A pesar de ser uno de los aviones a reacción más numerosos de la historia (más de 7.000 construidos, sin contar derivados de reconocimiento y otros), y también uno de los más longevos, la familia Ryan Firebee más bien ha pasado desapercibida. Es a lo que se ha dedicado fundamentalmente la empresa Ryan (aunque sea mucho más conocida por otros aviones), que además sigue disponible en la actualidad.
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Este BQM-34 consiguió un récord de 25 vuelos (supongo que sin ser derribado), de 1958 a 1960. Lleva pintados en el fuselaje 25 paracaídas blancos de otras tantas recogidas. Se puede ver en el fabuloso museo de la USAF en Dayton, Ohio. Estados Unidos, 2020. |
El Firebee es un blanco guiado a reacción. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos encargó en 1948 la primera serie, cuando los primeros reactores entraban en servicio. Voló en 1951 como Q-2 (letra asignada a los blancos radiocontrolados). La marina yanqui también encargó los suyos como KDA-1 (la marina asignó KD a los suyos). Las designaciones de estos aparatos han sido una variadísima y muchas veces confusa sopa de letras.
El primer Firebee era un avioncito metálico con alas en flecha y un turboreactor de unos 450 kilos de empuje, que se podía lanzar desde un avión o desde el suelo, y que estaba pensado para que practicaran el disparo desde otros aviones o cualquier tipo de artillería antiaérea.
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Vean las superficies de vuelo muy aflechadas y el color rojo intenso para detectarlo fácilmente tras el vuelo. |
La segunda generación de Firebee voló en 1958 y era un avión muy mejorado, que se sigue usando hoy. Es más grande y pesado, y lleva un turboreactor J69 (un desarrollo del Turbomeca Marboré que han llevado por ejemplo el Magister y el Saeta). Está pensado para ser blanco de misiles. El modelo 124 (BQM-34, AQM-34, MQM-34... para los militares) lleva el motor en la parte inferior delantera del fuselaje, con una toma de aire característica "de barbilla". Los yanquis lo lanzaban desde un Hercules y lo recogían en vuelo con un helicóptero Sea King, "atrapando" con un gancho el paracaídas mientras bajaba al acabar el vuelo (¡!).
El chisme es subsónico pero muy rápido (1.100 km/h), y puede simular varios tipos de aviones, desde muy ágiles cazas hasta bombarderos. Se le pueden poner incluso contramedidas para hacer más realista la contienda y bengalas en las puntas de las alas para que los misiles de infrarojos no lo destruyan (¡!).
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El Firebee II supersónico conseguía Mach 1,5 en altura. Sólo se hicieron 300. También está en el museo de la USAF. |
El modelo 166 fue la tercera generación y voló en 1968. Era supersónico, y aunque muy distinto, conservó el nombre, utilizaba la misma designación, el mismo motor y el mismo sistema de guiado. Se hicieron muy poquitos. Resulta curioso que sea el subsónico el que siga en uso.
A partir del concepto general del Firebee, Ryan desarrolló otras numerosas familias de aviones teleguiados de reconocimiento y ataque, los modelos 147 y 154.




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