jueves, 24 de agosto de 2017

Étendard

Después de la II Guerra Mundial, Francia se puso a reconstruir su maltrecha marina militar (hundida en parte por los ingleses y en parte por ellos mismos), para recuperar la condición de potencia y afrontar las numerosas guerras que se les venían encima. Para empezar a desarrollar la aviación naval, compraron, alquilaron o recibieron 4 portaviones pequeños, dos británicos y dos yanquis, que equiparon inicialmente con aviones del mismo origen.

Dos Étendard IV M de visita en la base de la Royal Air Force St Mawgan. Cornualles, Inglaterra, 1979.

En los años 50, Francia encargó dos portaviones grandes: el Clemenceau y el Foch. El Dassault Étendard (estandarte) fue el cazabombardero pensado para operar en ellos, el primer reactor naval hecho en Francia.

Un Étendard IV M en la cubierta del portaviones USS Intrepid. Vean los grandes aerofrenos perforados bajo la panza y la aleta debajo del morro, añadida para mejorar la salida de las barrenas. Aunque está pintado como el nº 60, en realidad es el nº21, Nueva York, USA, 2015.

Curiosamente, el Étendard fue inicialmente propuesto en 1953 como caza ligero para el Ejército del Aire francés y también para la OTAN. Desarrollados a partir de la familia Mystère y con las lecciones de la guerra de Corea muy presentes, los aviones no convencieron. Pero los de Dassault porfiaron, hicieron un nuevo desarrollo para la marina y esta vez sacaron un avión mucho mejor que se convertiría en el Étendard. El prototipo voló en 1958.

La colección Ailes Anciennes de Toulouse tiene el nº 06 de preserie, muy necesitado de una restauración. Se puede ver el gancho de apontaje extendido y los planos plegados.

La clave, como casi siempre, era instalar más potencia. Las versiones de serie llevaban un turborreactor ATAR 8, una versión sin postcombustión del motor del Mirage, de 4.300 kg de empuje. Que, ironías de la historia, habían desarrollado ingenieros alemanes a partir de uno de los primeros motores de este tipo de la segunda guerra mundial, el BMW 003.

El Étendard IV P (de Photo) era la versión de reconocimiento, que tenía el morro más fino y cámaras. Chateau de Savigny-les-Beaune, Borgoña, Francia, 2014.

Sólo se hicieron 90 Étendard de serie, 69 de la versión de ataque (Étendard IVM) y 21 de la de reconocimiento (Étendard IVP). Pero resultaron unos aviones muy buenos, con una larguísima vida operativa. Los primeros entraron en servicio en el Foch en 1962. Los últimos 6 aviones de reconocimiento se retiraron en 1991 (¡!).

Este sí que es el auténtico Étendard IV M nº 60 de serie. Chateau de Savigny-les-Beaune, Borgoña, Francia, 2014.

Cómo máquina de guerra que es, no me agrada. Pero no quita para ser un avión elegante, estilizado y bonito. Además de maniobrable, rápido y apreciado por sus pilotos. Sobre todo éste, que debió quedar contentísimo de volver al portaviones de una pieza (él, no el avión, que como verán quedó algo perjudicado).

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