Raphael Celier, como más de uno en el mundo de la aviación, debe ser una personalidad curiosa. El creador de los autogiros ligeros Xenon (como el gas de los faros) empezó inicialmente con una empresa en Francia, donde el primero voló aparentemente en 1993. En 2006, la compañía se mudó a Polonia. Pero a partir de 2011 partió peras con su antiguo socio, Trendak, que sigue fabricando unos autogiros muy similares. Incluso hay un tercer fabricante llamado Argo que también se proclama sucesor del Xenon.
Un Xenon 4 en el stand de la compañía. En la feria AERO. Friedrichshafen, Alemania, 2016. |
Los autogiros Xenon (y también sus copias o derivados) son biplazas o triplazas lado a lado, modernos, rápidos, con cabina cerrada, propulsados por un motor Rotax de hasta 135 HP, que tienen aparentemente buenas prestaciones. El más reciente Xenon 4 se ofrece en varias versiones más o menos monas (Sport, Executive, Geo, XL) y también el que es aparentemente muy similar Medevac, intentando cubrir desde el uso deportivo hasta los trabajos aéreos más o menos especializados.
El aparato se beneficia del aumento del peso máximo de la categoría (en Alemania y otros países) de hasta 560 kilos, un precio relativamente bajo (desde 90 kilopepinos) y la noción de que "pueden hacer el 90% de las funciones de un helicóptero con un 10% del coste" (según el fabricante, claro). No parece que estén socavando a los mucho más caros helicópteros en la vertiente de trabajos aéreos, pero el caso es que hay cada vez más de este tipo de chismes. Incluso entre los más perfeccionados como el Xenon y sus "primos", hay otras opciones, como ésta o ésta.
El Rotax modificado de 135 HP permite un crucero de hasta 160 km/h, rápido para un autogiro. |
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