Muchos de los primeros intentos de avión a reacción son feotes porque combinan lo conocido con lo nuevo. El Supermarine
Attacker mezcló un caza Supermarine Spiteful con el nuevo reactor Nene.
Y salió lo que ven: alas rectas, tren con rueda de cola y poco aspecto de reactor. Voló en 1946 y tuvo una breve carrera en la Armada de Su Majestad, siendo
el primer reactor que operaron. En la Fuerza Aérea de Su Majestad no lo
quisieron: no ofrecía ninguna ventaja sobre los Meteor
y Vampire que ya tenían.
Un Supermarine Attacker F1 en el Fleet Air Arm Museum. Yeovilton (Inglaterra), 2010. |
El tren de rueda de cola tenía sus propias peculiaridades.
No sólo hacía el aterrizaje en un portaviones más complicado, cuando despegaba
de una pista sin pavimento el chorro dejaba un surco "donde se podían tumbar tres hombres". Para 1951, cuando entró en servicio, los
mucho más elegantes y claramente superiores Sabre
ya se estaban pegando con los MiG 15
en Corea.
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