jueves, 17 de agosto de 2017

Dolphin

Para 1917 empezó a estar disponible el motor Hispano Suiza V8B con reductora, que con sus impresionantes 200 caballos más que doblaba la potencia de los primeros cazas de la I Guerra Mundial. La firma Sopwith había creado previamente el Camel, con motor rotativo, un caza muy bueno. El ingeniero jefe Herbert Smith diseñó un nuevo caza, el Dolphin, que era más feo que lmqlp, pero que tiene varias características interesantes.

Sólo queda este Sopwith Dolphin original que les muestro, que es una reconstrucción de al menos 3 aviones diferentes. Royal air Force Museum, Londres, 2016.

El nuevo avión del zoo de Sopwith (muchos llevaban nombre de bichos) para empezar llevaba un armamento brutal: nada menos que 4 ametralladoras, el primer caza en llevar tal cantidad. Dos sincronizadas disparando hacia delante y otras dos apuntando hacia arriba, aunque esto a muchos pilotos no les convencía.

El morro peculiar se debe a la reductora. Vean las 4 armas por encima del motor y de la cabina. La mira con la que apuntaba el piloto es el tubo situado por encima de las dos armas del morro.

Pero lo que más llamaba la atención y le daba un aspecto característico eran dos cosas. La primera, que el plano inferior estaba por delante del superior, esto le hace parecer raro. Y luego que el plano superior lo habían bajado justo al nivel de la cara del piloto, dejando la parte central abierta. El piloto asomaba la cabeza por allí. Ambas cosas hacían que pudiera ver mucho mejor que en otros aviones. Los pilotos por supuesto estaban acongojados ante la perspectiva de volcar, aunque en la práctica se vio que no era pa tanto.

El plano inferior quedaba muy por delante del superior, dándole al avión una pinta peculiar.

El Dolphin entró en servicio en 1918 y pronto demostró ser un caza muy bueno: rápido, maniobrable y con un rendimiento en altura excelente (a finales de la guerra se luchaba a más de 6.000 metros). En el lado negativo, la reductora del motor se estropeaba constantemente, a menudo con fallos catastróficos que arrancaban de cuajo reductora y hélice. Imagine que está volando con un boche pisándole los talones y de repente, zas, aquello sale volando. La risa.

A finales de la guerra se habían fabricado más de 2.000 Dolphin, pero nada menos que 1.500 estaban almacenados a la espera de sus motores cuando llegó el armisticio. Todos ellos fueron desconsideradamente convertidos en astillas...

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