sábado, 23 de abril de 2022

Folgore

El Macchi MC 202 Folgore (Relámpago) es un magnífico caza italiano de la II Guerra Mundial que voló por primera vez en 1940. Es de lo mejorcito que hicieron, tan bueno o más que los equivalentes ingleses, americanos, rusos o alemanes de su época. El ingeniero Mario Castoldi partió de su Macchi MC 200 Saetta previo, un avión estupendo, conservando las superficies de vuelo y con un fuselaje nuevo en el que encajó un motor alemán V12 Daimler-Benz 601 de casi 1.200 HP, en lugar del radial anterior de casi 900 HP. Castoldi pensaba de hecho que la manera de sacar todo el potencial del avión era poniendo un motor en línea, no uno radial, por la mejora aerodinámica. Los ingleses lo llamaron "longnose" (nariz larga) en África.

En el impresionante Museo de la Aeronautica Militare italiana en Vigna del Valle, a orillas del lago Bracciano, tienen un Folgore de 1943 fabricado por Breda. Voló primero para la Regia Aeronautica fascista y luego para la Aeronautica Cobeligerante proaliada. Tras la guerra se mantuvo como entrenador en la Academia Naval. Italia, 2008.

 

Esto era una consecuencia directa de que Italia había perdido la carrera del desarrollo de motores de aviación, y no tenía ningún motor potente y fiable como la competencia. Pero el motor alemán estaba disponible y Castoldi estaba más que acostumbrado a hacer instalaciones de baja resistencia.

 

Sólo queda otro Folgore, que está en el Museo del Aire y del Espacio de Washington, encima de un Mustang y simulando atacar a unos bombarderos Boeing B-17 pintados en la pared. No se sabe exactamente qué avión es, sólo que se trajo con otro montón de aviones de la guerra para ser evaluado en 1945, se almacenó y se restauró en 1975 para el Museo. Estados Unidos, 2015.


Con el nuevo motor el caza llegaba a los 600 km/h, y además seguía siendo muy maniobrable. Y al parecer muy resistente: en pruebas en picado se llegaron a alcanzar más de 1.000 km/h (¡!) sin que el avión se hiciera trocitos, aunque el piloto se encontró con los problemas de compresibilidad entonces desconocidos. Además tenía un tren ancho y fuerte. En general los aliados lo temían como a un nublado y los alemanes lo veían como igual o incluso mejor que el Messerschmitt 109F con el mismo motor. ¿Qué más se podía pedir?

 

Está bien que lo muestren con el tren dentro para ver la atención al detalle que Castoldi puso en el avión. Vean que se ha reducido la resistencia aerodinámica todo lo posible.


Pues... muchas cosas. Para empezar, poder fabricarlo en masa. Cada Folgore era un producto exquisito, pero artesanal. Se necesitaban unas 22.000 horas de trabajo para hacer uno (¡!), frente a 4.500-6.000 de un Messerschmitt 109 (y 13.000 de un Spitfire). Por no hablar de que costó mucho poner en fabricación el motor alemán en Italia. Se hicieron "sólo" 1.150 (frente a 34.000 Messerschmitt 109 y más de 20.000 Spitfire). Además sólo llevaba dos ametralladoras (grandes, de 12,7 mm, pero con mucha menos potencia de fuego que las yanquis; y además se encasquillaban con cierta facilidad), frente a las 6 - 8 yanquis o los 4 cañones de 20 mm ingleses. A los enormes bombarderos yanquis les hacían prácticamente cosquillas. Seguimos, las radios funcionaban mal o directamente no funcionaban. Y por último entraba en barrena tan bien como su antecesor.

 

El avión está pintado como uno que luchó en Libia durante el verano de 1942.


Dicho esto, el avión era bueno y lo demostró en África, en el frente ruso y en la propia Italia cuando comenzaron los desembarcos aliados. En todos los casos no cambió el curso de las operaciones, pero es que los italianos más bien no consiguieron gran cosa en la guerra... otra cuestión es que sus pilotos lo apreciaran. Se mandaron algunos a Croacia y también se usaron por los alemanes tras la capitulación italiana. Hasta se exportaron unos cuantos en la posguerra a Egipto. Su sucesor, el Macchi MC 205 Veltro, es básicamente un Folgore con un motor Daimler-Benz DB605 más potente y algunas mejoras en armamento y sistemas. 

 

Sólo quedan los dos que les muestro. Y en el improbable caso de que alguno volviera a volar, y todavía más improbable que me lo dejaran, probablemente lo preferiría a la competencia (Spitfire o Messerschmitt 109). Aunque sólo fuera por el tren ancho. 

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