Ir a Pitts Special (1)
Pitts durante décadas
Además de fabricar aviones nuevos, se vendieron kits de construcción amateur y planos de ambas familias (Pitts S-1E y S-2E, por experimental). Piits creó otras versiones, como la Pitts S-1T con motor de 200HP. La S-1S se convirtió en la práctica en el avión de competición acrobático yanqui de referencia en los años 70.
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I-PITT se hizo como una Pitts S-1T de construcción amateur, de 1980 a 1984, por un piloto italiano llamado Giorgio Marangoni, inicialmente con un motor de 200 HP, en la que llegó a competir en el mundial de 1990. Para 1992 instaló un motor de 300 HP, con el que entusiasmaba al personal en las exhibiciones. Con su esquema clásico rojo y blanco, dejó de volar en 2007 con algo más de 1.000 horas. Volandia, Milán, Italia, 2022. |
Pitts dejó su parte del negocio en 1977. Los desarrollos siguieron haciéndose en las sucesivas firmas constructoras y especialmente por el siempre activo mundo de la construcción amateur, en el que se han construido, modificado y "tuneado" estos aviones hasta extremos a veces impresionantes. El propio Pitts creó en 1994 la
Pitts S-1-11B "Super Stinker", con 300 o más HP (¡!). Esta "fiebre" por lo excesivo llegaría al máximo con un Pitts ya octogenario, con la
Pitts model 12.
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Incluso la biplaza es un avión muy compacto. Una Pitts S-2B volando en exhibición en Sabadell, Barcelona, 2024. Cómo no, roja con rayos blancos. |
Las Pitts Special siguieron su evolución. Reconociendo la necesidad de crear un entrenador biplaza cada vez más capacitado, se hicieron versiones cada vez más mejoradas de la Pitts S-2. La versión S-2A incorporó un motor de 200 HP y hélice de velocidad constante. La S-2B pasó a llevar un motor de 260 HP y cambios en la estructura. Por fin, la S-2C tiene el mismo motor, pero perfil simétrico, mejoras en los alerones y mejor comportamiento en invertido. Sigue actualmente en producción.
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Arriba, la Pitts más vieja de mi colección. Una Pitts S-2A del equipo Royal Jordanian Falcons, que todavía existe pero que ahora vuela en Extra 330. JY-RJH era de 1977 y la foto está tomada en una exhibición en Inglaterra en 1979. Centro, aunque con matrícula yanqui, esta Pitts S-2B volaba bautismos en la Ferté Alais en Francia, 2024. Abajo, la Pitts S-2C parece muy similar a la anterior, y sin embargo es un avión muy diferente y mejorado. En Oshkosh, USA, 2019. Todas ellas llevan, con casi 50 años de diferencia, el característico esquema rojo con rayas/rayos y monadas blancas. |
Hubo también varias versiones de la S-1 monoplaza de construcción amateur. Las S-1D y S-1E pasaron a llevar 4 alerones, la primera era a partir de planos, y la segunda de kit como ya les he contado. Eran en general parecidas a la S-1S. Por su parte, la S-1SS era similar a la S-1S de fábrica, pero llevaba los alerones mejorados con 300º por segundo de tasa de alabeo (¡!). Se supone que se podían comprar hasta hace poco los planos, pero parece que
han cesado su actividad.
