A principios de los años 30 en Alemania, si querías volar en un velero bueno, o era un avión único como un Fafnir (que costaba un congo y planeaba sobre 1:25) o era un avión que costaba menos, aunque una fortuna, como un Rhönadler (1:20). La alternativa baratita - es un decir - era un Grunau Baby, que tenía un planeo de 16 -17. No cuento los primarios, que tampoco es que volaran mucho. Herr Schleicher le pidió al diseñador Hans Jacobs que diseñara un velero razonablemente barato pero que volara bien. Mejor que el Baby, pero más barato que el Rhönadler. El tipo tenía vista.
En el Deutsches Selflugmuseum tienen un Rhönbussard original de 1935 primorosamente restaurado. Wasserkuppe, Alemania, 2019. |
Jacobs diseñó el Rhönbussard (ratonero del Rhön) de 14,3 metros de envergadura, un velero más sencillo que el Rhönadler, pero que casi volaba lo mismo (un pelo menos de 1:20). Esto lo consiguió además con el mismo perfil curvado y "clásico" que el Baby (el Göttingen 535), pero con algo más de envergadura y atención al detalle aerodinámico (ala cantilever, fuselaje oval, más carga alar...).
Inicialmente el avión se construyó sin frenos. En sucesivas versiones llevó sencillos spoilers de extradós, frenos DFS y finalmente frenos Schempp-Hirth. |
El nuevo avión voló en 1933 y estaba muy bien. Se hicieron más de 200 y muchos vuelos largos, de incluso más de 300 km (piensen en hacer un vuelo así con un chisme con ese planeo y con una VNE de 130 km/h). En uno de ellos un desafortunado piloto subió a 5.000 m. Pero el avión se hizo pedacitos con la turbulencia y tuvo que lanzarse en paracaídas. El barógrafo se perdió.
Al parecer queda al menos un RHönbussard en vuelo. En el que me encantaría volar. Con la cabeza al aire, como los pioneros. |
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