Para 1917 empezó a estar disponible el motor Hispano Suiza V8B con reductora, que con sus impresionantes 200 caballos más que doblaba la
potencia de los primeros cazas de la I
Guerra Mundial. La firma Sopwith
había creado previamente el Camel,
con motor rotativo, un caza muy bueno. El ingeniero jefe Herbert
Smith diseñó un nuevo caza, el Dolphin,
que era más feo que lmqlp, pero que tiene varias características interesantes.
Sólo queda este Sopwith
Dolphin original que les muestro, que es una reconstrucción de al menos
3 aviones diferentes. Royal air Force Museum, Londres, 2016.
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El nuevo avión del zoo de Sopwith (muchos llevaban nombre
de bichos) para empezar llevaba un armamento
brutal: nada menos que 4
ametralladoras, el primer caza en llevar tal cantidad. Dos sincronizadas
disparando hacia delante y otras dos apuntando hacia arriba, aunque esto a
muchos pilotos no les convencía.
El morro peculiar se debe a la reductora. Vean las 4 armas por encima
del motor y de la cabina. La mira con la que apuntaba el piloto es el tubo
situado por encima de las dos armas del morro.
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Pero lo que más llamaba la
atención y le daba un aspecto
característico eran dos cosas. La primera, que el plano inferior estaba por delante del superior, esto le hace
parecer raro. Y luego que el plano
superior lo habían bajado justo al
nivel de la cara del piloto, dejando la parte central abierta. El piloto asomaba la cabeza por allí.
Ambas cosas hacían que pudiera ver mucho mejor que en otros aviones. Los
pilotos por supuesto estaban acongojados
ante la perspectiva de volcar,
aunque en la práctica se vio que no era pa tanto.
El plano inferior quedaba muy por delante del superior, dándole al avión
una pinta peculiar.
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El Dolphin entró en servicio en
1918 y pronto demostró ser un caza muy
bueno: rápido, maniobrable y con un rendimiento en altura excelente (a
finales de la guerra se luchaba a más de 6.000 metros). En el lado negativo, la
reductora del motor se estropeaba
constantemente, a menudo con fallos
catastróficos que arrancaban de cuajo reductora y hélice. Imagine que está
volando con un boche pisándole los
talones y de repente, zas, aquello sale volando. La risa.
A finales de la guerra se habían
fabricado más de 2.000 Dolphin, pero nada menos que 1.500 estaban almacenados a la espera de sus motores cuando llegó
el armisticio. Todos ellos fueron desconsideradamente convertidos en astillas...
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