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Arriba, G-PIII y G-IIIP son las dos Pitts S-1D del equipo acrobático Trig, un fabricante de equipos de aviónica británico. Son respectivamente de 1981 y 1984. Vean el pequeño tamaño comparado con la gente. Y las barras que conectan los alerones en las alas: es decir, llevan 4. Friedrichshafen, Alemania, 2017. Abajo, Esta Pitts S-1SS muestra las puntas rectas y no redondeadas, con los alerones revisados que Mr. Pitts ideó para una tasa de alabeo aún más rápida y enoloquecida. Vean además las ventanillas transparentes al lado de los pies para "ver algo" al aterrizar. Arriba y abajo, la Pitts de la izquierda aarriba y la de abajo llevan el tren de aterrizaje tipo Cessna, un cambio relativamente frecuente. Los muy sacrílegos no las han pintado de rojo con rayos blancos. Oshkosh, USA, 2019. |
Las Pitts Special siguen siendo aviones tremendamente populares. Una Pitts S-2C nueva le costará cosa de medio millón de
dolores (¡!), y además tendrá que pagar impuestos y traerla desde el lejano Wyoming. Pero hay un montón
de segunda mano a la venta. Que pueden ser, en el momento en que escribo esto, desde sólo 41.500
leuros por una Pitts S-1T inglesa de 1984 hasta los menos asequibles 170.000 de una biplaza S-2C de 2004 en Noruega.
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Esta Pitts S-2C de 2001 acaba de terminar su exhibición y carretea haciendo eses por el suelo. Oshkosh, USA, 2019. |
Lo cual no deja de ser sorprendente para un avión que en esencia
"no sirve pa ná", si exceptuamos zarandearte salvajemente por los cielos. Porque una Pitts ni lleva cosas, ni gente, ni está pensada para viajar, ni es aconsejable para sitios cortos o malos. Y además tiene un motor grande y caro de mantener, que consume muy cara gasolina de aviación en grandes cantidades. Y sin embargo... por algo será que se han hecho
más de 1.200 de estos pequeños y vistosos chismes en los últimos 55 años.
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Los Red Devils fueron un equipo acrobático que volaba tres Pitts Special rojas con rayas y cuadrados blancos, la decoración clásica. Se fundó en 1969 y tuvo famosos miembros. Para la posteridad están colgadas en el gran vestíbulo de acceso del Museo de la Experimental Aircraft Association (EAA) en Oshkosh. Arriba, N58J es una Pitts S-1SS que construyó y voló Tom Poberezny, el fundador de la EAA. Abajo, N442X era la Pitts S-1SS de Charlie Hillard. USA, 2019. |
Volar en una Pitts
La razón es por supuesto que la acrobacia mola. Incluso el hecho de tener un biplano de colorines y volar con él sin más mola. Sin hacer acrobacia, que ya se sabe que es algo facultativo del piloto. Nunca he volado en una Pitts, aunque sí he volado en acrobáticos y en alguno que creo se aproxima bastante a una S-2. Pero todo el que lo ha hecho coincide en que es una experiencia... intensa.
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Una Pitts S-2B y una CAP 232 juegan a corre corre que te pillo en una exhibición. La Ferté Alais, Francia, 2014. |
Pueden consultar las
muy entretenidas pruebas de prácticamente todas las versiones, realizadas por el gurú antes mencionado. Es un Sr. yanqui llamado Budd Davisson, que aparentemente sigue activo y debe ser ya mayor. Si sigue volando Pitts (y otras muchas cosas con alas) llevará ya 60 años volándolas (¡!). Y si no, desde luego tiene la tira de experiencia.
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Digan ooooooh y aaaaah. F-HXZM es una Pitts S-2B de 1991. El humo ayuda mucho a añadir espectáculo. Vean la diferencia entre las dos figuras. Arriba, el avión ha agotado su velocidad vertical, y casi parado, en el momento adecuado, ha pegado un campanazo y cae apuntando hacia abajo. Abajo, el avión sale de una maniobra vertical volando en invertido. Insisto, volando. No cayendo como antes. Valence, Francia, 2018. |
Según Mr Davisson, cualquiera puede volar una Pitts, y en su momento se comprometía a enseñar a aterrizar en el avión a dicho cualquiera. Lo cual costaba habitualmente unas 8-10 horas de entrenamiento. Yo empezaría por leer "
the single hole Pitts", su artículo de 1999 dedicado a las S-1 monoplazas, en el que comenta como estos aviones estaban volviendo entonces a la escena aeronáutica, después de que en los 80 cayeran más o menos en el olvido. En realidad pienso que eso nunca ha sido así.
