martes, 15 de marzo de 2016

Cierva C.30

Juan de la Cierva y Codorniú es muy famoso en España, donde desde hace décadas nos han enseñado a generaciones de niños que inventó el autogiro (¿o no?) y que esto permitió crear el helicóptero.  En todo caso era un tipo muy espabilao que con unos amigos (la "panda aviatoria") y sólo 15 años empezó a construir un biplano que llegó a volar en 1912, el "Cangrejo", que fue uno de los primeros aviones hechos en España.

Este Cierva C.30 es una réplica construida en 1998 por la Maestranza Aérea de Albacete. Hizo varios vuelos antes de ser retirada al Museo del Aire de Cuatro Vientos. Madrid, 2005.

Aunque el primer desarrollo del autogiro se hizo en España, lo cierto es que fue la invitación del gobierno británico y sobre todo la financiación del industrial escocés James George Weir la que permitió crear la Cierva Autogiro Company (curiosamente con autogiro sin y, en español).  De aquí surgieron los modelos que tuvieron éxito comercial.

Este C.30 italiano es original y construido en Inglaterra, pero con matrícula no muy original. Museo Nazionale Della Scienza e Della Tecnica, Milán, 2012.

El Cierva C.30 de 1933 fue el mejor de todos: se produjeron 143 aparatos con licencia por Avro en Inglaterra, Lioré-et-Olivier en Francia y Focke-Wulf en Alemania.  Todas ellas sacaron enseñanzas que aplicarían a futuros diseños. Tiene su ironía que España importara 4 de los fabricados por Avro: 2 para la Aviación Militar y 2 para la Armada.


El C.30 incorporaba el "control directo", en el que el piloto movía el plano de rotación del rótor, con lo que se ganó mucha maniobrabilidad. También era el primer modelo que prescindía de las alas. El último desarrollo que hizo de la Cierva antes de matarse en un Douglas DC-2 de KLM en 1936, fue inventar el "rótor autodinámico": el motor se utilizaba mediante una transmisión para acelerar el rótor sin incidencia, se cambiaba el paso de repente, y el autogiro literalmente saltaba al aire.

PD - noviembre de 2016. En el museo de la Royal Air Force y en el Museo de la Ciencia de Londres se pueden ver dos Cierva C.30 que les muestro a continuación.

Este Cierva C30 fue fabricado por Avro para la Royal Air Force en 1934. En la RAF se llamaron Avro Rota e inicialmente no hicieron gran cosa con ellos. De hecho se lo vendieron a Richard Shuttleworth (el fundador de la colección Shuttleworth) por una guinea en 1939, pero vino la guerra. De nuevo en funcionamiento, fue uno de los que ayudó a calibrar el sistema de radar inglés, que fue decisivo para la defensa frente a la Luftwaffe. Después de la guerra se vendió a la Cierva Autogiro Company, que a su vez lo vendió a Suecia donde estuvo volando unos cuantos años. Volvió a Inglaterra en 1978. En 1998 vino a España en la panza de un Hercules del Ejército del Aire, en préstamo durante un año, para servir de modelo para fabricar la réplica del Museo del Aire (¡!). La fascinante historia está disponible aquí.


El Cierva C30 del Museo de la Ciencia de Londres con el aspecto que tenía en la RAF de los años 30. El motor es un Armstrong Siddeley Genet Major radial de 7 cilindros y 140 HP.

Abril de 2022
Tengo más autogiros Cierva C30 que mostrarles:

En el Helicopter Museum de Weston-Super-Mare tienen los restos de otro C-30Ade 1935. Inglaterra, 2018.

En el Imperial War Museum de Duxford tienen un Avro 671 Rota, es decir un Cierva C-30A construido por Avro en 1934. Inglaterra, 2018.


Continuando con las ironías de la historia. La República Española representó en sellos de correos el autogiro C-30, que se hizo famosísimo en su época (y que nunca se hizo en España). Vean arriba en el aniversario de la Asociación de Prensa de Madrid (1936), y abajo volando sobre la Giralda en Sevilla (1938). A pesar de estas lisonjas, Juan de la Cierva era de hecho contrario a la República...


Cosa que demostró cuando apoyó el golpe militar de 1936, entre otras cosas ayudando a organizar el viaje que permitió a Franco salir de Canarias en un Dragon Rapide. Así que el nuevo régimen le premió con una serie de sellos en 1939 (arriba, un C-30 volando sobre Madrid y el retrato de Juan de la Cierva), y de nuevo en 1961 (abajo). En total hay 12 sellos de España que representan el Cierva C-30 (¡!), creo que más que cualquier otro aparato.



1 comentario:

  1. Es una pena que los vuelos en Albacete apenas tuvieron problema y al traerlo a Torrejon, una racha de aire cruzado provoco su vuelco en el primer aterrizaje y era imposible reconstruirle para volar Se monto por piezas y termino en nuestro Museo del Aire

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