viernes, 8 de diciembre de 2017

OWRA

¿Han visto Vds. que avión más original? El Oblique Wing Research Aircraft (avión de investigación de ala oblicua) es un proyecto de la NASA que voló sólo tres veces, en 1976. El ala podía girar hasta 45º, con el borde izquierdo hacia delante, sobre una parte central fija que incluía el motor con la hélice incubada.

El OWRA con el ala en posición más oblicua (45º). Se eligió una planta elíptica para tener menos problemas de distribución del centro de presiones. El avión estaba atiborrado de sensores y llevaba una cámara de TV en el morro para ayudar al piloto remoto. Museo Nacional del Aire y del Espacio, Centro Udvar-Hazy. Washington (USA), 2015.

¿Por qué semejante lío? La idea original se le ocurrió en la Segunda Guerra Mundial a Richard Vogt, un ingeniero alemán de ideas muy brillantes. Buscaba reducir la resistencia aerodinámica a altas velocidades, sin la complicación de plegarlas hacia atrás. Incluso llegó a plantear un caza a reacción, el Vogt P.202, que no llegó a construirse.

La hélice intubada al parecer no perseguía aumentar el rendimiento sino que no se dañara en los "estrellizajes".

Los yanquis se llevaron a Vogt a USA al terminar la guerra, con otros 1.600 científicos nazis. Años después, otro ingeniero yanqui, Robert Thomas Jones, rescató el proyecto, modelizó matemáticamente el concepto, hizo pruebas en túnel aerodinámico y hasta construyó un aeromodelo para probarlo.

El avión es diminuto: mide unos 7 m de largo y de envergadura, pero con todos los trastos necesarios pesaba casi media tonelada. Con un motor McCulloch de 72 HP al parecer le faltaba potencia y le sobraba peso. Aunque estaba previsto que volara hasta casi 300 km/h, en las pruebas se mantuvo prudentemente a unos 130-170 km/h.

La NASA finalmente decidió encargar un avión de investigación de control remoto. Pueden leer el informe técnico final, pero para lo esencial es preferible este artículo o este libro. En síntesis, la cosa funciona. De hecho, el éxito del proyecto llevó a construir un avión tripulado de ala oblicua, el Ames-Dryden-1.

Fue necesario aumentar la longitud de la cola para que el avión tuviera un mínimo de estabilidad.

Pero también tiene problemas. Construir un ala que gire puede que sea menos complicado que hacerlas de geometría variable, pero no deja de ser un follón. Sobre todo, a medida que gira se generan problemas de estabilidad. Se han hecho propuestas de aviones civiles y militares basadas en el concepto. Pero hasta ahora no hay nada concreto.

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