El Ikenga es un curioso autogiro monoplaza yanqui con hélice tractora, de 1988. El exótico nombre viene de la mitología Ibo de Nigeria: es la máscara que encarna la "fuerza vital creadora" de la humanidad (¡!). Detrás de esta potente idea estaba David Gittens, un artista polifacético que hacía de todo: dibujo, pintura, diseño gráfico, arquitectura, música... y además coches, barcos y chismes aéreos. En concreto quería un aparato que sirviera de transporte y fumigador de cosechas en países pobres, con poca infraestructura aérea.
Lo cual es una idea estupenda y loable, sí. Pero descendamos al suelo. Según el respetado Museo del Aire y del Espacio americano, Gittens ilustra como los diseñadores independientes pueden hacer importantes contribuciones al diseño de aeronaves. Yo la verdad es que no lo veo. El chisme en sí no presenta nada nuevo y de hecho fue más bien un fracaso.
Gittens en realidad no tenía experiencia en diseñar, construir y probar autogiros. Así que se rodeó de gente que sí. Y otros que pusieran la pasta. Se creó la compañía llamada Gyro 2000. Todo ello es un logro innegable. Pero... su primer autogiro nunca llegó a volar. El segundo, Ikenga, sí. Con un motor Suzuki de dos tiempos de camioneta (¡!). Hasta le dieron unos cuantos premios. Cuando por fin se pusieron a hacer algo comercialmente viable y mejorado, volvieron a una configuración convencional (¡!) y se les acabaron los dólares en 1994. Y eso fue todo.
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