sábado, 13 de enero de 2018

Albatros

El Aero L-39 Albatros tiene poco de tal: es un afilado y bonito reactor biplaza con alas rectas y pequeñas. Se diseñó inicialmente en los años 60 en la antigua Checoslovaquia para servir de entrenador de pilotos de caza. Por ejemplo: el futuro piloto empieza en un Yak 52, luego sigue en un Albatros y después pasa a un MiG 21. El primer vuelo fue en 1968, y desde principios de los 70 prácticamente todos los países del Pacto de Varsovia y otros muchos de su órbita lo utilizaron como entrenador militar.


Arriba, tres Albatros pasando a baja velocidad con los flaps sacados. Abajo, en formación "Avenger". Es un espectáculo ver evolucionar a los 7 aviones por el cielo como si estuvieran unidos por hilos invisibles. Air Tatto en Fairford. Inglaterra, 2014.

Con lo que se han hecho un montón. Según las fuentes, alrededor de 3.000. Para Checoslovaquia, claro, pero una barbaridad (como 2/3 de ellos) para los ruskis. Y para otros muchos sitios como Abjasia, Afganistán, Chechenia, Camboya, Iraq, Libia, Siria, Tailandia (versión "occidentalizada", con aviónica israelí), Uganda o Vietnam. En total lo han utilizado unas 30 fuerzas aéreas de todo el mundo y sigue volando en muchas de ellas.


Arriba, el equipo al completo en formación Vic o V. Abajo, de nuevo en formación Avenger. La Ferté Alais, cerca de París, 2014.

Aparte de la decisión política de que fuera el entrenador de caza estándar del bloque soviético, resulta que el avión es muy bueno. Se debe a un diseñador checo, Jan Vlček, que también diseñó el anterior avión entrenador a reacción del bloque comunista: el Aero L-29 Delfín. El Albatros fue el primer avión de este tipo en llevar un turbofan, un motor ruso Ivchenko AI-25-TL de 1.700 kg de empuje, que le permite volar a más de 700 km/h. El avión ha mostrado ser duro y fiable: han volado más de 5 millones de horas y no han tenido muchos problemas, si tienes en cuenta que son militares.


Arriba: el arte de la acrobacia en formación. Velocidad, destreza, suavidad. Abajo, la maniobra del "tonel apache". Mientras los 4 aviones del centro dan una pasada en formación por la pista (con los aerofrenos sacados para ajustar su velocidad), el quinto avión hace toneles rodeándolos. Espectacular. Muy difícil.

Pero lo más curioso es que cada vez tiene más éxito en dos usos que seguramente sus creadores no pensaron: lo utilizan varias patrullas de exhibición aérea, sobre todo no militares, y como avión privado - en USA hay casi 300 volando (¡!). ¡Hasta tuvo su categoría particular en las carreras aéreas de Reno! Aunque últimamente está abierta también a otros reactores.

Cinco Albatros hacen la "ola oceánica" mientras el par restante se está preparando para hacer la pasada enfrentada. Festa al Cel, Barcelona, 2004.

Con mucho, a mi me gusta como avión de exhibición. La Patrulla Breitling vuela 7 Albatros y son espectaculares. Es la patrulla no militar más numerosa que vuela reactores. Puede que esté un escaloncito por debajo de los Red Arrows, pero es directamente la leche. Resulta curioso: un fabricante de relojes suizo que utiliza como gancho publicitario un equipo de acrobacia francés, con aviones checos que llevan motor ruso y están matriculados en Estonia. No se lo pierdan. Merece la pena.

Un Albatros muy deteriorado de la Antigua Alemania del Este. Gatow, cerca de Berlín. Alemania, 2008.

Un precio medio para un cacharro de estos en buen estado es entre 200.000 y 350.000 dolores, y hay la tira a la venta. Lo que, relativamente hablando, no es mucho para el peazo de avión que es. Luego hay que mantenerlo, claro. Entre otros gastos, consume unos 600 litros de keroseno por hora... lo que de nuevo no es mucho, pensando que vas en un chisme de más de 4 toneladas que puede subir a 400 km/h y 20 metros por segundo a más de 10.000 metros de altura.

Un albatros ruso en muy buen estado. Colección del Chateau de Savigny les Beaune, Francia, 2014.

Lo siguiente sería aprender a volarlo. Y aparte de muy emocionante, está al alcance de un piloto de avioneta corriente. Aunque tiene varios sistemas sofisticados el avión tiene fama de relativamente sencillo de volar. Según cuentan es dócil, rápido, ágil y divertido. ¿Quiere probarlo? Por 2.099 euritos le ofrecen dar una vuelta de 25 minutos. Aquí al lado, en Burgos. Mi amigo A. lo hizo y asegura que fue un vuelazo.

Un piloto ruso se dispone a volar en un Albatros. Base Aérea de Miachkovo, cerca de Moscú, 2001.

Y finalmente, para vuelazo, el que hizo el alumno piloto Mihai Smigheischi. Estamos en Rumanía, en 1987. Es todavía la época de Ceaucescu y este chaval de 21 años, con menos de 100 horas de vuelo en total y sólo 3h en el Albatros (¡!), decide largarse y pedir asilo político. Salió de Buzau y sin mapas ni GPS ni ná, voló a la velocidad máxima del avión y a ras de suelo, para no salir en los radares. Recto hacia la Turquía europea atravesando Bulgaria (¡!). Aterrizó con éxito en Kirklareli y eventualmente terminó en USA, donde vive hoy.

Tras la exhibición, el nº7 pilotado por Patrick Marchand (conocido por "Gaston", tiene más de 6.000 h de vuelo en reactores militares) se dirige al aparcamiento. Fíjense en la matrícula de Estonia.

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