Este velero mínimo que les muestro es un Hütter H17, de 1934. Está entre los más pequeños que se han construido, mide menos de 10 metros de envergadura y los primeros pesaban solo 65 kilos, menos que su piloto (¡!).
En el Deutsches Museum Schleissheim tienen un Hütter H17A de 1942 fabricado por Schempp-Hirth y que voló con el Akaflieg Sttutgart. Vean el grueso y curvado perfil y lo sencillo que es el diseño. En el lateral del fuselaje indica un peso vacío de 94 kilos. Alemania, 2016. |
El primer diseño de los hermanos austriacos Ulrich y Wolfgang Hütter estaba pensado para conseguir un planeo de 17, y de ahí la denominación. Me hace gracia, si fuera estándar volaríamos en Falke 24, Blanik 28 o Twin Astir 35. Pero Herr Hütter (mas adelante llegó a professor) pecó de optimista, el avión más bien consigue un planeo de 14 (¡!).
En el Museo del vuelo a vela alemán en Wasserkuppe tienen un H17A del que solo dicen que es original y que fue restaurado por el equipo del museo. Alemania, 2019. |
Para un velero esto muy poco, sólo algo más que un primario. Y desde luego mucho menos que cualquier velero moderno. Además tiene una polar muy curva de su época. Es decir, vuela en la práctica siempre a unos 65 km/h, ya que correr más significa bajar todavía mucho más.
Sin embargo en su época tuvo éxito. Se vendieron planos y hasta se llegó a construir una serie corta en la fábrica Schempp-Hirth con el nombre Göppingen 5. Tras la guerra, se volvió a ofrecer una versión refinada (H17B) con cabina cerrada, fuselaje más largo y aerofrenos.
En el Flugausstellung Peter Junior tienen un H 17B. El peso vacío es de 115 kilos. Vean los complicados aerofrenos en el borde de fuga, que se abren en dos mitades hacia arriba y abajo. Siempre ayudan, pero la versión inicial pasaba sin ellos. Seguramente resbalando se consigue un efecto parecido. Alemania, 2019. |
No lo miren con ojos actuales "de plástico". En muchos sitios lo comparan al Grunau Baby, pero es claramente más pequeño, ligero y planea todavía menos. No importa, vean lo bien que vuela. Y además, aunque no se lo crean, con él se puede hacer un C de plata. Seguro que sube muy bien en las térmicas más pequeñas, casi como un buitre. Otra cosa será en las transiciones.
Me encantaría probar uno.
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