Horst Ruschmeyer, un empresario alemán, se propuso hacer en los
años 80 una familia de avionetas
modernas de 4 plazas. Iban a ser la pera: diseño ultramoderno, materiales
compuestos, certificadas y propulsadas por motores Porsche PFM.
El prototipo de la Ruschmeyer MF-85 voló en 1988, mostrando buenas cualidades. Pero...
Porsche dejó el desarrollo de motores
aeronáuticos. Esto fue directamente una pena. Podían haber sido realmente el cambio que necesitaba la aviación general. Ruschmeyer entonces decidió montar un motor americano
Lycoming IO-540, rebajado a 230 HP, y con una hélice de plástico de 4 palas
Mühlbauer, todo ello para resultar más fiable y menos ruidoso. Un Lycoming
IO-540 habitual tiene casi 9 litros y puede dar 300 o más HP.
El avión resultante, Ruschmeyer
R 90-230-RG de tren retráctil voló en 1991. Aunque era rápido, moderno,
con buena pinta y volaba muy bien, Ruschmeyer sólo fabricó 26 aviones (más 3
prototipos) antes de ir a la bancarrota.
Una pena. Aunque teóricamente se fundó Solaris
Aviation en USA en 1999 para continuar la producción, la compañía
desapareció aparentemente sin fabricar más.
El Ruschmeyer es un avión muy rápido, vuela en crucero a más de 300 km/h. Precedió en más de una decada a diseños como la Cessna 400 o el Cirrus SR20. |
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