Hacía poco que se había creado la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN, en 1949), cuando en 1953 se pusieron a trabajar en dotar para todos sus miembros con un avión estándar de ataque ligero y apoyo táctico cercano. El objetivo era un avión sencillo, barato, pero a la vez efectivo, que se pudiera fabricar en grandes cantidades y que lo tuvieran todas las fuerzas aéreas "amigas".
Es decir, hace 70 años ya se hablaba de estandarización y también todo el mundo hacía lo que le daba la gana. En última instancia el avión se fabricó para Italia y Alemania, y después pasó también a Portugal, por un acuerdo con Alemania. Todos los demás, y particularmente franceses, ingleses y yanquis decidieron utilizar sus propios aviones. E intentar vendérselos a quien pudieron, claro. ¿Les suena?
Para situarse, la guerra fría estaba "muy caliente". La guerra de Corea acababa de "terminar". Y aunque pareciera una cosa del pasado, la Segunda Guerra Mundial era dolorosamente reciente - hacía menos de 10 años de su fin, y sus huellas eran muy visibles todavía. Las cabezas pensantes querían un reactor ligero para atacar a los nuevos malos, los comunistas del bloque soviético. Entre las especificaciones estaban que pudiera operar cerca del frente en pistas malas y cortas, que fuera capaz de destruir cualquier cosa (desde tropas a columnas blindadas o transportes), que llevara blindaje, y estuviera armado con ametralladoras o cañones y cosas lanzables de todo tipo.
La firma italiana FIAT puso a trabajar a un equipo con el ingeniero Giuseppe Gabrielli, el creador del impresionante caza de la Segunda Guerra Mundial Centauro. De ahí la G, claro, y el proyecto nº 91 que hacía. Desde el principio se pensó en instalar el nuevo turboreactor británico Bristol Siddeley Orpheus, de unos 2.000 kilos de empuje. ¿Qué salió? ¿les suena? ¿no se parece mucho a...? Pues sí. El FIAT G.91 es como un North American F-86 Sabre pequeño (¡!). En particular, como un F-86 D/K con la toma de aire bajo la nariz, con un tamaño, peso y potencia de más o menos las dos terceras partes del caza americano. Que no por casualidad construía FIAT con licencia (¡!).
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Arriba, un turboreactor Orpheus cortado para ver las tripas. A la derecha se ven los alabes del compresor y a la izquierda pintada de rojo la cámara de combustión y la tobera. Abajo, esquema con la instalación en el avión. El Orpheus se pensó inicialmente para el Folland Gnat y esto curiosamente fue determinante para el concurso que ganó el FIAT G.91. Propulsó varios aviones de su época y fue la base para el desarrollo del impresionante motor Pegasus de empuje vectorial que equipó al Harrier. Museo Volandia, Milán, Italia, 2022. |
El primer G.91 voló en 1956 y pronto mostró muy buenas cualidades, aunque también surgieron problemas de vibración que causaron la pérdida del prototipo. Éstos se solucionaron y se enviaron dos nuevos prototipos al concurso de evaluación de la OTAN en Francia en 1957. Los franceses presentaron dos rivales, el Dassault Mystere XXVI (después Étendard VI) y el Breguet Taon. Ganó el avión italiano.
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Lo de Gina se lo pusieron obviamente los italianos. De G91 ("Gi - nove - uno") pasó a Gina, y con Gina se quedó. Por aquel entonces había una muy guapa. Este G.91R/3 portugués es uno de los que les dio Alemania. 75.000 horas ya son. Encima se ve un planeador primario Schulgleiter SG-38. Sintra, Portugal, 2017. |
FIAT ya estaba construyendo para las Fuerzas Aéreas Italianas una preserie de 27 aviones tras los 3 prototipos. Curiosamente 16 de ellos se terminaron conviertiendo en la versión FIAT G.91 PAN para equipar a los Frecce Tricolori, el equipo acrobático italiano. Los alemanes dijeron jawohl, viendo la oportunidad de reemprender la fabricación de aviones modernos. Se pusieron a fabricar con licencia el avión en un consorcio liderado por Dornier, que incluía a Messerschmitt y Heinkel. Al final se construyeron unos 750 de todas las versiones, unos 435 por FIAT en Italia y unos 315 por el consorcio en Alemania.
