la Ruschmeyer MF-85 voló en 1988, mostrando buenas cualidades. Pero... Porsche dejó el desarrollo de motores aeronáuticos. Esto fue directamente una pena. Podían haber sido realmente el cambio que necesitaba la aviación general. Ruschmeyer entonces decidió montar un motor americano Lycoming IO-540, rebajado a 230 HP, y con una hélice de plástico de 4 palas Mühlbauer, todo ello para resultar más fiable y menos ruidoso. Un Lycoming IO-540 habitual tiene casi 9 litros y puede dar 300 o más HP.

Esta Ruschmeyer R 90 desconsideradamente apoyada en un carro de super tiene toda la pinta de haber roto la pata delantera del tren al tomar. Es el número 27, uno de los últimos fabricados. Constanza, Alemania, 2017.

El avión resultante, Ruschmeyer R 90-230-RG de tren retráctil voló en 1991. Aunque era rápido, moderno, con buena pinta y volaba muy bien, Ruschmeyer sólo fabricó 26 aviones (más 3 prototipos) antes de ir a la bancarrota. Una pena. Aunque teóricamente se fundó Solaris Aviation en USA en 1999 para continuar la producción, la compañía desapareció aparentemente sin fabricar más.
El Ruschmeyer es un avión muy rápido, vuela en crucero a más de 300 km/h. Precedió en más de una decada a diseños como la Cessna 400 o el Cirrus SR20.


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