El primer avión ultraligero en que volé fue en un Tango,
en 1987. Es el primer recuerdo
asociado a este avión. Fue en lo alto de un páramo, con un instructor llamado C (que sigue todavía en el negocio), y me encantó. Y eso que el avión era - y
sigue siendo - un artefacto desgarbado,
lento y más bien torpe. Pero volaba, tú.
Un joven aficionado descubre que hay aviones de menos de 100 toneladas de peso al despegue. La Cistérniga, 1987. |
Y el segundo fue la fabulosa aventura que emprendieron de Valladolid a Cáceres 3 ultraligeros en
1988, en la que yo formaba parte del equipo de tierra. Y no quito nada de
aventura. Uno de ellos era un Tango,
pilotado por J. Volando por la Sierra de
Béjar el motor hizo puf y se paró.
Algo no muy raro en el Rotax 503
bicilíndrico de dos tiempos que llevaba. Afortunadamente, la pérdida es a
unos 40 km/h, lo que permite
aterrizar en cualquier parte. Por aquel entonces no había móviles... imagínense
el numerito.
Bien, pues el modesto, ruidoso y poco agraciado Tango
es uno de los aviones de más éxito
construidos en España: probablemente muchos miles de personas han volado en uno.
La empresa Sport Aircraft hizo unos 250 - na menos - en los años 80,
de los que quedan en el registro a día de hoy 134 (¡!). Y sin embargo, no hay mucha información
disponible sobre el avión.
Arriba, el Tango despega rumbo a Cáceres entre margaritas y amapolas.
Abajo, el remolque del rescate y la borda donde pasó la noche. Cáceres, Sierra
de Béjar, 1988.
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Uno de sus creadores reconoce que
se inspiraron
en el Weedhopper,
aunque estoy tentado a pensar que lo
fusilaron directamente. Igual que el avión yanqui, el Tango tiene una estructura primaria formada por un tubo de duraluminio: delante se
coloca el motor, encima las alas, debajo los asientos y detrás la cola.
Adelantando a un Tango desde un Avid Flyer. Lo que no costaba mucho. La
Cistérniga, 1990.
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El ala es una simpleza de tubos arriostrados
que tiene digamos un perfil - no sé
si llega eso - con doble superficie delante y una simple tela detrás. No busquen los alerones, no tiene.
Entre el diedro y la flecha se logra inclinar el ala al accionar el timón, que
está en la palanca y no en los pies. Eso es todo lo que tienes, además de un
mando de gases y unos pocos instrumentos.
Muuuuchos años después, todavía hay Tangos en vuelo. Plampalacios
(Huesca), con unas bonitas lenticulares encima de la Sierra Ferrera. Huesca,
2014.
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No hace mucho que me ofrecieron
pilotar un Tango, para evitar males mayores en unos aspirantes a pilotos. Dije
que no. Cada uno debería saber a qué se expone. Pero en mi previsto (e
improbable) museo de aeronaves en vuelo,
me gustaría tener uno de estos cacharros.
En su momento guardé el billete del bautismo, que está claro que me impresionó. Casi 34 años después a aparecido entre unos papeles. |
Este aerograma de 1985 refleja la fiebre que había entonces por los ULM. El de la derecha es un Tango monoplaza, de los que nunca he visto uno. |
Me ha gustado muchisimo leer esto. Se lo agradezco de veras. Soy piloto de ULM desde el 2000. Actualmente sigo volando (72 años) con mi TL-232 Condor (creo que es el único que queda en España), por Cataluña (en Youtube https://www.youtube.com/results?search_query=tl+232+condor%2C+JMS).
ResponderEliminarMe guardaré esta URL para volverlo a leer, pasado un tiempo. Gracias por haberlo escrito.