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Arriba. Los G.91 PAN (Pattuglia Aeronautica Nazionale, más conocidos como los Frecce Tricolori) se construyeron a partir de los G.91 (sin letra) de preproducción. Son por tanto los más viejos de todos, de 1956-58 los de preserie, auqnue las 16 conversiones se hicieron en 1964-65. Vean el morro original, más puntiagudo que las versiones posteriores (no lleva cámaras). Tampoco llevan ametralladoras, aunque conservan los agujeros de la instalación. Vean el nº10 en Volandia, Milán, Italia, 2022. Los Frecce Tricolori utilizaron el G.91 PAN hasta 1982, en que los reemplazaron por el Aermacchi MB.339, hasta hoy. Abajo, el abigarradísimo panel de instrumentos. Vicenza, Italia, 2010. |
¿Y los demás? A lo suyo. Los yanquis habían enviado al concurso una propuesta (que no quedó finalista), que se terminaría convirtiendo en el Northrop F-5. Este avión se vendió a un montón de países y sería con mucho el reactor de este pelo más fabricado (1.200 aviones de las versiones iniciales A/B/C/D, y 1.400 de las sucesivas E/F). Los británicos ni se presentaron, pero continuaron el desarrollo de su también numeroso Hawker Hunter (casi 2.000).
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En 1993 ver esta colección de reactores de la guerra fría impresionaba. Abajo, un Draken y un G.91R/3 de la Luftwaffe. Arriba, un Lockheed T-33, un Fouga Magister y un Aero L-29 Delfin. Museo del Aire, Bruselas, Bélgica. |
Los franceses también siguieron con el desarrollo de los dos aviones que habían presentado (y que habían perdido). El Dassault Étendard VI daría lugar indirectamente al Dassault Étendard IV y éste al Dassault-Breguet Super Étendard (de ambos, se hicieron unos modestos 175 aviones). El Breguet Taon daría lugar, bastante indirectamente y mucho después, al SEPECAT Jaguar franco-británico (unos 600). Así que ya lo ven: estandarización conseguida (¡!).
El avión empezó a equipar a la Aeronautica Militare a finales de los 50 con la versión G.91R/1, que también podía llevar 3 cámaras de reconocimiento en el morro, además de 4 ametralladoras de 12,5 mm y armas lanzables. Efectivamente era capaz de entrar y salir de pistas de tierra (¡!). FIAT desarrolló un equipo de herramientas especial para hacer mantenimiento sobre el terreno (¡!).
FIAT fue mejorando sucesivamente el avión en nuevas versiones, a la que se añadió pronto una versión biplaza G.91T(por trainer - entrenador). Los alemanes empezaron por encargar a FIAT su versión G.91R/3, similar a la R/1 pero con dos cañones de 30mm y 4 pilones en las alas en vez de dos. También adquirieron G.91T de entrenamiento. Y pronto empezaron la fabricación en Alemania. Al final la renacida Luftwaffe sería la mayor operadora del avión, con unas 350 unidades. La Aeronautica Militare usaría unos 240.
Grecia y Turquía encargaron la versión G.91R/4, con 4 ametralladoras y 4 pilones. Pero se echaron atrás y terminaron comprando Northrop F-5A (¡!). Parte de esos aviones (50) fueron a Alemania, quien a partir de 1976 hizo un pack de regalo para Portugal: 40 G.91R/4 con otros 33 G.91R/3 y 11 G.91T/3 (¡!). Porque en el sur de Portugal hace sol y se puede volar todo el año. Y en Alemania no. Así que a cambio los germanos pudieron usar la base aérea de Beja (¡!).
De hecho los alemanes se quitaron los Gina pronto, a partir de mediados de los 60, porque ya tenían en el horno el Alpha Jet. A principios de los 80 ya prácticamente no lo usaban, porque además muchos se habían dado a Portugal. Con los italianos duró más, aunque desde los 80 sólo se utilizaron como entrenadores. Los italianos además habían preparado a finales de los 60 una versión teóricamente mejorada G.91Y (el último desarrollo, bimotor), sólo se hicieron 67, aparentemente con relativo poco éxito, y un retiro temprano. Los últimos Gina en servicio los dejó de utilizar Portugal a principios de los 90.
El Gina afortunadamente nunca se utilizó para su propósito original (disparar a los comunistas). Portugal fue el único que los utilizó para pegar tiros de verdad, en sus miserables guerras coloniales de 1966-1974 en Angola, Mozambique y Guinea-Bissau. Todas ganarían la independencia cuando llegó la revolución de los claveles.
No me queda claro como era el avión. Debía ser ágil y en general cumplir las funciones para las que fue creado. Pero no generó "entusiasmo" como sí lo hicieron otros. En todo caso, habrá que preguntárselo a los que vuelan en el último que queda en vuelo, un G.91R/1 en su tiempo 6305 pero actualmente I-AMIC, que volvió a volar en 2023, 30 años después del último vuelo militar italiano. En lugar de pintarlo como el original, lo han pintado como el Frecce Tricolori nº10. Pero ya saben que cada uno pinta su avión como quiere.
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