En los años 50 la antigua Macchi, rebautizada Aermacchi, se planteó de nuevo hacer aviones militares. Vieron el potencial que podía tener un entrenador a reacción y construyeron el Aermacchi MB-326 (la B es por Ermanno Bazzochi, el ingeniero que lo diseñó), un elegante biplaza en tandem que tuvo un éxito enorme. Se han hecho más de 800 y han volado con un montón de fuerzas aéreas.
La idea era hacer todo el entrenamiento en un solo aparato, reemplazando todo tipo de aviones previos. Al parecer, la prevista entrada en servicio del Lockheed F-104 Starfighter influyó mucho en este planteamiento de "todo reactores". Pronto se darían cuenta de que esto salía carísimo, pero el nuevo avión voló en 1957, a la Fuerza Aérea Italiana les convenció, y entró en servicio en 1962.
El pequeño reactor batió un porrón de récords y pronto encontró clientes. Los más importantes, que además los constuyeron con licencia, fueron Australia (fabricado por CAC), Brasil (hechos por Embraer, donde los llamaron Xavante, por unos indios amazónicos) y Sudáfrica (construidos por Atlas y llamados Impala, por la gacela). También se hicieron en pequeña cantidad para otras fuerzas aéreas. La aerolínea Alitalia compró también cuatro para entrenar pilotos de reactores (¡!).
Arriba y centro. En el fabuloso Museo Volandia tienen el segundo prototipo MB-326, de 1958, en una zona un poco fantasmagórica con luz azul. Abajo, vean el sencillo cuadro de instrumentos. Está todo en inglés y en unidades inglesas, pensando en que después iban a pasar a un Lockheed F-104. Aeropuerto de Milán - Malpensa, Italia, 2022. |
También se utilizó como avión de ataque ligero, incluso se hicieron versiones monoplaza específicas. Los sudafricanos lo utilizaron en la guerra de Angola, donde además de ser más baratito que los reactores de combate grandes tenía la ventaja de poder volar desde campos malos y cercanos al lío. Otros países que no se podían permitir aviones más caros también utilizaron el avión italiano.
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