miércoles, 10 de marzo de 2021

Broussard

Max Holste fue un ingeniero aeronáutico francés que diseñó un montón de aviones, desde antes de la segunda guerra mundial hasta finales de los 60. Su avión más conocido, o más bien casi el único que es conocido, es el Broussard (campero), un avión "utilitario" STOL de 1952.

 

Argentina compró varios Broussard. Éste es el nº 24 de serie, cuando estaba en exposición en el aeropuerto Jorge Newbery, en Buenos Aires. Ahora está conservado en el Museo de Morón. Argentina, 1997.


Se hicieron casi 400 Broussard, la mayoría para los militares franceses, que los usaron en la infame guerra de Argelia. Podrían haber comprado el de Havilland Canada Beaver, que es algo anterior, muy similar y lleva el mismo motor radial Pratt & Whitney R-985 de 450 HP. Ambos son realtivamente sencillos, duros, pueden llevar una tonelada (6 personas + combustible + algo más), y utilizar pistas malas y cortas.


En el fabuloso Museo do Ar en Sintra tiene el Broussard nº 54, de los que compraron en su momento en la Fuerza Aérea Portuguesa. Como prácticamente todo lo que hay en ese museo parece listo para volar. Portugal, 2017.


El Broussard ni es una copia ni está "inspirado" en el Beaver. Es una muestra más de cómo dos aviones pensados para lo mismo pueden salir muy parecidos. Sobre el papel, el canadiense es ligeramente mejor, y ha tenido de largo más éxito. Es algo mayor y algo más ligero. En la práctica, tienen prestaciones muy parecidas.


Las Ailes Anciennes de Toulouse tienen el Broussard nº 139, pintado como en la época que hizo seguimiento de un tour de Francia. Ídem, 2015.


Pero los franceses eligieron producto francés, claro. El avión se utilizó para suministro ligero y ambulancia, y para observación de artillería. En esto al parecer no era ideal, porque el motor y especialmente la hélice eran terriblemente ruidosos. Los malvados independentistas argelinos oían los aviones con tiempo de sobra para esconderse.


En USA hay la tira de Broussards, muchos en vuelo. Será por esa "fiebre del warbird" que les caracteriza. Aunque previamente en vuelo éste (nº 163) lo estaban restaurando para exposición estática. Air Zoo, Kalamazoo, USA, 2019.


Además de los militares franceses, se utilizaron en otros países, además de fabricar unos cuantos para clientes privados. Aunque Mesié Holste tenía ideas para otros aviones, se arruinó cuando cesó la demanda de Broussard. Lo intentó con otros aviones (destacan el Nord 262 y el Embraer Bandeirante) pero no le fue bien.




De lo más original. El Broussard F-GDPX  es el nº 170 de serie. Está restaurado y en vuelo en La France. Aquí pueden ver cómo se equipó para lanzar en vuelo a un diminuto Colomban Cri-Cri eléctrico. Arriba, preparados para despegar. En el centro, la suelta. Abajo, en formación. La Ferté Alais, 2014.


Los Broussard stuvieron en servicio con los militares más o menos hasta los 80. Y a partir de entonces muchos fueron a parar a coleccionistas, con el creciente auge los warbirds.

 

Al parecer tiene su miga pilotar un chisme de estos. No es una avioneta "normal". Con el tremendo radial de 9 cilindros sólo se consiguen poco más de 200 km/h en crucero, la fuerza bruta está más para la carga y las pistas cortas. Los procedimientos son más bien complicados y hay que ser cuidadoso a poca velocidad, parece que perdona pocos errores.


Tres Broussards de visita en Duxford. Son los números 106, 249 y 298 de serie. Inglaterra, 2018.


Da igual. Me encantaría volar en un sediento cacharro de estos (devoran unos 90 litros de cara gasolina de aviación a la hora en crucero). Y quedan un montón en vuelo, según la página dedicada a ellos 66 (¡!). De vez en cuando hay alguno en venta. Relativamente, no es mucho... mantenerlos en vuelo es otra cosa.

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