La Guerra Fría llevó a los yanquis a crear unos aviones realmente enloquecidos. Uno de los que más iba a ser el bombardero North American B-70 Valkyrie (Valkiria). La fuerza áerea empezó a pensar en 1955 en un bombardero simplemente inalcanzable, por muy rápido (mach 3 de velocidad de crucero), a mucha altura (21.000 metros) y con un alcance capaz de llegar al corazón de Rusia (casi 7.000 km). Era digamos una mezcla de un Convair B-58 Hustler, que iba a volar al año siguiente, pero todavía más rápido, con el alcance y la capacidad de carga de un Boeing B-52, cuyas primeras unidades entraban en servicio entonces.
El avión se iba a beneficiar de una serie impresionante de descubrimientos en materiales, propulsión y aerodinámica en los 9 años que iba a costar ponerlo en vuelo. Estaba hecho con panel de abeja de acero, y reforzado en sitios específicos con titanio. Llevaba nada menos que 6 turboreactores General Electric YJ-93, un derivado mucho más potente de los J-79 del B-58 Hustler, F-104 Starfighter y F-4 Phantom. Daban 13.000 kilos cada uno con postcombustión, casi 80.000 en total (¡!).
La planta alar delta con canard "cabalgaba" en la onda de choque de la entrada de aire de los motores, con unas curiosas y enormes puntas alares que se plegaban hacia abajo, aumentando el efecto. Las tremendas velocidades calentaban mucho la superficie del avión, especialmente en zonas críticas (en el morro más de 300º). Se puso a punto un sistema para refrigerarlas con el propio combustible especial JP-6 pensado para esas alturas y velocidades. La razón de ser del chisme era llevar una bomba nuclear de 18 toneladas en su bodega interna.
Pero bastante antes de que llegase a volar el primero, en 1964, pronto hubo críticas. Con dos argumentos difíciles de rebatir. Uno es que los ruskis estaban desarrollando - y consiguieron - misiles que podían alcanzar el avión. Pensaron en redirigir las misiones a baja cota, pero el avión no estaba pensado para eso. Sobre todo, se desarrollaron los primeros misiles balísticos intercontinentales, que hacían innecesaria la fuerza de bombarderos. Era mucho más fácil tirar un pepino con varias cabezas atómicas desde el espacio. De hecho lo sigue siendo en la actualidad.
Además hubo agria batalla empresarial, militar y política. Finalmente se canceló la prevista y carísima flota de bombarderos, aunque se decidió hacer unos pocos aviones para investigación y desarrollo de otros futuros aviones supersónicos. No estoy seguro, pero también supongo que porsiaca, no venía mal probar unos chismes así, que estaban en la frontera de todo y les daba mucha superioridad tecnológica. Y que nunca se sabe, podían ser necesarios como bombarderos.
![]() |
El plano canard permitía mayor maniobrabilidad. La cabina sólo llevaba piloto y copiloto en una cápsula de escape. Originalmente estaban previstos además navegante y bombardero. |
La información obtenida por el extenso programa de pruebas se utilizó también para su siguiente bombardero B-1, y el cancelado transporte supersónico SST. Parece que también sirvió para que los rusos "robaran los planos" y los utilizaran para su propio transporte supersónico, el Tupolev 144, que tiene un aire.
Al final sólo se hicieron dos XB-70, que no tenían nada de bombarderos sino que eran aviones de investigación puros. Solo llevaban piloto y copiloto, y participaron en un programa conjunto de la Fuerza Aérea y la NASA. El primero pronto demostró su capacidad desde 1964, pero tuvo varios incidentes y accidentes, incluyendo perder en vuelo supersónico grandes trozos de la estructura alar (¡!). Lo mismo que el segundo desde 1965, que eventualmente se perdió en un choque en el aire en 1966... Sin embargo el programa continuó con el primero hasta 1969.
![]() |
Blanco y negro: el morro del Valkyrie por encima del bastante más pequeño Lockheed YF-12, la versión interceptor de los Blackbird. La "superioridad" implícita del avión blanco sobre el negro de esta foto me viene a huevo para contarles algo que no sé si es verdad, pero que me encanta. Según dicen aquí, ambos aviones coincidieron en la base aérea Edwards para sus programas de pruebas, a mediados de los 60. Los pilotos de ambos chismes solían ir a un bar tras la jornada de trabajo. Al parecer los del Walkyrie presumían de que su avión era rapidísimo. Los de los Blackbird callaban. Hasta que un día uno ya no pudo más. Un piloto de Walkirie seguía contando como había superado Mach 3. El del Blackbird le dijo: "Majo, nosotros volamos a Mach 3 más tiempo en un único vuelo de lo que vosotros lleváis en todo vuestro programa de pruebas". Y el otro le dijo "Sí, es cierto, pero nosotros perdemos trozos de avión más grandes que vuestro avión entero". No hay nada más chulo que un piloto de pruebas yanqui. |
Los yanquis nunca tuvieron sus bombarderos extremos. Aunque no deja de tener su ironía que los subsónicos Boeing B-52 a los que iba supuestamente a reemplazar sigan volando hoy, y es posible que estén en servicio hasta la década de 2050, es decir 100 años después de su primer vuelo (¡!).
No hay comentarios:
Publicar un comentario