Al acabar la II Guerra Mundial, los británicos se pusieron a construir su primer bombardero a reacción. Esto no era muy original, los alemanes habían volado el Arado 234 Blitz en la guerra. Y la idea era la misma: montar dos de los nuevos turboreactores en un avión de lo más convencional, con alas rectas, y con una bodega interna para llevar bombas.
La antigua Alemania Occidental recibió 3 Canberras B2 en 1966. Se conservan los 3, que fueron pintados de naranja brillante para remolcar blancos (y por tanto que no les abrasaran a tiros por error), aunque posteriormente hicieron levantamientos geográficos y otras tareas. El 99 + 35 está ahora en el Luftwaffen Museum, Gatow. Alemania 2008.
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Otro de los Canberra B2 alemanes, el 99+34, en el Museo Manfred Pflumm de Schwenningen. Alemania, 2017.
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El resultado fue el English Electric Canberra, que voló en 1949. El avión salió directamente bueno, y con escasas modificaciones pasó a volar con la Royal Air Force en 1951. La combinación de velocidad máxima (900 km/h) y sobre todo altura de vuelo (más de 15.000 metros) hacía que los mejores cazas de aquel entonces no pudieran derribarlo: o no subían tanto, o no corrían lo suficiente para alcanzarlo, o ambas.
El Canberra B2 mejor conservado está en el Imperial War Museum de Duxford. WH 725 parece casi listo para volar, y colgado del techo da esa impresión. Fíjense en el morro transparente para el bombardero de la primera versión. Inglaterra, 2018.
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En el Norfolk & Suffolk Air Museum tienen las secciones de morro de un B(I)8 (a la izquierda) y un B2 (derecha). El B(I)8 era un Bombardero-Interceptor, con 4 cañones de 20 mmm (¡!). Vean la cabina de caza monoplaza, que estaba en el lado izquierdo. Del XM279 sólo se libró del chatarrero el morro. El Canberra B2, WG789 no se parece a los anteriores: dedicado a las pruebas, se le instaló radar en el morro y de ahí el gran cono negro. Inglaterra, 2018.
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Luego durante los primeros años de la guerra fría, los británicos tenían una ventaja considerable: podían llevar una nada despreciable carga de bombas (hasta 4,5 toneladas) a más de 1.300 km sin que nadie se les acercara. De hecho, no se pensó en poner armamento defensivo. El piloto y navegante iban en una cabina estilo caza, y en la primera versión, como todavía no habían desarrollado el equipo de radar, tuvieron que poner un bombardero con su anticuada mira óptica en un morro transparente.
Este Canberra PR3 de reconocimiento WE139 es el ganador de la carrera Londres-Nueva Zelanda de 1953. Recorrió los 19.750 km en un poco menos de 24 horas, a 829 km/h de media, récord que todavía conserva en 2018. Vean el turboreactor Rolls-Royce Avon de 3.000 kilos de empuje. RAF Museum, Londres, 2016.
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Sólo queda otro Canberra PR3, WF922. Es de 1953. En el Midland Air Museum, cerca de Coventry. Inglaterra, 2018.
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Además de bombardero (versiones B, de Bomber), desde el principio se pensó en versiones de reconocimiento (PR - Photo Reconnaissance) con varias cámaras. Durante varios años estos aviones hicieron fotos alegremente por las fronteras soviéticas (y puede que también dentro) sin que se les pudieran acercar los cazas.
La primera versión de entrenamiento, Canberra T4, tenía mandos para piloto y alumno, y llevaba también navegante (aunque no bombardero ni bombas). Este avión en concreto tuvo una larguísima carrera (1954-2005 = ¡51 años volando!). Aunque originalmente WJ874, en 1999 se pintó como el prototipo Canberra VN799, con motivo del 50 aniversario del primer vuelo. Cornwall, Inglaterra, 2014.
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WH840 es otro Canberra T4. Norfolk & Suffolk Air Museum, Inglaterra, 2018.
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El avión resultó tan bueno que los yanquis decidieron fabricarlo con licencia, lo que dice mucho de su calidad. Los Martin B-57 Canberra americanos tuvieron su propio desarrollo, incluyendo versiones de reconocimiento de gran altitud, que hicieron su papel hasta que tuvieron el Lockheed U-2. De hecho, una versión británica alcanzó una altura récord de 21.430 metros en 1957.
La versión Canberra PR7 de reconocimiento tenía motores más potentes y entró en servicio en 1954. WH791 es uno de los 3 Canberras completos que tiene el Newark Air Museum, más dos secciones de morro. Inglaterra, 2018.
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A mediados de los 50 empezaron a aparecer cazas y posteriormente misiles que podían hacer pupa al Canberra. Pero el avión no sólo siguió en servicio: resultó muy versátil y se construyeron todo tipo de versiones: de entrenamiento (T de Trainer), contramedidas (RC de Radio Countermeasures), e incluso Interceptor (I de Interdictor).
Este Canberra B(I)8 de bombardeo e intercepción WV787 estuvo toda su vida dedicado a pruebas diversas: motores con postcombustión, radar (de ahí el morro afilado como el de un Blackburn Bucaneer), "rociado" de agua para pruebas de deshielo y fotografía aérea. Está muy bien conservado en el Newark Air Museum. Inglaterra, 2018.
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Además, se convirtieron versiones previas B2 (la más numerosa, más de 400 construidos) en nuevas versiones: blancos guiados (U de Unmanned, sin piloto), remolcadores de blancos (TT de Target Tug), además de versiones B, T y PR con distintas mejoras y para una variedad de países. El avión estuvo volando con la Royal Air Force hasta 2006 (la friolera de 55 años en servicio).
El único Canberra en vuelo en Europa, este PR9 de reconocimiento XH134 es la versión que me parece más elegante. Fueron las últimas versiones construidas nuevas (el resto de versiones posteriores son conversiones de B2) y las últimas utilizadas por la RAF hasta 2006. Desde entonces está en manos privadas y vuela en exhibiciones aéreas. Air Tattoo 2014. Fairford, Inglaterra.
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Los británicos vendieron su Canberra a un montón de países: Alemania Occidental, Argentina, Chile, Ecuador, Etiopía, Francia, India, Nueva Zelanda, Perú, Sudáfrica, Suecia, Venezuela y Zimbawe. Los autralianos también lo fabricaron, con licencia (los ingleses le pusieron Canberra por la capital de Australia, para el que iba a ser primer cliente de exportación). Y por último, los yanquis vendieron de los suyos a Pakistán y Taiwan.
Este Canberra T19 WH904 empezó como B2, fue convertido a T11 para entrenamiento de intercepción con radar "todo tiempo" de los Gloster Javelin (vean el peazo de morro necesario), y finalmente convertido a T19 sin el radar para hacer de blanco sin señal de radar.
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En total, 900 hechos por los británicos, 403 por los yanquis y 49 por los australianos. De los que quedan la tira en museos (les muestro mi colección), y unos pocos volando. Entre ellos, la NASA todavía los utiliza para investigación meteorológica. Y hay varios en manos privadas. Me encantaría darme una vuelta en alguno... pero creo que la cosa no está fácil.
El primer Canberra que vi, en la base áerea de la RAF St Mawgan, en Cornualles. Es el año 1979, estaba en vuelo, y no se sabe qué versión era.
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