sábado, 10 de diciembre de 2016

Mini Max

En 1989, mi amigo S tomó una importante decisión: construir un Mini Max. Tras haber pasado un tiempo mirando posibles candidatos, como el KR-1/2 o el Tipsy Nipper (e incluso comprando planos de algunos de ellos), se decidió por este avión y decidió hacerlo desde cero, a partir de planos. Para situarnos, estamos antes de Internet, y todo este proceso se hizo por correo normal.

Las alas están arriostradas al tren de aterrizaje. Eso significa que la única suspensión la dan las ruedas. Pero no es aparentemente un problema. Matilla, Valladolid, 1991.

El diseño original es de uno de los pioneros de la construcción amateur en Estados Unidos, Wayne Ison. Este Sr. se centró en conseguir un avión lo más sencillo posible, barato, fácil de construir y divertido de volar. El primer vuelo fue en 1984 y se formó una compañía para comercializar planos, kits y partes del nuevo avión. El eslogan era Minimum Cost, Maximum Fun (mínimo coste, máxima diversión) = Mini - Max. En ninguna parte lo dicen, pero es claramente la misma idea que el Volksplane (avión que también consideró) o mucho antes todavía la Jodel Bébé. Pero más pequeño y ligero. Se han hecho más de 2.000.

El primer aterrizaje. Acabado cuidadoso y atención al detalle.

Del Mini Max hay varias versiones, que tienen en común la estructura básica de planos y fuselaje. La más simple es una caja con el ala rectangular y sin carenados, que queda un poco "cuadrada". Si das forma al fuselaje, pones carenados en los bordes marginales, carenas el motor y le pones un cono a la hélice, queda mucho más bonito. Actualmente es la que se conoce como 1500 R Sport, y es más o menos la que se puso a construir S.


El orgulloso constructor y piloto.

¿Qué obtienes? Aunque depende de las versiones y de los motores, un avión monoplaza muy chico (7,6 metros de envergadura y unos 5 de largo), muy ligero (el de S está registrado con un peso de 138 kg), que vuela a unos 100 km/h, que aterriza a unos 50 km/h y que apenas necesita pista. Vas muy bien refrigerado y obviamente no está pensado para viajar mucho, pero sí para disfrutar mucho dándote una vuelta.

Fuselaje en construcción. Probando la cabina. Valladolid, 1990.

S compró los planos (27 años después se pueden obtener gratis) y se pasó primero una temporada estudiándolos. A continuación vino encargar la madera (prácticamente todo el avión es de madera) y que la cortaran a unas medidas estándar americanas, para obtener la base de materiales de construcción. Creo recordar que la madera la compró en España y hubo más de una conversación sobre si el pino de Balsaín era equivalente al spruce americano o no...

Alas de costillas tradicionales.

La mayor parte de la construcción se hizo en el año 1990. Prácticamente todos los fines de semana iba a ver cómo tomaba forma, una progresión fascinante. Aunque teóricamente lleva 400 horas construirlo (según el diseñador), en la práctica hay muchas tareas que hacer, hay que hacerlas bien, y todo lleva su tiempo. Si no recuerdo mal, todo el avión salvo el motor, los instrumentos y herrajes (incluidos los mandos teleflex, de cable dentro de tubo, como si fuera un aeromodelo grande) fueron cuidadosamente construidos a mano, incluidos los carenados diversos. Me acuerdo por ejemplo de cómo hizo las costillas, todas iguales, en un conformador, a base de larguerillos y refuerzos de contrachapado. Mide, corta, lija, monta, vuelve a medir, fija, mezcla epoxy, pega, sujeta, deja secar, lija, y vuelta a empezar.

De éstos no se han hecho muchos. Un "Hidro-Mini-Max" del Aeroclub de Como (Italia), 1990.

Para finales de 1990 empezó la tarea del entelado con Ceconite del fuselaje, y posteriormente de los planos. Luego a pintar. Y finalmente, a montar el motor Rotax 377 (bicilíndrico y más potente que el 277 monocilíndrido inicialmente previsto), instrumentos y terminar el avión.

Un bonito día de mayo de 1991, tras unas cuantas carreras pista arriba y abajo, S se fue al aire en su nuevo y resplandeciente avión.

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