martes, 19 de diciembre de 2023

Valkyrie

Las primeras alas delta de finales de los 60 y primeros de los 70 eran muy limitadas en planeo (sólo 4:1) y maniobrabilidad (giraban poco). Si vivías en la costa de California al lado del mar y siempre soplaba viento constante en unas laderas estupendas, no importaba mucho. Pero si querías hacer distancia tierra adentro enroscándote en las térmicas, necesitabas más de ambas cosas.

 

Entre la impresionante variedad de cosas voladoras que hay en el Museo del Aire y del Espacio de Washington está un ala Valkyrie, la del presidente de la Asociación yanqui de vuelo libre, que la donó en 1978. Vean el arnés donde iba colgado sentado el piloto en el centro y el triángulo para conseguir el desplazamiento de peso delante. USA, 2015.

 

William H. Wolf llegó a una solución característica con su Valkyrie: un ala volante sin cola que para girar tenía dos curiosos timones bajos las alas y para el cabeceo utilizaba el desplazamiento de peso del piloto. El cacharro no podía ser más sencillo: un ala rectangular sin flecha y algo de diedro, con perfil reflex de una sola superficie, tirantes de cables para dar rigidez al conjunto, y todo desmontable y plegable por el piloto en unos minutos.

 

Disculpen la mala calidad de las fotos, están muy ampliadas de fotos de otros aviones en las que se ve - poco - el ala al fondo.


Se podía construir a partir de planos en 60 horas, con materiales aeronáuticos sencillos, y volaba bastante más que las primeras alas delta, con un planeo de 8:1. En realidad era un planteamiento parecido y contemporáneo del ala Quicksilver, aunque ésta tuviera cola convencional y a la larga sería mucho más influyente.

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