sábado, 19 de agosto de 2017

J-Ro

Los autogiros se crearon en los años veinte y llegaron a ser realmente viables y útiles en los años 30. Y luego la aviación se olvidó de ellos. Se incorporó el invento clave del rotor articulado al desarrollo de los helicópteros, y en general dejaron de hacerse, con algunas excepciones. Las dos más notables fueron los pequeños y sencillos autogiros Bensen yanquis de los 50, y los Wallis británicos de los 60, pero se quedaron más bien en una curiosidad.


DTA (Delta Trikes Aviation) empezó con los ULM pendulares, y sigue haciendo una amplia familia de ellos. Desde 2010 ha incorporado este bonito autogiro a su gama. En AERO, Friedrichshafen, Alemania, 2016.
Esto ha cambiado por completo en los últimos 20 años. En la actualidad hay un interés renovado por los autogiros, y lo curioso es que se ha dado dentro de la aviación deportiva ligera. Ahora hay unos autogiros chulísimos. Por ejemplo éste: el DTA J-Ro es un biplaza en tándem francés que me parece de lo más elegante.


Lleva el inevitable Rotax, que puede ser 912 ULS (100 HP) ó 914 UL (115 HP).

Según el fabricante, vuela a 150 km/h de crucero y aterriza en 20-30 m. Tiene una cabina con un par de enormes puertas laterales (puede volar sin ellas, en plan cabrio) y ocupa muy poco sitio en un hangar. Un pequeño inconveniente son los 75.000 pepinos o más que piden por él, pero la verdad es que mola.

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