domingo, 9 de diciembre de 2018

Rotabuggy

Esta mezcla de jeep y autogiro es uno de los chismes más raros originales que llegó a volar en la II Guerra Mundial. La idea era montar un rotor en un jeep Willys MB que le permitiera volar remolcado, y una vez suelto descender y aterrizar donde se necesitara.

El Museum of Army Flying tiene una réplica del Rotabuggy. El rotor tenía unos 14 metros de diámetro. El jeep con su fuselaje de avión medía casi 6 metros y medio (un Jeep Willys normal, 3,36 metros). Inglaterra, 2018.

El artilugio se debe al austriaco Raoul Hafner, un pionero de las alas rotatorias afincado en Gran Bretaña desde antes de la guerra. A Hafner se le ocurrió inicialmente la idea de la "cometa-rotor", un autogiro monoplaza sin motor para soltar a un soldado equipado volando al campo de batalla. Previendo la escasez de seda para paracaídas (¡!) se desarrolló y voló con cierto éxito en 1942, con el nombre de Rotachute ("paracaídas rotatorio").


Si se podía hacer descender a un tipo así, por qué no un jeep. Esto era potencialmente la leche. El complemento perfecto para una operación con paracaidistas. Hafner se puso a ello y el Rotabuggy voló a finales de 1943. Más o menos: aquel invento infernal vibraba muchísimo y necesitaba toda la fuerza y destreza del infeliz piloto.

La barra delante del radiador con indicadores horizontales daba al piloto una referencia del horizonte. El gancho de remolque iba en un soporte por delante del parachoques (no se ha reproducido en la réplica).

Sobre todo, aquello no era práctico en absoluto. Encima de los dos asientos delanteros del jeep había que montar una considerable estructura tubular a la que fijar el rotor y su mecanismo de control (un crudo mando cíclico, sin más, no había control del paso ni de los timones)Y sobre el resto del coche, otra estructura para el "fuselaje", con una corta cola alrededor de la parte trasera, que llevaba los estabilizadores fijos. Todo aquello pesaba 250 kilos y una vez en tierra no era precisamente fácil desmontarlo.


En fin, que no es fácil hacer jeeps que vuelen. Lo que hicieron finalmente para el desembarco de Normandía fue llevar los jeeps en planeadores.

El mando del rotor descendía directamente hacia el piloto (en el asiento derecho) y permitía inclinarlo para llevar el artefacto en el sentido deseado. En la réplica no lo han reproducido, mostrando sólo la estructura de soporte del rotor. El conductor habitual del lado izquierdo también participaba de la "diversión", era el que guiaba el coche en el despegue y el aterrizaje.

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