El Hawker Seahawk,
como el Supermarine
Attacker, es uno de los primeros reactores navales británicos, voló por primera vez en 1947. Y también deriva de un caza de hélice previo, el Hawker Sea Fury. Lo que pasa es que es mucho
más bonito que el Attacker. Tiene un
diseño limpio, proporcionado. Y además tuvo de largo más éxito, se hicieron más de
500 y estuvo volando con la armada india hasta 1983.
Las marinas que se podían permitir
por aquella época el lujo de un caza
embarcado tenian tendencia a ser más cautas
con las innovaciones que las fuerzas áereas terrestres. El Sea Hawk es de
diseño tradicional, con alas rectas. El muy superior Mig 15 de alas en flecha voló unos meses más tarde, con el mismo motor Rolls-Royce Nene, y entró
en servicio antes.
Un cazabombardero Sea Hawk FGA.6 de la marina británica mostrando la
manera fácil de plegar los planos (comparen con la difícil).
Fleet Air Arm Museum, Yeovilton, Inglsterra, 2010.
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Si quieren saber más del avión,
pueden consultar por ejemplo aquí.
Pero la historia que más me gusta es cómo el comandante Peter
Debras, un piloto de la Marina India, se eyectó en 1976 de su Sea Hawk desde dentro del agua y vivió para
contarlo.
Debras estaba esperando para ser catapultado con el
motor a máxima potencia. Antes del lanzamiento, el anclaje falló y el avión salió pitando, pero sin velocidad
suficiente para volar. Calló al mar por
la proa, pachof, se hundió y el
portaviones le pasó por encima (!). Debras tuvo la inmensa sangre fría para esperar a accionar el
mando del asiento lanzable, mientras
oía como se alejaban las hélices a toda máquina. Y a no esperar más mientras se
iba al fondo del mar, claro. Entonces salió eyectado con su asiento Martin-Baker, se desató, nadó a superficie
y le rescató un helicóptero.
La realidad supera ampliamente la
ficción.
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