jueves, 8 de diciembre de 2016

Horten Ho III

Walter y Reimar Horten refinaron su anterior diseño de ala volante Ho II Habicht con un nuevo modelo para los campeonatos alemanes de 1938. La insólita Horten Ho III tenía más envergadura (20 m), y era más alargada y aerodinámica. Conseguía una fineza de 25-28 según versiones, y tenía unos mandos aerodinámicos mejorados y bastante complicados.

La sección central de un ala Horten III H. Museo del Aire y del Espacio, Centro Udvar - Hazy, Washington, USA, 2015.

En el borde de fuga había 3 pares de mandos: los de dentro eran flaps de aterrizaje, y los dos de fuera eran elevones que se movían diferencialmente (los de fuera sobre todo hacia arriba, y los del medio sobre todo hacia abajo). Esto no sólo reducía la guiñada adversa sino que además paliaba los cambios de compensación longitudinal a diferentes velocidades. Además tenía dos tipos de aerofrenos, unos convencionales cerca de la cabina, para aumentar la tasa de descenso, y unos "timones - frenos" en las puntas de los planos: al aumentar la resistencia de un lado permitían que el avión girara casi plano. Uno de los que voló en la competición tenía además un pequeño canard montado por delante para ayudar al mando de profundidad.

Un ala Horten III F empleada para las pruebas de vuelo de pilotos en posición prono. El tren retráctil y la mínima cabina acentúan la impresión de "sólo hay ala" que da este avión. Museo del Aire y del Espacio, Centro Udvar - Hazy, Washington, USA, 2015.

Todo este lío los hacía veleros buenos, pero no tan buenos como otros. Para ponerlo en perspectiva, el Weihe es un velero también de 1938 que tuvo muchísimo éxito tanto antes como después de la guerra. Con 18 m de envergadura, conseguía 28 de planeo y era bastante más fácil de volar. En la competición, las dos Ho III se metieron en un cumulonimbo, superando por primera vez los 8.000 m. Un piloto se mató y el otro sobrevivió con congelaciones. Ambos aviones fueron destrozados por el granizo.


Dos vistas del ala Horten III F desde arriba. Fíjense en la limpieza aerodinámica y el considerable grosor del perfil. El avión estaba hecho enteramente en madera y entelado.

Se hicieron 19 de estos aviones en muchas versiones diferentes (otros dicen 14). Las Ho III permitieron a los Horten seguir experimentando nuevas soluciones. Una de ellas fue la posición del piloto tumbado para mejorar la aerodinámica, tanto en posición supino, como especialmente en posición prono. Gracias a estas pruebas se descubrió que no sólo era posible volar así (los pilotos creían que no), sino que tenía ventajas como más resistencia a las "ges" y mejor supervivencia en caso de estrellarse...

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