Walter y Reimar Horten refinaron
su anterior diseño de ala volante Ho II
Habicht con un nuevo modelo para los campeonatos alemanes de 1938. La insólita Horten
Ho III tenía más envergadura (20 m), y era más alargada y aerodinámica.
Conseguía una fineza de 25-28 según
versiones, y tenía unos mandos
aerodinámicos mejorados y bastante complicados.
La sección central de un ala Horten III
H. Museo del Aire y del Espacio, Centro Udvar - Hazy, Washington, USA,
2015.
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En el borde de fuga había 3 pares
de mandos: los de dentro eran flaps de
aterrizaje, y los dos de fuera eran elevones
que se movían diferencialmente (los de fuera sobre todo hacia arriba, y los
del medio sobre todo hacia abajo). Esto no sólo reducía la guiñada adversa sino
que además paliaba los cambios de compensación longitudinal a diferentes
velocidades. Además tenía dos tipos de aerofrenos,
unos convencionales cerca de la cabina, para aumentar la tasa de descenso, y
unos "timones - frenos" en
las puntas de los planos: al aumentar la resistencia de un lado permitían que
el avión girara casi plano. Uno de
los que voló en la competición tenía además un pequeño canard montado por delante para ayudar al mando de profundidad.
Todo este lío los hacía veleros buenos, pero no tan buenos como
otros. Para ponerlo en perspectiva, el Weihe
es un velero también de 1938 que
tuvo muchísimo éxito tanto antes como después de la guerra. Con 18 m de
envergadura, conseguía 28 de planeo
y era bastante más fácil de volar.
En la competición, las dos Ho III se metieron en un cumulonimbo, superando por
primera vez los 8.000 m. Un piloto se mató y el otro sobrevivió con
congelaciones. Ambos aviones fueron destrozados por el granizo.
Dos vistas del ala Horten III F desde arriba. Fíjense en la limpieza
aerodinámica y el considerable grosor del perfil. El avión estaba hecho
enteramente en madera y entelado.
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Se hicieron 19 de estos aviones
en muchas versiones diferentes (otros
dicen 14). Las Ho III permitieron a los Horten seguir experimentando nuevas
soluciones. Una de ellas fue la posición del piloto tumbado para mejorar la aerodinámica, tanto en posición supino, como especialmente
en posición prono. Gracias a estas pruebas se descubrió que no sólo era
posible volar así (los pilotos creían que no), sino que tenía ventajas como más
resistencia a las "ges" y mejor supervivencia en caso de
estrellarse...
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