martes, 26 de julio de 2022

Fauvel

Charles Fauvel dedicó toda su extensa carrera profesional como diseñador, de 1932 a 1979, a un sólo tipo de avión: el ala volante. Diseñó unas 60 de ellas (¡!), todas llamadas simplemente AV (por Aile Volante). Llegaron a construirse sólo unas 10, la mayor parte prototipos o series muy cortas. Sólo se hizo en cantidad una - relativamente - el velero AV-36, del que se hicieron más o menos 150 (la mayoría a partir de planos).

Una Fauvel AV-36 vista de lado muestra el característico perfil autoestable con el borde de salida curvado hacia arriba. Vean el gancho izquierdo para remolque por debajo del borde de ataque (se conectaba con un cable en Y a ambos lados del fuselaje). Deutsches Museum Schleissheim, Alemania, 2016.


¿Por qué no le fue mejor? Los diseños son originales, los que volaron lo hacían bien y los proyectos prometían. Pero el caso es que nunca consiguió convencer de las bondades de estos curiosos aviones ni a militares (no llegó a construirse ni siquiera un prototipo de sus numerosos diseños) ni a aficionados corrientes, que prefirieron tanto avionetas como veleros más convencionales.



Aunque nunca se libró de la fama de "cosa rara", lo cierto es que el avión era fácil de volar y tenía unos mandos perfectamente convencionales: vean los dos timones de dirección, el elevador entre ellos, los alerones en los extremos y los aerofrenos inferiores.

Aclaremos primero que las alas volantes de Fauvel no son estrictamente alas volantes, como las Horten o las Northrop, en el sentido de que tienen superficies verticales y fuselaje (las otras no). Además no tienen flecha ni torsión alar. Las alas son rectas y consiguen la estabilidad por llevar perfiles autoestables, en los que la parte de atrás es reflex (cóncava).


Otra Fauvel AV-36 colgada en un museo. Los más antiguos del Club que la volaron en su tiempo decían que volaba bien, pero no mucho... pero la comparaban con veleros más modernos. Luftfahrtmuseum Manfred Pflumm. Alemania, 2017.


La Fauvel AV-36 es su diseño típico. Cuando apareció en 1951 ofrecía mucho: un planeo de 1:26, con sólo 12 metros de envergadura y 120 ligerísimos kilos, de madera y tela, claro. Bah, dirán Vds. tampoco es gran cosa... Pues sí, era mucho. Por aquel entonces se seguía compitiendo con Weihes o similares, que eran sólo marginalmente mejores (con mucha más envergadura). El ala de Fauvel era bastante más sencilla, resistente y barata...



En la fabulosa colección Shuttleworth tienen una Fauvel AV-36 con la cabina original más cuadrada y sin rueda en el morro. Vean de nuevo el perfil autoestable. Inglaterra, 2018.


Sobre todo, volaba bien. Y segura: no entraba en pérdida, mantenía con facilidad la velocidad y se aprovechaban bien las térmicas. Se han hecho varios vuelos de 500 kilómetros en estos chismes. ¡Y era acrobática! Con una estructura diseñada hasta 12 G (¡!). De hecho, el ala no se desmontaba para el transporte. Se plegaban cono y timones a un lado y se llevaba detrás de un coche en un remolque, de lado (¡!), con un plano por encima del techo.


Parece que ya no muestran la Fauvel AV-36 en el Museo del Aire y del Espacio de París. Una pena. En 1993 estaba en una sala dedicada a la aviación deportiva, con entre otros, un Morane Saulnier MS 317 boca abajo.


Fauvel siguió desarrollando el concepto, pero no tuvo éxito. En los años 50 comenzaron a salir veleros con perfil laminar y finalmente con construcción en plástico, que acabarían por ganar la carrera de las prestaciones. Pero el ala de Fauvel permanece como uno de los veleros más simpáticos y originales de la historia del vuelo sin motor.

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