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La EC-FRB que les mostraba antes haciendo circuitos en Sabadell un día de exhibición. Barcelona, 2024. |
Davisson insiste en que la mala reputación de manejo del avión en el aterrizaje y en el suelo está exagerada. Y que lo único que hay que saber es que el avión sólo hace lo que el piloto manda, inmediatamente, y no deja de hacerlo hasta que mande otra cosa.
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N126BB tira de ges para enfrentar al público en Oshkosh. Es una Pitts S-2C de 2001. USA, 2019. |
Me parece bien y tendrá su parte de razón. Pero no dejaría de leer otros puntos de vista. Por ejemplo el de
Jorge Macías, un Sr.
con un gran palmarés en acrobacia, que tiendo a pensar que sabe de lo que habla. Según él, la Pitts es una auténtica delicia en el aire, por su ligereza, rápida respuesta y suavidad de mandos. Por ejemplo, incluso en una biplaza y con potencia reducida puedes estar haciendo loopings sin parar, y sin perder altura. Lo mismo con los toneles. Pero dice
ojo cuidao con las pérdidas y barrenas, por sus características y por perder mucha altura.
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Intantes después, el mismo avión de más arriba tras virar al rumbo de pista y alejarse hacia el sur. Desde hace años y tras algunas experiencias amargas, el público no se sobrevuela. Bajo ningún concepto. Oshkosh, USA, 2019. |
Sobre todo, aterrizar el avión es la "la parte más interesante". No lo dice con estas palabras, pero yo se lo traduzco: el avión es una fierecilla muy peligrosa que te puede pegar un peazo de mordisco en cualquier momento, desde que empiezas la aproximación hasta que finalmente está parado en la plataforma. Es muy rápido, no se ve un pimiento, no avisa de la entrada en pérdida y es muy nervioso en el suelo. Dice que es el más difícil de aterrizar de los más de 30 chismes que ha volado (¡!).
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Clásicos yanquis. Y vean la diferencia en tamaño. Al fondo, uno de los escasos Caltalina que quedan en vuelo. En primer plano, ya les he enseñado la Pitts S-2B F-HBOB, que vi por tercera vez en la Ferté Alais el pasado 2024 en Francia. |
Las estadísticas le dan la razón: una parte considerable de los accidentes de
Pitts S-1 y
Pitts S-2 son en el aterrizaje. La cantidad de accidentes durante demostraciones acrobáticas también te deja un poco frío. Por otro lado éste es un avión de muy alto rendimiento, potente y acrobático. No es un
Falke. Incluso así, todo tiene su lado bueno. En palabras de Macías: "Al fin y al cabo, si puedes volar una Pitts, el resto (de aviones) son gatitos domesticados".
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Esta Pitts S-2S de 1979 hacía propaganda de cámaras, y de hecho lleva encima unas cuantas. Oshkosh, USA, 2019. |
Dejo como habitualmente para el final la cuestión clásica: ¿me gustaría volar en una Pitts? ¿o más en general, suponiendo que pudiera permitírmelo, tener una y dedicarme a la acrobacia? La respuesta corta es ya no. Puede que por probar me gustaría que me dieran una vuelta y me dejaran hacer un looping y un tonel. Pero está claro que ese tipo de vuelo ya no es lo mío.
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La FIO tuvo brevemente otra Pitts S-2A a principios de los 80, pero luego pasó a otras manos. Como ya se habrán dado cuenta, me gusta la librea roja con rayas o rayos blancos. Aunque este avión está últimamente mucho más discreto en azulito y blanco. Cuatro Vientos, Madrid, 1990. |
Sin embargo, espero disfrutar todavía muchos años de exhibiciones donde haya gente que siga volando en estos característicos biplanos. Y que aterricen sin romperse la crisma y con el avión de una pieza.
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Un joven aficionado empieza a dominar una Pitts monoplaza. Sabadell, Barcelona, 2024. |