jueves, 18 de agosto de 2022

Bird

Resulta directamente impresionante la cantidad de aviones que aparecieron en Estados Unidos en los años 20, sobre todo en la segunda mitad y especialmente tras el fabuloso vuelo trasatlántico de Charles Lindbergh en 1927. La mayor parte eran biplanos que llevaban al piloto y normalmente un par de pasajeros para la nueva moda: ¡volar por los aires!

El Bird del Cradle Aviation Museum se construyó en 1928 ó 1929, con un motor Curtiss OX-5, y se vendió por 3.150 dólares, unos 54.000 actuales (una ganga). 


Muchos de ellos empezaron por llevar un motor V8 Curtiss OX-5 de 90 HP. Esto no era casualidad. Se produjeron desde comienzos de la Primera Guerra Mundial más de 12.000, al principio para los militares, pero luego para todo quisqui. No era ni especialmente potente ni fiable, pero había la tira, funcionaban relativamente bien y eran baratos (algunos se vendían por tan poco como 20 dolores).

 

Un motor Curtiss OX5. Ocho cilindros, más de 8 litros y 90 HP. Estamos en la era primaria de la aviación. 


Hicieron falta unos cuantos años para que se fueran incorporando los nuevos motores radiales, más potentes y además más fiables, como los Warner Scarab y Wright Whirlwind, entre otros muchos. Algunos de estos aviones pusieron los cimientos de dinastías muy longevas. La mayor parte han pasado a la historia sin más. 

 

NC78K aparentemente mantiene su certificado de aeronavegabilidad (¡!). 


Les enseño uno de los segundos. El Brunner-Winkle Bird voló en 1928 con un motor Curtiss OX-5. Utilizaba la tradicional construcción en tubo de acero para el fuselaje y alas de madera. El avión era majo y volaba bien. Charles Lindbergh compró uno en 1930 para enseñar a volar a su esposa. En sucesivas versiones fueron introduciendo mejoras y motores radiales más modernos. Se hicieron unos 240.

 

Luego sólo hay que descolgarlo, echarle gasolina y a volar. Casi.


Es sorprendente que queden un montón, unos 70. Y muchos volando. Cómo no, con su grupete de seguidores. Me encantaría volar en uno. Pero por aquello de la economía de proximidad, me fascinan un poco más los productos locales

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